Elsa Pataky pudo ser Ingrid Bergman, pero prefirió fregar los platos

El actor Chris Hemsworth inauguró hace poco una estrella con su nombre en el Paseo de la Fama de Hollywood. En su discurso incluyó un reconocimiento especial hacia su esposa, la actriz española Elsa Pataky. Chris y Elsa llevan juntos catorce años y tienen tres hijos. Dijo el actor: “No se me escapa que ella renunció a sus sueños para apoyar los míos”. Como comprenderá cualquier mujer, estar casada con Chrish Hemsworth no puede ser en ningún caso un sueño que tenías.

Guapo, escultural, millonario y famoso, amén de, por lo que se percibe, absolutamente encantador, Hemsworth es consciente de haber aniquilado con su sed de éxito los sueños de Elsa Pataky, de los que no queda ni rastro. Él tiene un patrimonio personal de 150 millones de dólares, mientras que ella sólo puede exhibir 50. Más de seis millones de personas siguen a Elsa Pataky en Instagram, pero eso no es un consuelo. Tampoco lo son las campañas de belleza que lleva a cabo en esta red social para firmas como Biotherm, ni haber sido portada de Vanity Fair, Woman, InStyle y Wish Magazine (sólo en los últimos seis meses). En fin, sueños rotos. Vive en una mansión distinta en cada foto, pero ¿y qué? En 2022, participó únicamente en cuatro películas.

La chica que dio sus primeros pasos actorales en Al salir de clase (1997-1999) ha acabado interpretando a Elena Neves en la saga de Fast and Furious (entregas 5, 6, 7 y 8), lo que sin duda evidencia un camino descendente. Soñó en vano con un papel en La que se avecina.

¿Era ése su sueño, debemos preguntarnos, un papel de portera o botánica o fontanera en la temporada décimo tercera de La que se avecina? ¿Soñaba además con casarse con un técnico del equipo de iluminación? ¿Con tener cinco hijos y vivir en Getafe?

¿Era ése su sueño, debemos preguntarnos, un papel de portera o botánica o fontanera en la temporada décimo tercera de La que se avecina?

No siempre puedes conseguir todo lo que quieres, dice la canción. Elsa lo sabe bien. Sus sueños acabaron en Australia, en una casa con techos de cuatro metros de altura y demasiados criados recordándole su fracaso. Es feliz, ése es su mayor fracaso.

Las palabras de su esposo han sido muy criticadas, y Elsa Pataky es ya un icono de las mujeres que sacrificaron su carrera profesional para cuidar de sus hijos. Como sabe cualquiera que la viera actuar en Ninette (José Luis Garci, 2000), Elsa Pataky podía haber sido Ingrid Bergman, la nueva Ingrid Bergman, haciendo papeles para Darren Aronofsky y Terrence Malick, como Natalie Portman, en lugar de salir en Thor: Love and Thunder, con -de hecho- Natalie Portman. Al final todos los sueños de ser actriz acaban en Thor: Love and Thunder.

Fregar platos, barrer, hacer la compra, poner la lavadora, tender, cambiar pañales, llevar a los niños al médico, llevar a los niños al colegio, recogerlos, vestirlos, renunciar a una cena por estar con ellos, renunciar a un viaje, renunciar a una película, a una portada, a una campaña de publicidad, a una reunión, a un trabajo; limpiar sus vómitos, hacer con ellos los deberes, hacerles el desayuno, la comida y la cena y la cama. Eso es cuidar de tus hijos. En algún momento, un patrimonio común de 200 millones de dólares debe de darte un respiro. Elsa no tiene un respiro, sin embargo, se pasa el día con los niños a cuestas, como cualquier madre amantísima casada con un teleoperador.

Por eso Elsa es un ejemplo de madre amantísima, porque es capaz de mantener completamente separados el cuidado de los niños y 200 millones de dólares. Una cosa no tiene nada que ver con la otra. Las criadas, las enfermeras, las cuidadoras, las cocineras y los chóferes apenas ayudan. No hay diferencia alguna contigo y tus tres hijos tú sola en Alcorcón. Sois iguales. Mujeres, al fin.

Ingrid Bergman se casó con Roberto Rosellini y renunció prácticamente al cine de Hollywood, para hacer cinco películas seguidas con su marido y, después, con los mejores directores europeos (Jean Renoir, Anthony Asquith, Ingmar Bergman). Grace Kelly dejó por completo la actuación al casarse con Raniero III en 1956, convirtiéndose en la princesa de Mónaco. Hay sueños mejores que el de casarse con Chris Hemsworth, eso es verdad, Elsa. Ingrid Bergman y Grace Kelly cumplieron sus sueños, aprovechando que no hay tantos príncipes monegascos ni tantos directores neo-realistas italianos. Hay los que hay.

¿Cuáles eran, en fin, los sueños de Elsa Pataky? ¿Vosotras lo entendéis, madres de Madrid, mientras acudís a la puerta del colegio sin comer después de trabajar para poder recoger a vuestros hijos en punto?

Nunca comprenderéis la suerte que habéis tenido de no estar casadas con Chris Hemsworth, un hombre que iba a destruir todos vuestros sueños.