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Cayo Lara pierde el tren populista a Moncloa
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Carlos Prieto

El libro que nunca leerá...

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Cayo Lara pierde el tren populista a Moncloa

Un repaso a la influencia de 'La razón populista', del teórico argentino Ernesto Laclau, en el contexto español

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Hay pocos términos políticos tan denostados en los últimos años en Europa como "populismo", convertido ya en un insulto que sirve para denunciar a cualquier partido (no importa su ideología) que se aparte de las formas del discurso hegemónico. Es algo parecido a lo que ocurre con el uso indiscriminado de la palabra "fascista", que lo mismo sirve para calificar a Benito Mussolinique al presidente de tu comunidad de vecinos (que no te deja aparcar la bicicletaen el portal). En efecto, parece que todos los populistas son iguales: algunos analistas políticos españoles insisten en asegurar que el Frente Nacional de la familia Le Pen y Podemos es exactamente el mismo partido. Pues vale.

Entre tantoanálisis de brocha gorda sobre el resultado de las elecciones europeas, quizás se nos haya olvidado reflexionar (en serio) sobrecómo es posible que unos muchachos que se reivindican alegremente como "populistas" hayanlogrado pegar el pelotazo con una campaña decero euros de presupuesto. Y es aquí donde nos encontramos la alargada sombra del teórico argentino Ernesto Laclau, que murió semanas antes de ver como unosestudiosos de su obra daban una de lasmayores sorpresas electoralesde la democracia española. Hablamos del ensayo La razón populista (2005), que Laclau escribió para denunciar la estigmatización del término populista y resaltar su potencia política.

Errejón, que escribió esto el pasado 14 de abril, concluía así su proféticoobituario: "Ernesto Laclau ha fallecido cuando más falta hacía, en el filo de un momento de incertidumbre y apertura de grietas para posibilidades inéditas (...) Para atreverse en el sur de Europa con los retos de cómo convertir el descontento y sufrimiento de mayorías en nuevas hegemonías populares".

Se necesitaríaescribir una tesis doctoral para analizar el alcance de las enseñanzas de Laclau sobre la campaña de Podemos, lo que sí es más fácil de explicar son los efectos de la irrupción del partido de Pablo Iglesiassobre la política española: ha puesto en crisis a todo el arco institucional y parlamentario. Incluido a los partidos afines. Si hacemos caso a las encuestas que se han publicado esta semana sobre intención electoral, Podemos habría conseguido ya hacerle a IU lo que IU llevaba tres décadas intentando hacerle alPSOE: el sorpasso.

Conclusión: A Cayo Lara le han pegado un laclauzazo en la cabeza.

Hay pocos términos políticos tan denostados en los últimos años en Europa como "populismo", convertido ya en un insulto que sirve para denunciar a cualquier partido (no importa su ideología) que se aparte de las formas del discurso hegemónico. Es algo parecido a lo que ocurre con el uso indiscriminado de la palabra "fascista", que lo mismo sirve para calificar a Benito Mussolinique al presidente de tu comunidad de vecinos (que no te deja aparcar la bicicletaen el portal). En efecto, parece que todos los populistas son iguales: algunos analistas políticos españoles insisten en asegurar que el Frente Nacional de la familia Le Pen y Podemos es exactamente el mismo partido. Pues vale.

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