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Mala Fama
Por
Tu hijo es Jack el Destripador
Después de ignorar los problemas reales de los varones adolescentes, ahora preocupa mucho uno imaginario puesto de moda por una serie de televisión
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La serie Adolescencia ha denunciado un problema que no existe y, como pasa siempre con los problemas imaginarios, la solución está en marcha. Los varones adolescentes tenían dificultades, acné, exámenes, pero nada de eso daba que hablar porque nadie hizo una serie. Ahora hemos descubierto algo muy peligroso, la mayor amenaza para nuestra convivencia, y es un chico al que le gusta una chica, y lo pasa mal. Hay que ir a por él.
La serie Adolescencia es la historia de un muchacho de aspecto angelical que le ha asestado catorce puñaladas a una chica. Stephen Graham, creador del show, vio una noticia en el periódico y comprendió instantáneamente que había que considerar asesinos a todos los muchachos ingleses menores de edad. No quedaba otra. Era verdad, por un titular confuso (que además yo no he localizado), que los chavales odian a las mujeres, que las matarían si pudieran y que acuchillan compañeras a nada que se ríen de ellos. La prueba de que es verdad todo lo que dice la serie es que ha tenido mucha audiencia. También Juego de Tronos era toda ella verdad, y por eso el invierno llegaba en mayo, cuando lo decía un personaje subido en un dragón.
También 'Juego de tronos' era toda ella verdad, y por eso el invierno llegaba en mayo, cuando lo decía un personaje subido en un dragón
Existe un mercado de ideas, un parqué de la conversación. Adolescencia ha agotado existencias, sus acciones se han disparado, y todo el mundo quiere una parte del pastel. Si Stephen Graham se ha hecho millonario con una idea, tú quieres que tu noticia sea leída, que tu periódico tenga más suscriptores, que tu programa de televisión resista, que tu lugar en la tertulia se afiance. Hablar de adolescentes asesinos te dará todo eso. Que haya que pasar por encima de indefensos chavales mediante afirmaciones de trazo grueso y estadísticas gratuitamente alarmantes no supone mayor inconveniente. Es lo que hacemos en el periodismo.
¿Jack el Destripador adolescente? Te lo quitan de las manos.
“Preocupación por los casos de violencia juvenil”, dicen en Telemadrid. “Menores de 14 años”, afinan. “Subida de un 40% de la violencia sexual”. “Armas: blancas y de fuego”.
“La fiscalía alerta del fuerte repunte delictivo entre los menores de 14 años”, leemos en El Mundo.
Ya saben, esos niños de 14 años o menos atracando bancos que todos hemos visto; robando coches, entrando a tiros en gasolineras, en 2025. El Torete era una nenaza, pues empezó a delinquir con quince (1975).
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Lo cierto es que casi todos estos delincuentes despiadados sólo quieren ir con una chica a ver la película de Minecraft. Su forma de divertirse es muy limitada: o la película de Minecraft o asesinar.
Para mayor aturdimiento del respetable, a estos chicos se les llaman incels, que es como llamar desertores a todos los que no tienen edad siquiera para ir a la guerra. Ser virgen es ser incel (o sea, un sujeto peligroso), aunque tengas doce años. ¿Cuándo hemos pasado de ver a los adolescentes como en la película Supersalidos a verlos como en La purga?
¡Son niños!
Eso mismo, “¡Son niños!”, dijo Teresa Rodríguez sobre la estigmatización de los menores no acompañados (Menas) cuando desde partidos ultraconservadores se les asociaba con el aumento de la delincuencia. Por lo que sea, esa piedad no vamos a verla con los menores sí acompañados, con nuestros propios hijos a los que damos de comer y de cenar, y llevamos a la playa. Los padres seremos culpables porque nos creeremos culpables. Está todo muy pensado.
La emergencia nacional por los adolescentes asesinos calará en los mismos que sufrieron “ansiedad climática”, pues su mecánica es idéntica. Es una mezcla de modas, marketing, falacia del hombre de paja, cherry picking (por ejemplo, mostrar el porcentaje de chicos que controlan el móvil de su novia, pero no decir que un porcentaje mayor de las chicas hacen lo mismo con el móvil de su novio), anécdota elevada a categoría y profecía autocumplida: a los adolescentes les van a dar bastantes ganas de ser tan malos como les dicen que son.
La emergencia nacional por los adolescentes asesinos calará en los mismos que sufrieron "ansiedad climática"
Como complemento, quien niegue “el problema” será parte de él; prácticamente un asesino él mismo. Así, todos callados. La histeria colectiva opera como el bullying: si te dejas acosar, todos acaban acosándote. Si nadie se levanta en favor de los muchachos, toda la sociedad caerá sobre ellos. Son presa fácil.
Es lo que va a suceder irremediablemente.
¿Cuál es el problema de los chicos de hoy, de los que tienen entre trece y diecisiete años? ¿TikTok? ¿Minecraft? ¿El precio de los cuchillos? No, amigos, el problema de todos estos varones menores de edad es exactamente éste: el desamparo. Están socialmente desamparados, institucionalmente abandonados y escolarmente estigmatizados.
¿Cómo no van a rebelarse? Literalmente les habéis dicho: “Eres un violador en potencia, eres malo por naturaleza y no le importas a nadie”.
La serie Adolescencia ha denunciado un problema que no existe y, como pasa siempre con los problemas imaginarios, la solución está en marcha. Los varones adolescentes tenían dificultades, acné, exámenes, pero nada de eso daba que hablar porque nadie hizo una serie. Ahora hemos descubierto algo muy peligroso, la mayor amenaza para nuestra convivencia, y es un chico al que le gusta una chica, y lo pasa mal. Hay que ir a por él.