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Mis libros preferidos de 2019
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Ramón González F

El erizo y el zorro

Por
Ramón González Férriz

Mis libros preferidos de 2019

Otro año, más libros. Aunque creo que en 2019 he leído menos de los acostumbrados. Si suele ser un libro a la semana, a veces dos,

Foto: Detalle de portada de 'Una odisea'. (Seix Barral)
Detalle de portada de 'Una odisea'. (Seix Barral)

Otro año, más libros. Aunque creo que en 2019 he leído menos de los acostumbrados. Si suele ser un libro a la semana, a veces dos, cuando yo también escribo uno, como ha sucedido este año, leo muchas más revistas. Y cada vez más, prefiero textos de longitud intermedia -de 3.000 a 10.000 palabras, por ejemplo; esto último equivaldría a unas cincuenta páginas de libro- que por desgracia en España rara vez tiene salida.

En cualquier caso, se siguen escribiendo y publicando libros magníficos. Tal vez no sean obras maestras, no falta que haga, pero sin duda no escasean las historias, las ideas y los enfoques interesantes. Estos, mis preferidos de este año, son solo algunas muestras.

'Una odisea. Un padre, un hijo, una epopeya', de Daniel Mendelsohn (Seix Barral)

Mendehlson es profesor de clásicas en una universidad de Nueva York. En 2016, cuando se dispone a impartir un seminario sobre la “Odisea” se presenta el alumno más inesperado: su padre. El libro, que mezcla memorias, el análisis de la obra de Homero y la investigación de su historia familiar, se construye sobre la disparidad de caracteres de padre e hijo, cuya relación incómoda en el aula deja perplejos a los demás estudiantes, que apenas tienen veinte años. El padre es viejo, tiene un carácter puntilloso y de orientación científica, y no cree ni por un momento que Ulises -que en el poema épico demuestra ser un tramposo y un adúltero- sea un héroe. El hijo es sensible al arte y la poesía, es gay pero tiene hijos con una mujer, y nunca ha entendido del todo a su padre. “Una odisea” es un libro fascinante y pequeño, pero que habla de los grandes temas de la vida y luego permanece en la memoria. El libro que he leído con más gusto en todo el año.

'Emilia Pardo Bazán', de Isabel Burdiel (Taurus)

Pardo Bazán nació en A Coruña en 1851. Era descendiente de una familia de rentistas, rica y progresista, partidaria de la modernización liberal. Pero ella, en un giro sorprendente, se acercó al carlismo cuando era joven, algo que le dejaría huella. Su trayectoria posterior fue compleja: novelista de éxito, feminista, católica, acostumbrada a lidiar en un mundo de hombres que no sabían muy bien qué pensar de ella -o que, directamente, la detestaban por su la fama literaria y la competencia que suponía-, fue la extraña encarnación de las disputas ideológicas y estéticas de una España que se debatía entre la democratización y el viejo orden. Un personaje extraordinario en muchos sentidos, que aún nos permite entender cosas de la España actual. La biografía de Burdiel es larga, canónica y ejemplar.

https://blogs.elconfidencial.com/cultura/el-erizo-y-el-zorro/2019-02-26/emilia-pardo-bazan-biografia-isabel-burdiel_1845954/

'La mente de los justos. Por qué la política y la religión dividen a la gente sensata', de Jonathan Haidt (Deusto)

Estamos viendo con asombro cómo crece la polarización en nuestras sociedades. ¿Por qué la izquierda y la derecha no son capaces de ponerse de acuerdo en nada? ¿Por qué en las redes sociales predominan el enfrentamiento y algo demasiado parecido al odio? ¿Por qué el debate público se ha convertido en un intercambio sordo de consignas vacías y ataques al adversario?

“La mente de los justos” tuvo un gran impacto cuando apareció en Estados Unidos en 2012, es decir, antes de la era Trump. Su explicación del fenómeno de la polarización -basada en la psicología social, la genética y la neurociencia- es que nuestras posiciones políticas dependen de nuestras ideas morales, y que estas responden en gran medida a nuestro tribalismo: cuando pensamos en cuestiones políticas o religiosas, es la pertenencia a uno u otro bando lo que ponemos por encima de la razón. Haidt es un moderado que cree que podemos construir puentes para entendernos algo mejor. Y su diagnóstico es brillante, porque nos recuerda que somos, en gran medida, primates con acceso a Twitter.

'Tiempo de magos. La gran década de la filosofía 1919-1929', de Wolfram Eilenberger (Taurus)

En los años veinte, en Alemania, coincidieron cuatro filósofos con una idea en común: la de que la sociedad tal como la conocían se estaba terminando y no estaba claro cuál sería el nuevo orden que la sustituiría. Eran Martin Heidegger, Walter Benjamin, Ludwig Wittgenstein y Ernst Cassirer. Su pensamiento, que en algunos casos era abstruso, se desarrolló entre el auge del extremismo de derechas y el de izquierdas, con una inusitada omnipresencia de los medios de comunicación y la sensación de una rapidísima modernización que destruía las convenciones y habría que embridar de una u otra manera. Eilenberger vincula sabiamente el pensamiento de estos filósofos con su vida, y su vida con el momento histórico, en un relato fascinante en el que siempre está presente, de manera tácita, lo que vino después de esta era desbocada: el nazismo.

