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El PSOE profundo: un partido en las antípodas de Sánchez
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Alberto Olmos

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El PSOE profundo: un partido en las antípodas de Sánchez

Manuel Cruz escribió hace dos años un excelente ensayo que contradice minuciosamente todo lo que hoy hace Pedro Sánchez; en la actualidad, es senador por el PSC

Foto: Simpatizantes del PSOE acuden a un mitin electoral de ese partido en A Coruña en julio de 2023. (EFE/Cabalar)
Simpatizantes del PSOE acuden a un mitin electoral de ese partido en A Coruña en julio de 2023. (EFE/Cabalar)
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Resulta que había una forma de discrepar abiertamente de las tesis de tu propio partido, y era escribiendo un libro. Nadie se va a enterar porque nadie lo va a leer, así que toda represalia deviene sumamente improbable. Leer un libro entero requiere tal esfuerzo que escribir uno con tu verdad o tu barbaridad te genera menos problemas que lanzar un tuit o deslizar un par de frases desde tu escaño sin cubrirte la boca. La disciplina de partido significaba que nadie debe enterarse de que tú también crees que tu formación ha perdido el rumbo. Por eso escribir y publicar no cuenta como desobediencia, porque hacer libros es lo mismo que callar, pero en cuatrocientas páginas.

Esa extensión tiene El gran apagón (Galaxia Gutenberg), de Manuel Cruz. Si yo he tardado año y medio en conocer su existencia, tan a mi favor, como verán, en el PSOE aún deben de ignorarla por completo. Esto no contaría como noticia si no fuera porque el autor es actualmente senador por el PSC, fue diputado del PSOE entre 2016 y 2019 y presidió el Senado desde mayo a diciembre de 2019. Jugaba con fuego, el PSOE, y no lo sabía.

El libro se publicó en octubre de 2022, y tiene una demoledora fuerza predictiva. Todo lo que hace mal hoy Pedro Sánchez estaba en las páginas de El gran apagón minuciosamente condenado, lo que vuelve El gran apagón una extraña mezcla de anticipación histórica y bomba de relojería. El político más culto, formado, sensato e intelectualmente prestigioso que tiene ahora mismo el Partido Socialista en sus filas, no es que nos dé la razón a los que vivimos en perpetuo estado de escándalo por los nefastos movimientos de esta organización, es que nos sirve de guía para comprenderlos y oponernos a ello.

No leerán una argumentación mejor armada contra el PSOE actual que la que publicó en octubre de 2022 un senador del PSOE. Nadie en el PP o Vox puede soñar con igualarla.

Xenofobia y supremacismo

El subtítulo de este ensayo es lo que me hizo sacarlo de su anaquel: El eclipse de la razón en el mundo actual. Vagaba yo por la biblioteca de mi barrio y, de pura chiripa, dejé caer la vista sobre el lomo de algunos libros de la sección de pensamiento. Quise creer que “el eclipse” del que hablaba este volumen guardaría relación con lo que les dije aquí a finales del año pasado (Lo que usted tendría que haber entendido en 2023), y así resultó ser con una precisión casi obscena. Leyéndolo, he llegado a pensar que lo he plagiado.

Para saber lo que hace mal Pedro Sánchez (y por qué lo hace mal) ya no hay que leer las columnas de El Confidencial, sino el libro del ex presidente del Senado que eligió Pedro Sánchez. Basta tener el volumen en la mesilla de noche, esperar acontecimientos, y luego buscar las palabras clave entre sus páginas, Junts, elecciones, anti-fascismo…, lo que quieran.

Foto: 'El gran apagón'. (EC Diseño)

Por ejemplo: “Nunca faltaron militantes destacados de la formación liderada por Carles Puigdemont que hacían declaraciones que, en lo tocante a xenofobia y supremacismo, los aproximaban más a Vox que a cualquier otra fuerza del espectro político”. Ahora mismo, de esta fuerza “xenófoba y supremacista” depende la gobernabilidad de España.

Y añadía Cruz en 2022: “Muchos catalanes se sentían profundamente agraviados por el supuesto maltrato fiscal (que algunos no dudaban en calificar de expolio) que sus gobernantes autonómicos no cesaban de repetir que existía por parte de España. Pero a partir de un determinado momento (2014), obtuvimos la información contrastada y fehaciente de que, en todo caso, no era Cataluña la comunidad peor tratada fiscalmente. Lo lógico hubiera sido entonces, en cualquier persona razonable -hooligans y fanáticos al margen, claro está- reconsiderar dicho sentimiento de agravio”. Lo que nos lleva a preguntarnos: ¿por qué son entonces tan importantes las balanzas fiscales en el último acuerdo de Junts y PSOE?

Manuel Cruz desacreditaba en 2022 la campaña entera que haría Pedro Sánchez para las elecciones generales de 2023, así como cualquiera de sus apelaciones subsiguientes a la derecha española. Nuestro autor no puede tomarse en serio la propaganda de izquierdas que gira en torno al “anti-fascismo”. “Uno puede, supongamos, amenazar con la llegada del fascismo o cualquier otro mal semejante si el adversario político no ha ocupado nunca el poder y no ha tenido la oportunidad todavía de mostrar lo que estaría dispuesto a hacer en caso de llegar a él. Pero (…) si lo ha ocupado a lo largo de los años en diferentes espacios (…) entonces las tenebrosas y alarmistas amenazas a las que en tantos momentos se ha mostrado proclive la izquierda devienen absurdas y disparatadas”.

placeholder Portada de 'El gran apagón', de Manuel Cruz.
Portada de 'El gran apagón', de Manuel Cruz.

