Es noticia
"Menos comisiones, más libros": lo de Bankia en la Feria del Libro no tiene nombre
  1. Cultura
  2. Mala Fama
Alberto Olmos

Mala Fama

Por

"Menos comisiones, más libros": lo de Bankia en la Feria del Libro no tiene nombre

Un día animado en la Feria del Libro de Madrid siempre depara sorpresas; la más grande: el eslogan de Bankia en todas las bolsas del evento

Foto: Feria del libro de Madrid, 2017. (EFE)
Feria del libro de Madrid, 2017. (EFE)

Me fui este domingo a la Feria del Libro de Madrid a recibir las felicitaciones debidas por mi anterior artículo, especialmente por el pasaje en el que decía “la Feria del Libro de Madrid es un coñazo”. La envidia, conjeturé, hizo que tales parabienes no me fueran regalados. Pero paseé la feria con mi hija como si no fuera un coñazo. Estaba todo Madrid cabeceando entre las casetas, comprando libros malos y alguno mío, y alguno de Ray Loriga o Fernando Aramburu. Había un par de colas muy largas, ahilando una adolescencia lectora cuya meta -un nuevo Nabokov, a todas luces- me previne mucho en conocer.

El caso es que la gente compraba libros, y eso nos hace felices a todos. Sentado en un banco mientras la niña dormía su lectura, que es una lectura de agua y colorines, veía pasar familias felices y jóvenes universitarios, y señoras con sandalias. Todos llevaban bolsas de papel con un gato bigotudo impreso, un minino cuyos bigotes eran las páginas abiertas de un libro, ay.

Eso por un lado. Por el otro podía leerse: “Menos comisiones Más libros”.

Menos comisiones

Como uno a la gente la tiene muy vista, de pronto todo fue localizar, leer y sopesar esa leyenda decorativa: “Menos comisiones Más libros”. Es curioso que lo que ponga por fuera en una bolsa de papel, así en general, no tenga mayor interés. Uno podría ir en el Metro junto a un tipo que llevara una bolsa de El Corte Inglés o de Zara que dijera: “Matar me gusta” o “Voy a ahorcarme recién vestido”, y ni se fijaría. Por eso, realmente, me llevó media hora exigirle sentido a estas cuatro palabras: “Menos comisiones Más libros”.

Es curioso que lo que ponga por fuera en una bolsa de papel, así en general, no tenga mayor interés

¿Menos comisiones en el Congreso?, se podría pensar. ¿Menos comisiones en la industria editorial? ¿Le cobran comisiones leoninas a la Feria del Libro de Madrid por asentarse en el paseo de los Coches?

Dense cuenta de que hacía un calor luciferino este domingo y de que, con tanta gente, uno se pone espeso.

Así que tardé otra media hora en darme cuenta de que debajo de “Menos comisiones Más libros” había otra palabra, bien que en un color distinto y un tamaño menor, como acomplejada. Bankia. Ésa era la palabra. Bankia.

De modo que el mensaje entero era este: “Menos comisiones Más libros BANKIA”.

Ante semejante osadía, yo, de verdad, creo que hay que ponerse en pie y aplaudir hasta que se te abran las carnes.

Bankia

Tras reponerme del susto, y de la revisión un tanto terrorífica del espectáculo que tenía delante (no ya lectores con sus libros en una bolsa de papel, sino ciudadanos moviendo por todo Madrid la consigna 'podemita' de un banco que necesita cuatro subepígrafes en la Wikipedia -entrada “Caja Madrid”- para detallar sólo sus mayores casos de corrupción o apropiación indebida), me fui a casa pensando que este asunto habría dado ya sin duda mucho que hablar, y que yo no me enteraba de nada.

Pero no. Buscando en google “Menos comisiones Más libros” aparecían menos resultados que introduciendo “más comisiones, más volquetes de putas”. Sólo tres, de hecho. Una del poeta Alberto Santamaría a finales de mayo (en su cuenta de Twitter) y otra, duplicada, de alguien que ya vio esto en 2016, y lo señaló, también en esa red social.

Así que durante dos años seguidos miles de personas han llevado una bolsa que dice “Menos comisiones Más libros BANKIA”, y casi nadie se ha dado cuenta. Casi nadie se ha dado cuenta de la increíble conciencia de esparto o piedra pómez que tiene el publicista y/o el director de márketing de esta renovada -deseamos que para bien- entidad bancaria. Yo creo que un “Leer es bueno” o un “Vivan los libros” hubiera sido más discretito.

Es curioso descubrir, al cabo, que a pesar de tanto libro y de tanta campaña en favor del libro lo que parece que no acabamos de saber hacer es leer, ya sea la letra pequeña de la hipoteca, ya lo que ponga en una bolsa.

Hay que leer más bolsas. Nos ponen un chiste en una bolsa y ni nos reímos. Ríanse, amigos, ríanse

Me fui este domingo a la Feria del Libro de Madrid a recibir las felicitaciones debidas por mi anterior artículo, especialmente por el pasaje en el que decía “la Feria del Libro de Madrid es un coñazo”. La envidia, conjeturé, hizo que tales parabienes no me fueran regalados. Pero paseé la feria con mi hija como si no fuera un coñazo. Estaba todo Madrid cabeceando entre las casetas, comprando libros malos y alguno mío, y alguno de Ray Loriga o Fernando Aramburu. Había un par de colas muy largas, ahilando una adolescencia lectora cuya meta -un nuevo Nabokov, a todas luces- me previne mucho en conocer.

Libros
El redactor recomienda