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¿Por qué está vacío el 5ºB?
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Alberto Olmos

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¿Por qué está vacío el 5ºB?

El pequeño propietario prefiere tener la casa vacía a ganar 10.000 euros al año y afrontar muchos problemas

Foto: Un grupo de edificios. (iStock)
Un grupo de edificios. (iStock)
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Es normal que el gobierno haya tardado en acordarse de la vivienda, dado que tiene un ministerio íntegramente dedicado a ella. Nosotros tampoco recordábamos que Isabel Rodríguez era ministra de algo. En noviembre de 2023, el presidente hizo grabar en letras mayúsculas y doradas en una cartera de cuero la leyenda “Ministra de Vivienda y Agenda Urbana”, y cinco meses después en Moncloa han pensado que eso lo tuvieron que escribir por algo. De pronto, la vivienda se ha convertido en la “principal preocupación” y la “principal prioridad” del gobierno. La “agenda urbana”, sin embargo, no es preocupante ni prioritaria, porque aún están reflexionando sobre qué quisieron decir con “agenda urbana”.

Debemos estar nosotros preocupados. Si el gobierno se va a tomar en serio la vivienda, puede pasar como cuando se tomó en serio la pobreza, que creció; o como cuando se tomó en serio los delitos sexuales contra las mujeres, y ahora hay un 14% más de violaciones. Hay que andarse con mucho ojo respecto a las prioridades del gobierno, porque el problema del que nos van a librar es generalmente el que tú todavía no tenías, y pronto sí.

Uno de los dilemas relativos a la vivienda es la cantidad de casas vacías que hay por todas partes. Yo, sin ir más lejos, tengo muchos menos vecinos en mi quinta planta, y en mi edificio, que botones en el telefonillo del portal. Esto siempre me ha extrañado, no ver nunca a nadie entrar en el 5ºB.

La vivienda vacía debería explicarla el INE, el dato, un gráfico y cuatro sumas del Catastro. Sin embargo, toda la ciencia contable y urbanística se marea ideológicamente para que la culpa de todo la tenga un fondo buitre y un puñado de especuladores; o, desde el otro lado, la permisividad del gobierno con los okupas. A mí nadie me explica lo del 5ºB.

Hay que andarse con ojo con las prioridades del Gobierno, porque el problema del que nos van a librar es el que tú todavía no tenías, y pronto sí

Lo sensato, si tuviéramos gobernantes inmisericordemente profesionales, es que las estadísticas, y las experiencias en otras capitales de Europa y del mundo, tomadas con frialdad y método, dieran luz a las medidas exactas que amortiguan la subida de precios o la carestía de domicilios. Sin embargo, el político quiere hacer política todo el tiempo, de modo que elige como solución automática a un problema aquélla cuya coloración resulta acorde con su paleta de valores. Si la izquierda quiere poner topes a los precios, no es porque crea que funciona, sino porque cree que es lo que debe hacer en tanto que izquierda. Si la derecha quiere precios libres y construir más vivienda, no se debe a que considere que esto va a ser mano de santo, sino a que suena muy propio de gente liberal y conservadora dar libertad al dinero y al ladrillo.

Es asombroso que no se pueda determinar metódicamente si fijar un precio máximo al alquiler funciona o no. O funciona o no funciona, amigos. Averigüenlo antes de hacerlo, sugiero.

Foto: Un bajo en Carabanchel transformado en vivienda. (Alberto Olmos) Opinión

Con todo, entre la política y la gráfica, se pierde mi 5ºB y, con él, cientos de pisos cerrados en Madrid, en Salamanca o en Valencia. Hay una psicología del pequeño propietario que queda aplastada e ignorada por la grandilocuencia ministerial. Hay gente que no quiere alquilar o vender su piso vacío por motivos de sentimentalidad esencialmente apolítica. No lo quieren alquilar ni vender porque es suyo. ¡Anarquía!