Y sigue: “Para un político en apuros, un recurso eficaz para tener que dar cuenta de sus errores, vacilaciones o contradicciones es proclamar alguna variante de alerta antifascista”. “Cualquier crítica queda en nada esgrimiendo la amenaza de Vox”.

Lo que he querido entender con estas afirmaciones tan anti-Sánchez en 2022 es que Cruz las hizo pensando en Pablo Iglesias. De hecho, tiene tanta tirria al ex líder de Unidas Podemos que no lo nombra en todo el libro, aunque se refiera a él directamente en varias ocasiones (“un vicepresidente del gobierno”). Así, hemos de deducir que, si lo que Cruz afeaba a Podemos es de pronto aplicable al PSOE, esto quiere decir que el PSOE asumió glotonamente en un momento dado el argumentario completo de Pablo Iglesias. Quizá su única aportación al mismo es la idea de ese “muro” que han construido a toda prisa contra el horrible “fascismo”.

La clave, no poco escalofriante, de este muro la da Cruz con una cita de Joseph Bottum (el libro está lleno de citas extraordinarias): “Si crees que tus oponentes políticos ordinarios no están simplemente equivocados, sino que son el mal, has dejado de hacer política y empezado a hacer religión”

Cruz desacreditaba en 2022 la campaña que haría Sánchez para las generales, así como cualquiera de sus apelaciones a la derecha española

Ese es uno de los vicios políticos que más preocupa al senador socialista (y a cualquier ciudadano de bien); lo que él llama “los malos de una pieza”. Se trata de ver al adversario como el puro demonio (religión, ya decimos), de modo que su condición demoníaca afecte a todo lo que hace o dice, y durante toda su vida. “Si algunos tienen la razón por principio, no hay nada de qué hablar”, concluye apesadumbrado Manuel Cruz.

No cabe denominar argumentos a meros eslóganes de usar y tirar y, por añadidura, de dudosa agudeza, como “quieren retrotraernos a una España en blanco y negro” o “quieren retroceder cuarenta años”. Pedro Sánchez: “Con Casado, el PP quiere retroceder cuarenta años” (17-02-2019). Pedro Sánchez: “Nos jugamos retroceder cuarenta años” (18-06-2023).

Por si fuera poco sacrílego, Manuel Cruz se hace esta pregunta: “¿Alguien se cree de verdad lo de la repentina añoranza del franquismo por parte de los casi cuatro millones de españoles votantes de Vox en las elecciones generales de 2019?”

Aniquilación de la razón

Siempre es agradable que le den a uno la razón, pero lo más gratificante de un libro como El gran apagón es que esté escrito por una persona con la más alta formación en filosofía y pensamiento y además miembro activo del PSOE. Para los que llevamos años pensando si no seremos fascistas, de tanto como nos lo repiten los medios de comunicación a nada que mostramos la menor discrepancia, su lectura constituye un alivio impagable.

Manuel Cruz defiende, en efecto, el matiz y la puntualización, frente una brocha gorda ideológica de todo punto incivil. “Algo va mal, francamente mal, cuando el menor matiz convierte en sospechoso de lo peor a quien lo plantea”.

Es lo que vio Rafael Chirbes en sus Diarios de 2008 y lo que ha visto (un poco tarde) Javier Cercas en un artículo de hace algunas semanas llamando a la “rebelión”. ¿Qué fue de los intelectuales de izquierda?, se preguntaba nuestro director, Nacho Cardero, el primer día del año. Si no cobran de los presupuestos públicos del gobierno, no hay ninguno.

Foto:  El presidente Pedro Sánchez, en su reunión con todos los miembros del Gobierno en Quintos de Mora. (EFE/Moncloa) Opinión
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De hecho, Manuel Cruz cita a su favor en El gran apagón a Félix Ovejero, Fernando Savater, Pablo Malo, Pablo de Lora o Manuel Arias Maldonado, amén de a Douglas Murray o a Camille Paglia, entre varias decenas más, y todos son opuestos a las políticas identitarias, a la cultura del victimismo y a la sustitución de la razón por emblemas simples estrictamente emocionales. No cita ni a un solo autor, columnista o pensador favorable a Sánchez.

O sea, no cita a tuiteros, influencers o youtubers.

Con todo, el libro es claramente de izquierdas o progresista, y también claramente PSOE, a pesar de la elegancia intelectual de adjudicar los males de la política tanto a unos como a otros. ¿Hay, por tanto, un PSOE bueno, un PSOE, diríamos, profundo?

Resulta que había una forma de discrepar abiertamente de las tesis de tu propio partido, y era escribiendo un libro. Nadie se va a enterar porque nadie lo va a leer, así que toda represalia deviene sumamente improbable. Leer un libro entero requiere tal esfuerzo que escribir uno con tu verdad o tu barbaridad te genera menos problemas que lanzar un tuit o deslizar un par de frases desde tu escaño sin cubrirte la boca. La disciplina de partido significaba que nadie debe enterarse de que tú también crees que tu formación ha perdido el rumbo. Por eso escribir y publicar no cuenta como desobediencia, porque hacer libros es lo mismo que callar, pero en cuatrocientas páginas.

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