Es noticia
El mejor libro del año: de entrevistar a Hitler a colaborar con Franco
  1. Cultura
  2. Mala Fama
Alberto Olmos

Mala Fama

Por

El mejor libro del año: de entrevistar a Hitler a colaborar con Franco

La vida de Josep Pla se revela tan apasionante como la de un personaje de Francis Scott Fitzgerald

Foto: Josep Pla. (Real Academia de la Historia).
Josep Pla. (Real Academia de la Historia).

El mejor libro del año tiene 1.500 páginas. Trata del escritor Josep Pla. Es una biografía. Visto así, no dan ganas. Sin embargo, un libro de 1.500 páginas sobre un incansable periodista que viaja por toda Europa, entrevista (o, lo que es mejor, quizá se inventa que entrevista) a Hitler y acaba haciendo labores de espionaje para el bando franquista después de estar al servicio de oscuros prebostes catalanes… Eso, amigos, es oro puro.

Un corazón furtivo (Destino), que así se llama la biografía de Josep Pla, empieza con esta frase: "A Josep Pla le gusta ponerse la ropa de otros". Es un frase extraordinaria.

Xavier Pla, autor del volumen y sin relación de parentesco con Josep, exhibe dos grandes hallazgos en estas diez humildes palabras. El primero es que nos dibuja al personaje. Decíamos ayer que una biografía es una interpretación, incluso una apropiación: hay que darle al biografiado una coherencia que la vida misma no tiene. Su propuesta para Pla es que se trata de una persona ambigua, adaptable, sibilina, transformista y nunca en venta, pero siempre en alquiler. Se pone la ropa de otros. Se pone la bandera de otros. Se pone los intereses de otros. Escribe lo que le mandes y, aún así, escribe muy bien. Triunfa, pero es cobarde.

El segundo hallazgo de Xavier Pla es de mucha finura, pues atañe al tiempo verbal de sus 1.500 páginas. Imaginen lo loco que hay que estar para escribir la vida pasada, muerta, acabada, muy siglo XX de una persona y hacerlo todo en tiempo presente. La vida de Pla está contada con "nace", "viaja", "escribe", "dice". Es una decisión técnica radical, contraintuitiva.

placeholder Portada de 'Un corazón furtivo', la biografía de Josep Pla que ha escrito Xavier Pla.
Portada de 'Un corazón furtivo', la biografía de Josep Pla que ha escrito Xavier Pla.

Lo que consigue Xavier Pla con este gesto es librar al texto de cacofonías ("nació", "viajó", "escribió": todo el estruendo del pretérito), pero también de polvo y peso. El presente hace más vivo a Pla, reverdece su peripecia, aligera el dato y el documento. La consecuencia feliz es que Un corazón furtivo se lee como una monumental novela de aventuras políticas.

Esta decisión la vimos ya en El hijo del chófer (Tusquets), de Jordi Amat, donde también salía mucho Josep Pla (el hijo del chófer, Alfons Quintá, es el hijo del chófer de Josep Pla). Igualmente, tanto Amat como Xavier Pla privilegian la frase corta. En Un corazón furtivo se cita El hijo del chófer, por supuesto; y se cita a Anna Caballé, autora de una excelente biografía de Francisco Umbral (Debate). Luego resulta que Casi unas memorias, de Dionisio Ridruejo, donde se habla un largo rato sobre Josep Pla, está editado por Jordi Amat. Xavier Pla cita a Ridruejo.

Y a Arcadi Espada. Ya que estamos (todos).

Lo que consigue Xavier Pla con este gesto es librar al texto de cacofonías, pero también de polvo y peso

El mundo cultural catalán es complicado, pequeñito, retornable. Y la figura que encadena catalanes de todos los tiempos, y también políticos, es Josep Pla.

Seguramente la palabra que mejor define la cultura catalana en su conjunto es: cadeneta.

Un diarista

Josep Pla siempre se nos ha presentado como el mejor escritor catalán de todos los tiempos. Como nadie fuera de Cataluña lo lee, no ha habido ocasión de preguntarse qué escribió. Lo cierto es que no escribió nada, 30.000 páginas, sí; pero, a su manera, nada.

Josep Pla pocas veces se sentó a escribir un buen libro, de la primera a la última página, para darlo luego a la imprenta. No tiene una gran novela. Pla es, sobre todo, articulista, y lo que pasa con el articulismo literario es que, cuando te quieres dar cuenta, has escrito un libro. Sólo tienes que juntar todo lo que has escrito antes, para el periódico.

Eso hizo Pla con uno de sus libros más encantadores, El advenimiento de la República, donde junta las crónicas que iba mandando desde Madrid. A mi juicio, un modelo de prosa perfecta: sencilla y humorada.

Foto: Miguel Utrillo y Josep Pla, juntos en una foto en 'La Estafeta Literaria' del 6 de mayo de 1967.

Dionisio Ridruejo ve en Casi unas memorias que Pla no es exactamente un escritor, y define su obra como "un gigantesco y variadísimo diario". Un diarista es lo mismo que un columnista, sólo que su pasión por entregas se la guarda para sí. El diario es como un periódico que sólo lees tú, hasta que lo haces público e histórico. Quiere decirse que Ridruejo me da la razón, naturalmente.