'El valor de las cosas. Quién produce y quién gana en la economía global', de Mariana Mazzucato (Taurus)

Los economistas llevan siglos preguntándose qué tiene valor. ¿La tierra? ¿El trabajo? ¿Quién crea riqueza y quién la parasita? ¿O más bien las cosas no tienen valor, sino precio, y este es solo un reflejo de las leyes de la oferta y la demanda? En el primer tercio del libro, Mazzucato traza una historia del valor, desde los primeros economistas del siglo XVIII hasta el marginalismo, la visión reinante en la actualidad, pasando por los liberales, los marxistas y otras tendencias que basaron sus ideas económicas en lo que pensaban que tenía valor.

El resto del libro es más discutible. Mazzucato propone que reconsideremos nuestra noción del valor -que hace, por ejemplo, que el valor de las finanzas sea enorme cuando en realidad no siempre lo tienen- y describe las medidas políticas que podrían reflejar una mejor comprensión del valor. Esto también es interesante. Pero su descripción histórica previa es simplemente fascinante.

'El futuro del capitalismo. Cómo afrontar las nuevas ansiedades', de Paul Collier (Debate)

No parece que las viejas ideas políticas estén siendo capaces de enfrentar las “nuevas ansiedades”: el resentimiento de la gente de los entornos rurales o industriales empobrecidos hacia los pijos urbanos, y el de los simples trabajadores hacia quienes deben su riqueza no al mérito sino a la captación de rentas (pero no por ello dejan de hablar de meritocracia), o la incomprensión de lo que la inmigración le hace a las sociedades. Collier es un economista de izquierdas, especialista en desarrollo en África, que crea un relato que desmonta buena parte de los prejuicios progresistas en materia de patriotismo, globalización, educación o la propia inmigración. Cosa rara en un economista, el libro está bien escrito, tiene sentido del humor y carece por completo de los viejos tópicos ideológicos. No es imprescindible estar de acuerdo con él para disfrutarlo. Es una pena que esté pasando tan desapercibido.

'La biblioteca en llamas', de Susan Orlean (Temas de hoy)

En 1986 se quemó la biblioteca pública de Los Ángeles, en California. Era un edificio singular y extravagante, con el que ardieron un millón de libros y el centro de una rica vida social y cultural. Orlean es reportera de “The New Yorker”, y su relato tiene los rasgos que hacen que muchos de los reportajes de la revista sean memorables: la combinación del subjetivismo de la primera persona con la descripción objetiva de los hechos, la investigación a fondo de lo ocurrido, la hábil descripción de la psicología de los personajes a través de pinceladas hábiles. Pero sobre todo, destaca su talento para expresar cómo dentro de cada historia hay muchos relatos, y cómo esta interconexión aparece cuando se tira del hilo: las historias de los bibliotecarios, los usuarios y la política local. O la historia con mayúsculas: si nadie prestó atención al incendio en su momento fue porque ese mismo día estalló Chernobyl.

https://blogs.elconfidencial.com/cultura/el-erizo-y-el-zorro/2019-09-03/susan-orlean-la-biblioteca-en-llamas-harry-peak_2205447/

'La Alemania de Weimar. Presagio y tragedia', de Eric D. Weitz (Turner)

Este año se ha cumplido el centenario de la llamada República de Weimar, el régimen republicano y liberal con el que Alemania intentó resurgir de sus cenizas tras la Primera Guerra Mundial. Su Constitución era impecablemente moderna, y su intención era abandonar un pasado imperial que, sin embargo, muchos no querían dejar atrás. En parte por esa tensión, resultó ser un enorme fracaso político y económico, con una inflación salvaje que fue uno de los motivos de la llegada del nazismo al poder. Pero sí fue un marco propicio para el triunfo cultural. En esos años, Alemania produjo una cultura subversiva, revolucionaria y osada: de la arquitectura de Gropius al teatro de Brecht y la filosofía de Heidegger. El libro de Weitz es un clásico que se sigue leyendo de maravilla.

'Mala sangre' de John Carreyrou (Capitán Swing)

Elizabeth Holmes es la hija de una buena familia estadounidense que dejó la universidad para fundar su propia “start-up”, que se llamaría Theranos y dedicaría sus esfuerzos a analizar la sangre a partir de una gota extraída mediante una pequeña punción en el pulgar. El método era revolucionario; la máquina que constituía la esencia del proyecto permitía llevar a cabo analíticas indoloras, rápidas y baratas, cuyos resultados llegarían de manera automática al médico. Se apuntaron al proyecto viejos hombres de Estado como Kissinger, el magnate de la prensa Rupert Murdoch invirtió cien millones de dólares, y científicos bienintencionados lo consideraron un inmenso avance para el cuidado de la salud. Pero todo era un engaño. El libro de Carreyrou es una investigación trepidante, ágil e incisiva, que pone de manifiesto las trampas, las chapuzas y la mezquindad de Holmes. Pero también, de manera implícita, una señal de alarma ante la tecnofilia desatada y la burbuja económica a ella asociada.

Otro año, más libros. Aunque creo que en 2019 he leído menos de los acostumbrados. Si suele ser un libro a la semana, a veces dos, cuando yo también escribo uno, como ha sucedido este año, leo muchas más revistas. Y cada vez más, prefiero textos de longitud intermedia -de 3.000 a 10.000 palabras, por ejemplo; esto último equivaldría a unas cincuenta páginas de libro- que por desgracia en España rara vez tiene salida.

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