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MacGyver contra los vascos, la miseria cultural de la política española
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Alberto Olmos

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MacGyver contra los vascos, la miseria cultural de la política española

El análisis cultural de la fallida sesión de investidura de Mariano Rajoy revela la completa ausencia de referentes intelectuales de altura entre los diputados de todos los partidos

Foto: Macgyver
Macgyver

He vuelto a ver algunos vídeos de la sesión de investidura de Mariano Rajoy. Mi objetivo era simple: comprobar, intuir si alguno de los diputados había leído algún libro recientemente. He concluido que no.

Desértico de cultura, así está el Congreso de los Diputados. Lejos quedan esos discursos de antaño, tutelados por Séneca o Calderón, salpicados de versos de Lorca o de citas del Juan de Mairena. Ni siquiera el aniversario de Shakespeare o de Cervantes ha inspirado a sus Señorías una mirada rápida a sus obras, en busca de la cita precisa, de ese argumento de autoridad que, atravesando siglos, ennoblezca sus posiciones políticas.

Eso sí, series de televisión parecen haber visto muchas en su Ipad. Todas americanas, como el mismo iPad.

Foto: Oposiciones a maestro en Madrid. Foto: EFE/Fernando Alvarado Opinión

MacGyver for president

La referencia cultural más sonada la hizo Pablo Iglesias al comparar el partido de Albert Rivera con “el chicle de McGyver”. Creo que Iglesias, quizá sin saberlo, estableció con este símil el nivel del debate; a saber: un debate, como mucho, de sobremesa.

Unos vascos con chalecos y boinas secuestran a una 'geóloga' para que construya una bomba atómica que vuele la frontera con Francia

Lo curioso es que “McGyver”, emitida en Estados Unidos entre 1985 y 1992, y en España poco después, no es la serie que más conviene resucitar a los intereses de Podemos. Primero, porque el votante joven, digamos aquél nacido después de 1990, no sabe -por suerte- quién es McGyver. Segundo, porque a lo mejor siente un deseo irrefrenable de saberlo, y lo primero que va a encontrar en sus búsquedas en Google es aquel desnortado capítulo de la serie en el que los vascos quedaban retratados como unos obtusos paletos de origen más o menos ecuatoriano (los actores que los interpretaban eran latinos). Ojo al argumento: los estúpidos vascos vestidos con chalecos y boinas secuestran a una geóloga (sic) para que les construya una bomba atómica que vuele por aires la frontera con Francia. Entonces llega McGyver y saca el chicle.

Macgyver contra los "vascos"

Los Simpson son rojos

Es sabido que España está infestada de agentes de la CIA, pero poco se habla de la labor que ha desarrollado Pablo Iglesias para instalar una caja de DVDs de 'Juego de Tronos' en todos los hogares del país. El líder de Podemos empezó por arriba, regalándole la cajita a su majestad Felipe VI, y, poco a poco, ha conseguido que media península sepa algo tan fundamental para sus vidas como que no se puede matar a un caminante blanco con otra cosa que un arma forjada con acero valyrio.

El diputado de ERC Gabriel Rufián, que considera a Pablo Iglesias “un compañero”, hizo en la segunda intervención de su grupo una referencia a la serie de dibujos animados 'Los Simpson'. Concretamente, comparó a Ciudadanos con Smithers.

¿Por qué todas las referencias oídas en el Congreso de los Diputados deben ser también válidas para un monólogo en el Club de la Comedia?

¿Y quién es Smithers? Un personaje altamente secundario de la serie, más incluso que el propio actor secundario Bob. ¿No había otro personaje en la historia de la ficción universal con quien comparar eficaz y satíricamente a Ciudadanos? ¿Shylock, Yago o Falstaff no daban la talla? ¿Acaso no es Sancho Panza el acompañador ridículo por excelencia, si era el deseo de Rufián poner a Ciudadanos en sintonía con un icono reconocible de servidumbre? ¿Por qué todas las referencias oídas en el Congreso de los Diputados deben ser también válidas para un monólogo en el Club de la Comedia?

Lo curioso con Iglesias y Rufián es que, siendo de izquierdas, incluso muy de izquierdas, todo lo que tienen que decir sobre cultura popular significa un aplauso a la industria audiovisual estadounidense, que es básicamente la maquinaria de enaltecimiento patriótico más eficiente y demoledora de todos los tiempos. ¿Por qué la baja cultura o la cultura pop o la cultura de masas creada en Estados Unidos para adormecer al mundo entero vertebra de esta vergonzosa manera la política española?

Lugares comunes

Azuza un poco el cerebro escuchar en el Congreso un par de menciones culturales algo más pintonas, pero que ya se han vuelto un lugar común.

Una de ellas tiene que ver con la película 'Atrapado en el tiempo', titulada en su idioma original (inglés de Estados Unidos, obviamente) 'Groundhog Day'. Sólo se había traducido literalmente (agárrense) en Venezuela. Sin embargo, 'Atrapado en el tiempo' ha pasado a ser ya 'El día de la marmota'; y “el día de la marmota” ha pasado a ser ya un lugar común casi tan agotado como el de atribuir opiniones que no se parecen a las nuestras a la mentalidad de un “cuñado”.

En español “el día de la marmota” puede cortocircuitar la comunicación con nuestros mayores, como “el día en el que dormimos demasiadas horas”

Confirmo vía Wikipedia que esta expresión también ha hecho carrera en el habla coloquial de Estados Unidos -particularmente en el ejército-, y que se utilizó en sede parlamentaria británica mucho antes que aquí: en 2004. En español “el día de la marmota” puede hacer cortocircuitar la comunicación con nuestros mayores, que quizá asuman que estamos hablando de algo así como “el día en el que todos dormimos demasiadas horas”.

“Dormir como una marmota”, tan español, está en peligro, amigos.

Escalofriante

La segunda referencia, digamos, respetable es el consabido aforismo: “Todo tiene que cambiar para que todo siga igual”, que procede de la novela de Lampedusa 'El gatopardo'.

Es escalofriante la seguridad absoluta que me invade, al oír esta frase de boca de un político, de que no ha leído ni una sola página de la novela. Creo que alguien debería hacer correr el bulo de que la frase no aparece en el libro (como no aparece en la saga de Sherlock Holmes escrita por Arthur Conan Doyle aquello de “elemental, querido Watson”), a ver si así algún diputado se animaba a leerla.

Citar a alguien que no has leído -opino en solitario- también es corrupción

Finalmente, Rafael Hernando, del grupo popular, citó a Marco Aurelio. Fíjense si me toca las narices que se cite a McGyver y a Lampedusa en el Congreso; pues que se cite a Marco Aurelio de esa manera me parece mucho peor. Es fácil imaginarse a Rafael Hernando buscando en Google “cita+sabiduría+epatar a los putos rojos” y llegando a Citas.com o Hazcomoquesabesalgo.es, y copiando a continuación la cita con su Montblanc. Citar a alguien que no has leído -opino en solitario- también es corrupción.

Y éste es el nivelazo cultural de nuestros políticos. Quizá algún día oigamos a Pedro Sánchez decir desde el estrado: “Me encanta que los planes salgan bien”, como Hannibal en 'El equipo A'. Pero, si puedo anticiparme a ese ridículo, le sugiero esta cita de Coriolano, de Shakespeare: “Pongamos a prueba el momento presente.”

He vuelto a ver algunos vídeos de la sesión de investidura de Mariano Rajoy. Mi objetivo era simple: comprobar, intuir si alguno de los diputados había leído algún libro recientemente. He concluido que no.

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