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¡El nanaísmo va a llegar! Sánchez Dragó regresa a la televisión
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Alberto Olmos

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¡El nanaísmo va a llegar! Sánchez Dragó regresa a la televisión

'Libros con uasabi' es el nuevo programa del polifacético escritor en La 2. El también conocido como "fucker de las coctelerías" se presenta bien acompañado de mujeres pero, esta vez, no da la talla

Foto: Sanchéz Dragó preparando la corrida (EFE/Jose Manuel Vidal)
Sanchéz Dragó preparando la corrida (EFE/Jose Manuel Vidal)

Que Fernando Sánchez Dragó es un gran tipo solo se descubre en persona, en los apartes del cancaneo de la fama. Inteligente, tolerante (sic) y hasta tierno. Pero aquí hemos venido a hablar de su nuevo programa de televisión; a hablar mal.

Como las grandes estrellas del cine, Dragó ha hecho coincidir el estreno de 'Libros con uasabi' con un 'trending topic' salaz y envidiable. Según cotillas o clientes, Dragó tuvo sus posturas con una periodista en una conocida coctelería del centro de Madrid. Al José Alfredo va el rey, va Juan Soto Ivars a hacerse fotos con el rey y fui yo el otro día a documentarme. En la zona donde dicen que tuvo lugar el desfogue de Dragó, no había nadie, como si se hubieran pasado por allí los del ébola a acordonarla.

Recuerdo que en Telemadrid, camino del estudio de grabación de 'Las noches blancas', nos adelantó a Dragó y a mí una presentadora en vestido corto. "¿Has visto qué piernas?", me dijo Dragó. Las había visto, pero yo no estoy en modo 'fucker' las 24 horas del día. Dragó sí. Dragó hace con 79 años cosas que a mí ya me daban pereza con 20: votar a la derecha, follar en sitios públicos y presentar programas de televisión.

En el nuevo se hace acompañar de tres mujeres. Una resulta que es su hija; otra resulta que es la del José Alfredo; y la tercera habrá que ver. Es muy guapa. Hay una cuarta, la invitada y escritora con la que Dragó habla durante 30 minutos antes de pasar con las cuatro mujeres a un salón con más cojines que libros a intentar hablar de libros; por ahora, se me hacen más interesantes los cojines.

Dragó hace con 79 años cosas que a mí ya me daban pereza con veinte: votar a la derecha, follar en sitios públicos y presentar programas de televisión.

Ya habrán pillado que 'Libros con uasabi' juega al feminismo, porque con la cuota en la mano, aquí hay más mujeres y más libros escritos por mujeres y más asuntos femeninos que otra cosa. Sin embargo, escuchar la cháchara frívola de cuatro cuarentonas, a las que solo les falta una porción de tarta Sacher para petrificar todos los clichés de género, no creo yo que tenga de feminista ni los silencios.

Dragó vende junto al programa un movimiento artístico y ético de nuevo cuño, que se lo ha inventado él con cuatro amigos. El nanaísmo. Podéis leer su manifiesto aquí. Es lo de siempre, en resumen. Que la literatura está echada a perder, que la sociedad no tiene valores y que hay que pasárselo bien mientras pague otro. El nanaísmo con uasabi lo paga La Caixa, conocida célula revolucionaria. Justamente en el segundo programa, Dragó entrevistó a la directora del Caixa Fórum, lo que queda verdaderamente rompedor. Paga La Caixa y dedicamos el programa a la directora del Caixa Fórum. Con estas rimas ya se hacían coplas en 'Babelia'.

La directora del Caixa Fórum ha escrito una novela policíaca que, según ella, “trata de la vida”. “No es tan policíaca”, avisa, “aunque es cierto que hay policías”. El nivel de esta escritora me dio ganas de llorar.

¡Por favor, mejoren esos invitados!

Si 'Libros con uasabi' ha mantenido la sintonía de aquel 'Negro sobre blanco' que Dragó despachara de madrugada en La 2, no ha mantenido, al menos en los dos primeros programas, el rigor y la potencia intelectual de sus invitados. Recuerdo entrevistas a Andrés Trapiello, a Francisco Umbral y hasta a Joaquín Sabina que le daban a uno ganas de leer y de escribir y de volver a verlas, y eso que entonces no había rtve.es. Ahora que existe, volver a ver 'Libros con uasabi' es una idea que no se te puede ni ocurrir.

Quizás hemos pasado del milenarismo al nanaísmo, en definitiva. De un Fernando Arrabal borracho dando vueltas como un derviche por el plató de televisión mientras Dragó lo ignoraba, a cuatro señoras que nos conducen al sueño con su nana burguesa mientras comentan entre ellas que ahora muchas mujeres tienen siempre a mano un bote de oxitocina, para darse el subidón. Todas eran tan pijas que solo hablaban de libros en tapa dura, como si eligieran los libros dependiendo de cómo les quedan con el bolso.

Que muy triste todo, vamos; este espacio, estas damas, esta ignorancia y esta transición del milenarismo fabuloso y ebrio de los noventa al nanaísmo de adormecerte con chorradas en 2015. Si el nanaísmo ha llegado, era que nadie tenía nada (de nada) que decir sobre los libros.

Que Fernando Sánchez Dragó es un gran tipo solo se descubre en persona, en los apartes del cancaneo de la fama. Inteligente, tolerante (sic) y hasta tierno. Pero aquí hemos venido a hablar de su nuevo programa de televisión; a hablar mal.

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