Hablamos, en fin, de un patrimonio, eso es lo que estamos aquí manoseando, y el patrimonio, por mucho que se salde en dinero, no es sólo dinero; es familia, herencia, recorrido e identidad.

Mi casa es lo que yo valgo, lo que yo tengo, lo que yo puedo dar y lo que yo puedo defender.

Hay gente que no quiere alquilar o vender su piso vacío por motivos de sentimentalidad apolítica. No lo quieren alquilar ni vender porque es suyo

Así las cosas, el 5ºB de ahí enfrente está vacío porque sus dueños (hipótesis) lo compraron para que sus hijos estudiaran en Madrid, cuando los de provincias podían comprar pisos en Madrid para que sus hijos fueran a la universidad. Y los hijos fueron a la universidad, y trabajaron, pero luego la vida los sacó de la capital, y el piso quedó vacío. Es, en fin, una apuesta de amor que salió regular, pero que sigue en pie para visitas ocasionales a Madrid, para decir que se tiene un piso en Madrid y para fraguar, final y épicamente, en herencia de los hijos.

Así, para estos pequeños propietarios, alquilar el piso es un gesto obsceno, porque supone meter gente extraña en casa, poner a un desconocido a dormir donde dormía la hija, y a comer en la mesa que les regaló un tío segundo. Olvídense de los okupas (no siendo, claro, algo que ayude), lo que hace que esa familia no alquile su casa es que no necesitan 10.000 euros más al año, y un montón de problemas. No es tanto miedo a los okupas como miedo a la gente. Simplemente no les salen a cuenta esos 10.000 euros al año. Precisamente si la casa está vacía es porque no se compró para especular.

La casa tampoco se vende debido a otra evidencia: cada año vale más.

placeholder Manifestación para exigir un cambio en el modelo económico del archipiélago basado en el turismo de masas. (EFE/Alberto Valdés)
Manifestación para exigir un cambio en el modelo económico del archipiélago basado en el turismo de masas. (EFE/Alberto Valdés)

Entonces, estas familias tienen una casa vacía que se va revalorizando, que les da calor de futuro, calidez patrimonial, y a estas familias les trae sin cuidado el gran dibujo de la Vivienda, con su ministerio y su gráfico, y su titular mañana en el periódico. Todo eso no tiene nada que ver con ellos, que lo único que hacen es pagar el IBI de una casa que no usan, pero de la que están muy orgullosos.

Tú intenta quitarle o decirle a una familia qué tiene que hacer con su segunda casa, con ese 5ºB de sus entretelas, y verás lo que pasa

Ante este panorama, diversos dementes y no tan dementes (Canarias) proponen ideas radicales cercanas a la expropiación. Creen, en su ignorancia emocional, que quitarle la casa a la gente u obligarla a hacer con ella lo que no quiere hacer es como decirle al conductor de un coche que aparque en otro sitio o que no puede circular por esta o aquella calle; una simple orden sin consecuencias.

No lo es, amigos. Tú intenta quitarle o decirle a una familia qué tiene que hacer con su segunda casa, con ese 5ºB de sus entretelas, y verás lo que pasa. Tú trata de arrancarle el corazón a una familia, y verás dónde llegamos.

Es normal que el gobierno haya tardado en acordarse de la vivienda, dado que tiene un ministerio íntegramente dedicado a ella. Nosotros tampoco recordábamos que Isabel Rodríguez era ministra de algo. En noviembre de 2023, el presidente hizo grabar en letras mayúsculas y doradas en una cartera de cuero la leyenda “Ministra de Vivienda y Agenda Urbana”, y cinco meses después en Moncloa han pensado que eso lo tuvieron que escribir por algo. De pronto, la vivienda se ha convertido en la “principal preocupación” y la “principal prioridad” del gobierno. La “agenda urbana”, sin embargo, no es preocupante ni prioritaria, porque aún están reflexionando sobre qué quisieron decir con “agenda urbana”.

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