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Mala Fama
Por
No podéis darnos una lección más
Todo el feminismo se revela como una farsa cuando en sus propias filas acogen a auténticos depredadores
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2017 fue un gran año para el machismo. Por ejemplo, Kiko Rivera quería a su madre. Dijo: “Me quita de muchos quehaceres”. Fue en El Hormiguero y fue noticia, dado que querer a su madre de esa forma era machismo en su máximo esplendor. Además, aquel año Dani Rovira vio un cartel de Intimissimi en la calle y tuiteó: “Atención, hombres de España, no miréis las marquesinas estos días, no vaya a ser (…) que os tachen de machistas”. Pues eso sí que era machista, dijeron. Por su parte, Juan y Medio recortó una falda a una mujer en su programa de televisión: nueva noticia sobre el machismo. Pasaron tantas cosas machistas en 2017: las letras de Maluma, un anuncio de BMW, los “peluches machistas” de Playmobil…
Así de criminales éramos. Por suerte, los denunciantes de estos excesos no bajaban la guardia. Estaban en pequeños partidos a la izquierda del PSOE, y tenían el “feminismo” como bandera. Eran Podemos y sus derivadas, Más Madrid (2018) y Sumar (2023), amén de sus réplicas regionales, Compromís o En Marea. El bien siempre viene en frasco pequeño.
Su tarea durante años fue monumental: reeducar a veinticuatro millones de hombres. Para eso hacía falta un montón de dinero y, eventualmente, todo un ministerio (Igualdad, 2020). Pusieron bancos morados, hicieron anuncios señaladores (Xokas, Pablo Motos), encargaron estudios fundamentales (¿eres binario?) y defendieron a las madres que secuestraban a sus hijos. Llamaban maltratadores a sus ex maridos.
Era una batalla sin cuartel contra el hombre común, que lo peor que había hecho era volver tarde del fútbol. A lo mejor le había mirado el culo a la camarera, no digo que no.
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Podemos decayó, Sumar subió, y entró en el gobierno. La lucha contra el machismo continuaba.
Un nombre, sin embargo, flotaba sobre las marejadas fatales de la política: Íñigo Errejón. Íñigo, de hecho, fundó Podemos, fundó Más Madrid, fundó Más País y fundó Sumar. Iñigo, la virgen, fundó el feminismo entero.
Sumar estaba tan ocupado castigando preventivamente a veinticuatro millones de machistas que se les pasó Errejón
Ahora hemos sabido que lleva años (probablemente todos estos años) dispensando a las mujeres un trato que pone los pelos de punta.
Sumar estaba tan ocupado castigando preventivamente a veinticuatro millones de machistas que se les pasó Errejón. Se les pasó (datos de Cristina Fallarás) once veces por lo menos; once testimonios ha recogido la periodista. Se les pasó incluso cuando todo Twitter (hoy X) vio en el verano de 2023 el hilo de una chica denunciando que le había tocado el culo en una fiesta. También decía que gente de Sumar le había llamado para que no se tomara esos tocamientos como machismo. Eran prácticamente feminismo. Eran tocamientos de Íñigo Errejón.
Mientras, los hombres que no le tocaban el culo a desconocidas ni se arrojaban sobre presentadoras de televisión seguimos siendo machistas y reprendidos puntualmente por ello. Yo mismo, en diciembre de 2023, tuiteé dos palabras: “Lucha obrera”, sobre una foto de Yolanda Díaz vestida como para una peli de Almódovar, y más de 600 “feministas” me dieron el alto. Dónde vas, machista, dónde vas. Una de ellas fue Ángeles Rodríguez “Pam”, errejonista.
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En enero de 2024, Sumar nombraba portavoz parlamentario a Íñigo Errejón. Les pareció que era la persona adecuada. A los demás hombres de España nos miraban con lupa antes de dejarnos vivir, nos sacaban 45 micro-machismos por segundo, sin conocernos en persona. Íñigo, ya ven, pasó todos los controles de calidad.
Lo supimos
Meses antes, el ministerio de Igualdad, a través de la ley del “sólo sí es sí”, había conseguido rebajar la pena de un millar de violadores, que saldrían a la calle antes, gracias a este feminismo formidable. Lo cierto es que habían conseguido poner más violadores en la calle que bancos.
Esto era brutal, pero, en el fondo, no. Irene Montero y Pam estaban tranquilas, dormían tranquilas. Imaginen dormir tranquilo cuando, por tu impericia legislativa, va a haber mil violadores más en la calle. Parece que hay que ser muy feminista para que esto no te quite el sueño.
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Y ahí, lo supimos. Y hoy, con el caso Errejón, lo sabemos. Su feminismo es una farsa, es sólo dinero, son 100.000 euros al años, 50.000 para las amigas. De Irene Montero a Elisabeth Duval, no hay empatía con las mujeres, lucha alguna, verdad de ningún tipo. Hay extracción. Es un producto que se vende, pero no se consume. Es el feminismo reducido a un favor que me hago a mí misma.
Hacían falta tantos machistas para ganar dinero que nos convirtieron a todos en machistas. “Queda mucho por hacer” sólo significaba que la hipoteca es a treinta años. Mientras, aquí el único que hacía caja sexual con la cultura de la violación era Errejón, portavoz de Sumar. Es tan fuerte que no te lo puedes creer: todo lo que saben en Sumar de la cultura de la violación lo aprendieron de su portavoz.
Ni yo ni millones de hombres hemos hecho nunca lo que ha hecho Errejón; ni yo ni millones de hombres hemos tapado nunca cosas como las de Errejón. En Sumar dicen que no lo sabían, simplemente porque si lo supieran dejarían instantáneamente de cobrar un sueldo público.
Su feminismo es una farsa, es sólo dinero. De Irene Montero a Duval, no hay empatía con las mujeres, lucha alguna, verdad de ningún tipo
Al final, el hombre de fiar, el hombre bueno, era el hombre común, con todos y cada uno de sus defectos. Una vez te fue infiel, elige las películas porque salen tías buenas, suelta en el bar groserías con los amigotes... Pero ese tío le partiría la cara a Errejón sin dudarlo; y lo haría por ti.
Sumar le protegió. Todas vosotras le protegisteis.
No podéis darnos una lección más.
2017 fue un gran año para el machismo. Por ejemplo, Kiko Rivera quería a su madre. Dijo: “Me quita de muchos quehaceres”. Fue en El Hormiguero y fue noticia, dado que querer a su madre de esa forma era machismo en su máximo esplendor. Además, aquel año Dani Rovira vio un cartel de Intimissimi en la calle y tuiteó: “Atención, hombres de España, no miréis las marquesinas estos días, no vaya a ser (…) que os tachen de machistas”. Pues eso sí que era machista, dijeron. Por su parte, Juan y Medio recortó una falda a una mujer en su programa de televisión: nueva noticia sobre el machismo. Pasaron tantas cosas machistas en 2017: las letras de Maluma, un anuncio de BMW, los “peluches machistas” de Playmobil…