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Halloween intelectual: nadie tiene una idea original en España ni por casualidad
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Alberto Olmos

Mala Fama

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Halloween intelectual: nadie tiene una idea original en España ni por casualidad

Resulta desolador comprobar cómo ninguna idea de las que circula por nuestro país se le ha ocurrido a nadie antes que a un estadounidense, cuyo pensamiento pasivamente importamos

Foto: Noche de Halloween de 2016 en Madrid. (EFE)
Noche de Halloween de 2016 en Madrid. (EFE)

Es una gran noticia que en España hayamos adoptado por fin el 'kodomo no hi', ya saben, ese día (5 de mayo) festivo en Japón en el que (wikipedia) “se respeta la personalidad de los niños y se celebra su felicidad”. Qué enunciado tan bonito, por Dios. Después de vivir algunos años en el archipiélago nipón, me llena de emoción la idea de ver por toda España las cometas con forma de carpa (koinobori) propias de este día. Por lo demás, he leído tres libros feministas.

El primero se titula 'Mujeres y poder' (Crítica), lo firma Mary Beard, y es bastante bazofia. El segundo se titula 'Cómo acabar con la escritura de las mujeres' (Dos Bigotes), lo firmó Joanna Russ hace casi cuarenta años y ahí se podía haber quedado. El tercero acaba de salir, se titula 'Un feminismo del 99%' (Lengua de Trapo), y lo firman diez personas que leen en inglés. De todos ellos he aprendido mucho y lo que he aprendido lo voy a compartir con ustedes, porque para eso me pagan y, además, no tengo nada mejor que hacer.

¡Telémaco, machirulo!

Fue Aloma Rodríguez en un espléndido resumen del año feminista la que me inoculó el deseo de leer 'Mujeres y poder', ensayo del cual ella extraía esta inquietante noción: “las mujeres no podían participar del relato salvo en dos excepciones: cuando tomaban la palabra en cuanto que víctimas y cuando se erigían como portavoces de sus compañeras y defendían asuntos de mujeres”. Beard en su libro se refiere a la Antigüedad, pero yo creo que estas palabras resumen con precisión nuestro día a día. Eso es lo inquietante.

Foto: Mary Beard, en una imagen de archivo. (EFE)

Acudí al libro para ver si Beard pensaba lo mismo que yo, y desarrollaba la idea, pero lo cierto era que la idea no le daba para más. Beard no veía -como veo yo- que las mujeres siguen siendo invitadas la mayor parte de las veces hoy a tomar la palabra justo para adoptar el papel de víctima o para dar voz a las demás mujeres; y así la habitualmente neutra y secundaria Sandra Sabatés de El intermedio sólo puede sentarse en la mesa de Wyoming y dirigirse al público cuando toca hablar de “asuntos de mujeres”, las columnistas contratadas en cualquier medio son contratadas en la creencia de que hablarán de cosas de mujeres, las novelas escritas por mujeres son reseñadas casi siempre por otras mujeres (¿alguien vio alguna vez una reseña de una novela de Javier Marías firmada por una mujer?) o -por no extendernos- se crean secciones en los medios para que las mujeres muestren todas las afrentas que han sufrido. Es tan obvio el paralelismo que resulta incomprensible que Mary Beard no lo haya visto. Lo tengo que ver yo todo, amigos. Olmosplaining!

Pues sí, Mary, yo creo que un poco de delito sí tendría reducir 'La Odisea' a un registro de la misoginia occidental

En todo caso, su libro es flojísimo. En la primera parte, hace un listado puramente documental de ocasiones, reales o ficticias, en las que las mujeres son acalladas por los hombres, empezando por una escena de la Odisea donde Telémaco amonesta a su madre. Dado que Telémaco es sólo un personaje literario, y la Odisea, un espacio mítico donde, entre otras cosas, las personas son convertidas en cerdos, a lo mejor no es una fuente del todo fiable para montarse películas. ¿Vivimos en un mundo donde la gente es convertida en cerdo? Y así.

