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Nos gusta mucho tu chabola, y tus vecinos pobres son geniales
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Alberto Olmos

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Nos gusta mucho tu chabola, y tus vecinos pobres son geniales

Una famosa revista de tendencias elige uno de los distritos más peligrosos y estigmatizados de Madrid como el tercer barrio más 'cool' del planeta

Foto: El símbolo del nuevo Carabanchel está en el PAU, a un par de kilómetros de Carabanchel Bajo. (CC/Wojtek Gurak)
El símbolo del nuevo Carabanchel está en el PAU, a un par de kilómetros de Carabanchel Bajo. (CC/Wojtek Gurak)

Me levanto ya feliz cada día sólo por el hecho de vivir en el tercer barrio más cool del mundo. Lo siento si viven en el barrio de Salamanca o en Malasaña o en Chamberí, o en sus equivalentes en otras capitales de España. Porque lo cierto es que sólo hay dos vecindarios mejores para vivir en todo el planeta Tierra que Carabanchel. Lo ha dicho una revista. Hasta de Nueva Zelanda van a venir a vernos. Nosotros, los de Carabanchel, creíamos que éramos una cosa pequeña y descamisada, un apartadero de fracaso y cafés a 1,40 al que sólo venía la gente del centro de Madrid si necesitaba que le arreglaran el coche o le vendieran cocaína (o ambas cosas: ya que vas). Pero resulta que ahora desde Nueva Zelanda mismo van a venir por aquí a que les arreglemos el coche y les vendamos cocaína, porque una revista con millones de lectores y gran prestigio viajero ha dado la medalla de bronce del turismo guay a Carabanchel. En las agencias de viaje de Auckland se exhiben ya juntas fotos de Punta Cana y de General Ricardos. La gente duda qué hacer esta Navidad.

La revista se llama Time Out y se fundó en Londres en 1968. A los ingleses les gusta mucho hacer listas, y ahora la lista, el top y el escrutinio definen a la perfección el pozo de delirio de nuestro tiempo. Fue en Inglaterra donde la cabecera Sight & Sound hizo una lista de mejores películas de la historia donde la número uno era una mierda. Todo ha cambiado, lo que creías que era bueno es malo; lo que creías que era menor es mayor; lo que creías que era Carabanchel, es Manhattan.

placeholder Una parada de autobús en el madrileño barrio de Carabanchel. (EFE)
Una parada de autobús en el madrileño barrio de Carabanchel. (EFE)

En sintonía con estos vuelcos al sentido común, Rolling Stone ha hecho una lista de mejores guitarristas de todos los tiempos que a los que saben de tocar la guitarra les ha puesto los pelos de punta. Pero es que las listas no las hacen los que saben de aquello que se lista, sino los que saben de aquello que conviene ser listado.

Por eso, casi todas estas listas se hacen democráticamente. Con Podemos aprendimos que si quieres imponer tus chifladuras lo mejor es pedir a la gente que vote libremente. Por lo que sea, siempre acaban por votar con toda libertad tu chifladura.

"Miles de lugareños y expertos locales" dice haber consultado Time Out para seleccionar los mejores sitios "de diversión, gastronomía, cultura y comunidad" del mundo. Es verdad que en Carabanchel se puede tomar una copa, se puede comer, hay bibliotecas y librerías y los camareros se acuerdan de ti si vas mucho. No sé si con eso uno ya es más “cool” que Harajuku (Tokio), que si me preguntan y nos dejamos de majaderías, es, de largo, el barrio más maravilloso sobre la faz de la Tierra.

placeholder Fachada de un edificio de la capital, en Carabanchel. (Ana Beltrán)
Fachada de un edificio de la capital, en Carabanchel. (Ana Beltrán)

Carabanchel es feo, es todo ladrillo, aluminio, balcones cerrados con cristaleras infames, calles indistinguibles en su fealdad de la calle que viene luego, gente con poca ropa; gente con la misma ropa siempre. Carabanchel es un distrito, no un barrio, no tiene nada que ver Pan Bendito con la Colonia de La Prensa. Carabanchel es tan guay que es imposible salir a dar una vuelta y encontrarte con alguien que no sea de Carabanchel, salvo, como digo, que se le haya estropeado algún motor. De hecho, si algo me gusta mucho de esta zona de Madrid es que resulta imposible encontrarse por la calle con nadie que en un periódico o una televisión defienda a los barrios obreros.