Y aquí volvemos a Un corazón furtivo, donde, después de pintiparar a Pla con un mendigo de ropa sucesiva, se nos dice que lo guardaba todo, si contenía letras. Guardaba las cartas, los artículos, los diarios, los dietarios, pero también las entradas de cine y las notas sueltas y cualquier cosa que registrara su paso por el mundo. Es encantador. Xavier Pla no sólo nos revela, sin explicitarlo, cómo sabe todo de la vida del autor de El cuaderno gris, sino que continúa levantando ante nuestros ojos un personaje fascinante, por las puntas parecido al protagonista de El secreto de Joe Gould (Anagrama), de Joseph Mitchell. Dos hombres acumulando cosas, acumulando testimonio.

La vida de Pla fue un gran cálculo acertado, debemos suponer. "Quiere ser escritor de una forma global y total", y para ello hay que entender la modernidad literaria, su condición de espectáculo. "Debe cuidar las relaciones con los editores, responder todas las cartas que recibe de los lectores, prestar atención a la redacción de los contratos literarios, trabajarse la complicidad de los críticos, ser consciente de la importancia de las estrategias publicitarias, elegir sus fotografías para presentarse al público". Pla hizo esto y mucho más para que ahora le celebremos como el mejor escritor catalán de todos los tiempos.

Hacia los años 30, en Madrid, Pla ya era “capaz de afirmar una cosa en un periódico y la contraria en otro”. Había triunfado como columnista.

Entrevistó a Hitler, por ejemplo. No cuando Hitler era tan famoso como Taylor Swift, sino cuando apenas tenía público en sus "putsch" en cervecerías (1923). La única prueba de que entrevistó a un joven Hitler es la propia entrevista. Todo apunta a que se la inventó. También se inventaba sus propias entrevistas, o sea, las que le hacían a él. Escribía las preguntas y las respuestas.

Pla admiraba a Baroja y, a su modo, fue un Baroja tentativo, falso, fotográfico. La biografía nos lo muestra viajando literalmente por toda Europa, acostándose con numerosas mujeres, y muchas, extranjeras; bebiendo sin parar, merodeando hoteles de lujo y el Hemingway que tocara. Una vida disoluta y dromedaria que nunca llevó Pío Baroja, que no sé si salió alguna vez de su casa.

Un corazón furtivo, en sus primeras 800 páginas (que son las que aquí reseño en exclusiva), nos presenta a un personaje como de Francis Scott Fitzgerald, de cóctel y flapper; y también su deriva hacia un campesinado cosmético y con boina que, al cabo, fraguaría en el Josep Pla que hoy identificamos. Ese viejo con bastón y gorrilla y ropa de pobre que recibe en su cabaña rural y parece un poco infantil y un poco meteorológico.

Foto: Scott Fitzgerald y Hemingway.

"Piensen que Pla era un individuo capaz de llegar a una ciudad desconocida, montarse en un taxi, hablar con el taxista y cuando llegaba al hotel, escribir una crónica exhaustiva sobre aquella ciudad, como si hubiese estado viviendo allí cinco años", afirma Albert Sánchez Piñol, citado en la obra.

Hacia los años 30, en Madrid, Pla ya era "capaz de afirmar una cosa en un periódico y la contraria en otro". Había triunfado como columnista. Su amo era Francesc Cambò. Sólo unas páginas más allá aparecerá Juan March. A veces, Pla tenía que cambiar de opinión porque, a fin de cuentas, el dinero también cambia mucho de opinión.

"Secretario servil, escudero y sirviente de Cambò", le consideraban los catalanes progresistas.

En Madrid, se muestra muy próximo a Portela Valladares y a los camareros del Palace. Después de tantos años en el centro del centro de la verdad de un país, Pla nos deja esta frase impresionante: "Los políticos, como tienen que ser: listos y mediocres".

El mejor escritor catalán de la historia volvió a Cataluña con las tropas de Franco, literalmente.

Cuando llega la Guerra Civil, sale de España, recala en Francia y colabora con el servicio de propaganda y espionaje del bando sublevado. El mejor escritor catalán de la historia volvió a Cataluña con las tropas de Franco, literalmente.

Después de todos estos vaivenes y penurias, decidió ser solo un campesino que escribe sobre gorriones y tramontanas. "Él ha tenido bajo todos los regímenes políticos la modesta aspiración de no ir a prisión", afirmó un tal Domènec Guansé.

Ahí acaba la primera mitad de Un corazón furtivo, un libro excepcional, el libro de una vida, diríamos, por partida doble. Es la vida de Josep Pla, pero hace falta toda una vida, la de Xavier Pla, para escribir algo tan extraordinario.

El mejor libro del año tiene 1.500 páginas. Trata del escritor Josep Pla. Es una biografía. Visto así, no dan ganas. Sin embargo, un libro de 1.500 páginas sobre un incansable periodista que viaja por toda Europa, entrevista (o, lo que es mejor, quizá se inventa que entrevista) a Hitler y acaba haciendo labores de espionaje para el bando franquista después de estar al servicio de oscuros prebostes catalanes… Eso, amigos, es oro puro.

Libros Literatura Ensayo
El redactor recomienda