Lo más escalofriante es cuando Beard finaliza la segunda parte viéndose obligada a decirle a sus -supongo- obedientes lectoras que “sería un crimen cultural si solo la leyésemos ['La Odisea'] para investigar fuentes originarias de la misoginia occidental”. Pues sí, Mary, yo creo que un poco de delito sí tendría reducir 'La Odisea' a un registro de la misoginia occidental.

Estados Unidos

Muy amablemente la editorial Dos Bigotes me envió, a petición propia, 'Cómo acabar con la escritura de las mujeres', libro que solicité porque realmente me gustaba la idea de saber cómo se acaba con la escritura de alguien, en este caso, de las mujeres.

placeholder 'Cómo acabar...' (Dos Bigotes)
'Cómo acabar...' (Dos Bigotes)

El libro de Joanna Russ, muy bonito todo él, se publicó hace 35 años y a veces hay que pensar que quizá 35 años sin traducir quieren decir algo. Es el caso. Esta obra reúne decenas de desprecios de escritores a escritoras y los clasifica, un poco alegremente, en categorías bastante lábiles que, desde luego, no indican para nada un sistema para acabar con la escritura de nadie -como sería, por ejemplo, la censura; ver Coetzee, 'Contra la censura' (Debate)-. Y como todos los ejemplos son anglosajones, las maldades que se lanzaban los autores tienen poca gracia, pues no sabemos quiénes son. En este sentido, es mucho más interesante 'Breve historia de la misoginia' (Lumen), de Anna Caballé, con la misma técnica pero con producto nacional, y la pirueta freudiana de encontrar a las propias escritoras de hace un siglo negando su valía para la escritura.

Por hacer más amigos con este artículo, le pedí a Jorge Lago 'El feminismo del 99%' (Lengua de Trapo&Ctxt), que es un libro de ideas donde diez autoras y autores son incapaces de sumar una sola idea propia entre todos ellos. El concepto de “feminismo del 99%” es de Nancy Fraser; MeToo o TimesUp no se le ocurrieron a nadie en Ciudad Real; Alt-right por aquí, Brexit por allá... Halloween, en definitiva.

Vivimos un Halloween intelectual: llevo años esperando que alguien en España tenga una idea, sólo eso, no es tanto pedir

Vivimos un Halloween intelectual. Es decir, la copia mala de la fiesta original. Llevo años esperando que alguien en España tenga una idea, sólo eso, no es tanto pedir. Que alguien sea capaz -en el feminismo, la política, la literatura o la telerrealidad- de tener una idea propia. ¿Es tan difícil crear el concepto “tasa rosa” (pink tax)? ¿Es tan inalcanzable una noción como alt-right? ¿Va de algo pensar en España que no sea de traducir lo que piensan en Estados Unidos y un poco en Canadá? ¿Cualquier libro publicado allí hace cuarenta años está para nosotros de plena vigencia?

El pensamiento en España no se diferencia mucho de esas calabazas de plástico que acabo de encontrarme en el Corte Inglés de mi barrio, calabazas y atrezzo todo de Halloween que, visto por un estadounidense, debe de producirle una inmensa piedad. ¿Ustedes se imaginan ir a NY y ver tiendas enteras llenas de belenes? ¿No les parecerían los yanquis unos completos imbéciles?

Por eso, qué bien lo del 'kodomo no hi', el día del niño, traído de Japón por Pedro Sánchez para el 2019. 5 de mayo, no lo olviden. Si sólo valemos para copiar, copiemos en la dirección contraria.

Es una gran noticia que en España hayamos adoptado por fin el 'kodomo no hi', ya saben, ese día (5 de mayo) festivo en Japón en el que (wikipedia) “se respeta la personalidad de los niños y se celebra su felicidad”. Qué enunciado tan bonito, por Dios. Después de vivir algunos años en el archipiélago nipón, me llena de emoción la idea de ver por toda España las cometas con forma de carpa (koinobori) propias de este día. Por lo demás, he leído tres libros feministas.

Japón Javier Marías El intermedio
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