Amor y odio elevados a la máxima potencia

Si yo fuese tú y acudiese al Sónar el próximodía 19, trataría de hacer un huequito para ir a ver a uno de los artistas del año y personaje singular, el rapero de Harlem A$AP Rocky, que además de haberse cascado uno de los discos del año, su recién lanzado At.Long.Last.A$AP, tiene la particularidad de provocar amor y odio casi a partes iguales.

A$AP Rocky (nacido Rakim Mayers en 1988), también apodado Lord Pretty Flacko, es la cara más reconocible del colectivo neoyorkino de hip-hop A$AP Mob, formado en el barrio de Harlem en 2007. Estéticamente desafiante y con querencia tanto por lo hedonista como por lo macarra, en 2013 lanza su primer álbum de estudio Long.Live.A$AP, una auténtica bomba que contiene ya clásicos del género como Goldie o F**ckin’ Problems en la que featurea a Kendrick y Drake, nada menos.

Con todo, es la vertiente fashionista (no solo por tener su propia línea de ropa, sino por dedicarle temas como Fashion Killer a marcas de lujo; el notas se va de compritas con Rihanna) con toques de rap sureño y su carisma y actitud lo que le coloca en un lugar destacado entre las “jóvenes promesas del rap”, siendo de facto la cara bonita de una especie de dueto formado con A$AP Yams, lamentablemente fallecido el pasado mes de enero y que parecía el cerebro musical detrás de esta especie de artefacto tan llamativo (Yams es ese señor bajito que aparece con A$AP Rocky en los videoclips, sí).

Quedaba pues la duda de si además de un tipo con olfato estético, atractivo y con carisma, A$AP Rocky sería capaz de resolver un disco que ya estaba en marcha sin su productor y amigo del alma y cuál sería el resultado final y, a pesar de que los adelantos no podían ser más contundentes, el enigma no ha quedado del todo resuelto hasta que lo hemos podido escuchar enterito POR FIN.

Y es que parece que nuestro querido Pretty Flacko ha decidido no delegar el liderazgo en las decisiones artísticas ni en Danger Mouse, el productor elegido para temas como Pharsyde, West Side Highway o Electric Bodyni en Mark Ronson, que le acompaña en el homenaje a Rod Stewart Everyday (atentos porque podría estar gestándose un disco colaboración con el británico) y asumirlo él, dejando claro que aparte de swag y carita bonita, tiene solvencia suficiente para eso y para apostar por extravagancias como el jovencísimo cantautor londinense Joe Fox, que le acompaña con su guitarrita en un total de SIETE CORTES. ¿Demasiada presencia? SÍ, mira, pero no pasa nada.

Hay que relajarse y perdonarle lo guapísimo y millonario que es

No pasa nada porque es un disco más largo que un día sin pan, sí, pero A$AP Rocky ha decidido que los tripis le ayuden a superar este escollito y, a pesar de que hay práctica unanimidad al considerar que el disco no es coherente (y dale con la coherencia, qué pesados), resulta que sí hay elemento aglutinador: LA PERSONALIDAD DEL RAPERO Y SU MOMENTO VITAL, ALUCINANTE Y EMPAPADO EN ÁCIDO.

Por esto mismo si somos capaces de relajarnos y perdonarle lo guapísimo y millonario que es, sus salidas de tono mencionando con bastante mal gusto a sus parejas sentimentales y que no sea un letrista brillantísimo (a lo que él responde con su Excuse Me), podremos disfrutar de MOMENTAZOS como Fine Whine, con Future y la diosaza M.I.A repitiendo Tell your new bitch she can suck a dick, tell your new bitch whe can suck a dick. Conmovedor.

Otros highlights de entre los pepinazos que contiene A.L.L.Aincluyen la flipante L$D, hablando de tripis, en la que no rapea en un solo momento y se descubre como un intérprete de neo R&B bastante hot. Ojo al videoclip, también dirigido por él mismo, que es visualmente bastante potente y que incluye un fragmento de la antes citada Excuse Me, dedicada a todos sus haters y coproducida también por él porque mira, seamos francos ya de una vez: ES UN AMAZO.

Es tan amazo que para terminar de petarlo se casca como tema de cierre (podríamos hablar de otros cortes del disco como el bangerazo M’$, con un Lil Wayne exultante o Jukebox Joints con Kanye West) un espectacular homenaje al sonido claramente neoyorkino/Costa Este y a uno de sus representantes más legendarios, Mos Def, que suelta un verso al final que si no te desintegra la ropa es porque no lo estás escuchando al volumen adecuado, BRUH.

No sé. Si estáis la semana que viene por Barcelona, id a saludarle o algo, no seáis tímidos.