Para conseguir que un barrio periférico que en la propia ciudad de Madrid se considera “peligroso”, y donde nadie quiere vivir por voluntad propia (si te tocara medio millón de euros en la lotería te irías de aquí; eso es la voluntad propia), para lograr, digo, que una zona que ni en su propia ciudad se considera recomendable sea el tercer barrio más “cool” de todo el planeta Tierra según miles de expertos, hace falta una directriz. Esa directriz queda patente si atendemos a que un sitio llamado Laureles (Medellín) ocupa de hecho la primera posición en el ranking de lugares más cojonudamente chéveres de la galaxia conocida. Imaginen que hace diez años alguien les dijera que el mejor barrio del mundo está en Colombia. Ahora pueden decirse estas cosas, y que dos y dos son cinco.

Basta teclear en Google “peores barrios de Medellín” para encontrar esta contundente tríada en letras bien grandes: “Robledo, Laureles y Belén” (Diario colombiano El Tiempo, 11 de julio de 2023).

En Carabanchel es imposible encontrarse por la calle con nadie que en un periódico o una televisión defienda a los barrios obreros

La directriz que les sugiero dice algo como esto: ¿a quién le importa lo "cool" si podemos darnos otro chute de superioridad moral? ¡"Cool" es ahora lo que no es "cool"! Demos una alegría a los Carabancheles, a los Laureles, saquémosles por una vez en la portada de la revista, seamos mejores personas que una guía de viajes tradicional.

El problema es que la guía de viajes tradicional no conseguía que acabaras apuñalado en un callejón. Tenían ese detalle con sus lectores.

Si yo no viviera en Carabanchel, a lo mejor le pillaba el punto a estos razonamientos netamente wokes. Desde un ático de Malasaña, se debe de ver con buenos ojos que Carabanchel sea más “cool” que Malasaña, siempre y cuando tu novio no te diga que os vais mañana a vivir allí. Es piedad hipster. La limosna de cuatro páginas en una revista que nadie en Carabanchel lee.

Foto: Mural de Salvador Dalí a base de latas recicladas. (PhotoAlquimia)

Pero, viviendo en el que unos flipados dicen que es el tercer barrio más molón del planeta, es difícil no sentirse insultado. Han encontrado cuatro bares que superan sólo en un escalón el bar cutre promedio, y tres galerías de arte a las que incluso a mí me costó llegar estando a quince minutos a pie de mi casa, y han ilustrado ese tercer puesto con la foto de un edificio de protección oficial diseñado con muchos colorines, y nos han dicho: ¿acaso puedes quejarte de algo, Carabanchel? ¡Hay un edificio de protección oficial todo de colorines!

La realidad de Carabanchel es el río Manzanares, una frontera ambigua que determina la autoestima del distrito: hacia Madrid, siempre; hacia Carabanchel, nunca.

Me levanto ya feliz cada día sólo por el hecho de vivir en el tercer barrio más cool del mundo. Lo siento si viven en el barrio de Salamanca o en Malasaña o en Chamberí, o en sus equivalentes en otras capitales de España. Porque lo cierto es que sólo hay dos vecindarios mejores para vivir en todo el planeta Tierra que Carabanchel. Lo ha dicho una revista. Hasta de Nueva Zelanda van a venir a vernos. Nosotros, los de Carabanchel, creíamos que éramos una cosa pequeña y descamisada, un apartadero de fracaso y cafés a 1,40 al que sólo venía la gente del centro de Madrid si necesitaba que le arreglaran el coche o le vendieran cocaína (o ambas cosas: ya que vas). Pero resulta que ahora desde Nueva Zelanda mismo van a venir por aquí a que les arreglemos el coche y les vendamos cocaína, porque una revista con millones de lectores y gran prestigio viajero ha dado la medalla de bronce del turismo guay a Carabanchel. En las agencias de viaje de Auckland se exhiben ya juntas fotos de Punta Cana y de General Ricardos. La gente duda qué hacer esta Navidad.

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