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¿Hay alguna diferencia entre hacer periodismo e inventarse bulos?
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Alberto Olmos

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¿Hay alguna diferencia entre hacer periodismo e inventarse bulos?

Pedro Sánchez lo tiene claro: no

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El próximo 17 de julio, Pedro Sánchez hará del mundo un lugar un poco mejor, dado que no podrás inventarte cosas malas sobre él. Su propósito de acabar con los bulos tiene ya hoja de ruta, como explicó el pasado lunes en la catedral del periodismo decente; o sea, en La Ser. Ahí le ha dicho a Àngels Barceló que llevamos veinte años de retraso con Europa, porque en Europa casi nunca dicen nada sobre Sánchez, ni bueno ni malo. También ha revelado que, para acabar con los bulos, debe impedirse que el dinero público llegue a los medios que los difunden. Yo no sabía que la Administración Pública contratara publicidad con ContraperiodismoMatrix.com, pero debe ser que sí.

Cervantes no existió”, reza un titular de esta web, informativa a su manera. Hace más de un año, deleitaba a sus lectores con esta otra pieza: “Prueba de Satanismo obvio del Papa y Sánchez y del Cisma”. Parece ser que Pedro Sánchez estuvo 35 minutos con el Papa en “un ritual satánico masónico”. Yo no creo que fuera para tanto. Sin embargo, ¿por qué un ministerio, un ayuntamiento o Ayuso pondrían publicidad en esta web delirante? Si la miramos con lupa, y actualizamos durante toda la tarde, no aparece ni un sólo banner satánico en sus páginas, ni de Ayuso ni del gobierno de Castilla y León. Sin embargo, Pedro Sánchez tiene toda la razón cuando afirma: “Lo que no es aceptable es que, con recursos públicos, se esté financiando la desinformación y los bulos”. En efecto, no sería aceptable.

Debemos entender al presidente, pues cuando dice, un poco a voleo, que “los medios digitales o pseudomedios digitales o tabloides digitales” viven de dinero público procedente de “la ultraderecha”, está diciendo que, si lo miras con sus ojos, todo es un poco lo mismo, ContraperiodismoMatrix y ABC, Forocoches y El Confidencial, Exponiendo la verdad y The Objective. Gente que escribe cosas, difunde cosas, tiene su público y no está dirigida por Pepa Bueno. Si no está al mando Pepa Bueno, el bulo es siempre una posibilidad, como un aire que respiran.

Así, que alguien difunda en redes sociales o en webs conspiranoicas que Begoña Gómez es transexual no está tan lejos de difundir que “firmó una carta en 2020 para que dos empresas se llevaran un contrato del gobierno de 7 millones de euros” (El Confidencial). ¿Por qué lo primero es un bulo y lo segundo, una noticia? Si las dos cosas molestan mucho a Pedro Sánchez, su naturaleza no puede ser antagónica, la una nutrida por la imaginación más esquinada y la otra por la investigación, la recopilación de documentos, las llamadas de confirmación y la valoración final de su relevancia informativa para la sociedad. No, coño. José María Olmo investiga y comprueba durante meses pero, al final, es lo mismo que si se lo inventara.

Lo importante es que un político conservador no pueda hacer lo que Sánchez con la SER (más de 8 millones entre 2018 y 2023): quererle de más

Establecido este marco indiscutible (inventarse cosas es lo mismo que descubrirlas, si le hacen daño a Sánchez), pasamos a la legislación salvífica, que mejore un poco el mundo, como decimos. Después de darle algunas vueltas con sus asesores, Sánchez ha concluido que la única manera de hacer entrar en razón a la prensa fastidiosa es asfixiarla económicamente, haciendo pagar a los periodistas críticos por los bulos de Internet entero. Suena justo. Así, si a Ayuso le gusta mucho un periódico, y le pone mucha publicidad, habrá que establecer que ese periódico difunde bulos, y prohibir a Ayuso que le coloque tantos banners. Lo importante aquí es que ningún político conservador pueda hacer con ningún medio lo que hace Pedro Sánchez con La Ser (más de ocho millones de euros entre 2018 y 2023): quererle de más. Un político enamorado de un periódico es siempre un peligro para la sociedad.

A este movimiento lo llama Pedro Sánchez en la radio “acción democrática”; y, luego, “calidad democrática”. Lo esencial es comprender que cualquier cosa que hace Sánchez para proteger su mandato lo hace, en realidad, por nosotros. ¿Cuándo fue la última vez que discutió usted con sus amigos sobre bulos y desinformación? ¿No fue ayer mismo, de forma encendida y presa de una completa desazón? La ciudadanía estaba pidiendo a gritos que Sánchez actuara ya mismo contra esas informaciones que desestabilizan a Pedro Sánchez.

Foto: Ilustración: Emma Esser.
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Para saber qué es un bulo y, seguidamente, quitarte la publicidad, habrá que nombrar un comité de expertos. Aquí hemos tenido suerte porque, justo cuando Pedro Sánchez sopesaba en palacio su posible dimisión, apareció un manifiesto firmado por decenas de periodistas donde se señalaba “la campaña de bulos, falsedades y acoso contra los miembros del gobierno” que era el periodismo de los demás. Entonces bastará con que Antón Losada saque su espada láser para cortate la yugular si una de tus noticias es, bajo su criterio totalmente inmaculado, un bulo. O sea, si el titular incluye las palabras “Begoña Gómez” o “hermano del presidente” o “tesis de Pedro Sánchez” o “libro de Pedro Sánchez”, o por ahí.

Tenemos dudas, que se resolverán pronto, sobre si un único bulo supone ya el fin de la publicidad institucional o si primero se te sacará la tarjeta amarilla; sobre si el cierre publicitario es anual o definitivo; sobre si hay bulos más graves que otros; sobre si la okupación de tu vivienda es también un bulo. Que España es el país con más fosas comunes del mundo después de Camboya ¿es un bulo?

Lo importante para Sánchez es que comprendamos la tontería que significa dedicar tantísimo tiempo y esfuerzo como periodistas a hacer lo mismo que un tipo en su casa cuando se lo inventa todo para su canal de Youtube.

No merece la pena, amigos. Ese es el mensaje del presidente: no te va a merecer la pena.

El próximo 17 de julio, Pedro Sánchez hará del mundo un lugar un poco mejor, dado que no podrás inventarte cosas malas sobre él. Su propósito de acabar con los bulos tiene ya hoja de ruta, como explicó el pasado lunes en la catedral del periodismo decente; o sea, en La Ser. Ahí le ha dicho a Àngels Barceló que llevamos veinte años de retraso con Europa, porque en Europa casi nunca dicen nada sobre Sánchez, ni bueno ni malo. También ha revelado que, para acabar con los bulos, debe impedirse que el dinero público llegue a los medios que los difunden. Yo no sabía que la Administración Pública contratara publicidad con ContraperiodismoMatrix.com, pero debe ser que sí.

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