Sánchez 2027: si hace falta, hundimos otro barco

Hay muchas fotos de gente reunida a causa del apagón, aunque no sabemos de qué se habla en esas reuniones. Está el Comité de Situación, con Félix Bolaños; está el Consejo de Seguridad Nacional, con Pedro Sánchez; hubo reuniones en la sede de Red Eléctrica con Pedro Sánchez primero y luego con el secretario de Energía; también se reunió el Comité para el análisis de la crisis eléctrica, con Beatriz Corredor (presidenta de REE) y Sara Aagesen, ministra de Transición Ecológica. En cada foto aparecen unas catorce personas, hombres en su mayoría, y en algunas reuniones casi no caben en la mesa. Unas cien personas se habrán reunido entonces para hacerse diversas fotos que nos informen de que se han reunido. Aún desconocemos las causas concretas del apagón.

Catorce personas reunidas solucionan pocas cosas. Imaginen qué jaleo debe de ser ya sólo darle la palabra a todos. Por eso, echo de menos la retransmisión en streaming de estos cónclaves electromagnéticos. No creo que, sobre electricidad, haya cosas que los ciudadanos no podamos saber. También creo que muchas de estas reuniones duran quince minutos, el tiempo necesario para colocar a todo el mundo y poner cara de crisis ante una cámara de fotos.

Cuando se va la luz, dos personas piensan rápido. Una es el ratero o delincuente común. La otra es el político. Mientras que el 28 de abril tú estabas preocupado por tus hijos, tu madre o tu pareja, el ratero y el político estaban ya sacando algún beneficio de la situación. La delincuencia y la política tienen eso en común: van muy por delante de la dignidad.

Seguramente ya en la primera hora de desmayo eléctrico, alguien en Moncloa (un genio, sin duda), vio clara la estrategia: hagamos de todo esto una comparación con la Dana; con Mazón. El primer pensamiento del político no fue salvar vidas, si acaso la falta de energía las ponía en peligro, ni informar puntualmente (por lo que sea, el 28 de abril no hubo SMS oficial, como en las tormentas), ni por supuesto recuperar el suministro (eso era tarea de los “operadores privados”). La primera idea (y la única) fue: ¿cómo aprovechamos esta crisis?

Por eso hay tantas reuniones y de ninguna conocemos el contenido; porque sí hablan de algo que no debemos saber: cómo se arma un relato.

Así, mágicamente, numerosos políticos del PSOE empezaron a incluir la palabra “Mazón” en sus tuits sobre el apagón. Y, más mágicamente aún, también lo hicieron periodistas y ciudadanos “anónimos”. A las 16:17 (es decir, sin luz eléctrica ni internet, ya ven) Jordi Évole tuiteó: “Que alguien mire si cuando se ha ido la luz Mazón estaba en El Ventorro”.

Ya es casualidad, magia potagia y coincidencia que tantas personas se acuerden en medio de una caída de tensión histórica de algo que pasó hace seis meses, y además con la misma palabra clave: Mazón.

Así, mágicamente, numerosos políticos del PSOE empezaron a incluir la palabra "Mazón" en sus tuits sobre el apagón

Una vez que se recuperó el suministro en mi barrio, entré en Bluesky para ver si se habían enterado del apocalipsis, porque en Bluesky van un poco lentos; y busqué eso mismo, “apagón”, y decenas de posts en esta red social antifascista me contestaron con lo mismo: “Mazón”. Había mensajes publicados en esa dirección desde las 13.36; o sea, sólo una hora después de irse la luz.

¿Quién en su sano juicio, con el país paralizado y sin luz eléctrica y sin previsión cierta de si pasará la noche también a oscuras, piensa en una riada de hace medio año y en su responsable político, del PP? O, por abreviar: ¿cómo se llama ese grupo de Whatsapp?

Hace meses, por lo que sea, me acordé del Prestige, el petrolero que se hundió frente a la costa gallega en el año 2002. Sin saber muy bien cómo, mi cerebro me dijo lo siguiente: “Ya sabes, Alberto, el barco ese que hundió el PP en Galicia”. Luego, mi otro cerebro (el de pensar las cosas dos veces) opuso: “Qué coño que hundió el PP; que se hundió él solo”. Me quedé aterrorizado al darme cuenta de cómo las movilizaciones de aquellos días (Nunca Mais, etc.) habían establecido en mi cabeza la consigna: Prestige=culpa del PP.

El apagón no es culpa del PSOE, ni de Pedro Sánchez, ni de la transición ecológica, ni de las turbinas eólicas. Eso ha quedado claro mientras no sabemos qué ha provocado el apagón. Todos llevamos ya esa verdad implantada en el cerebro, y así lo recordaremos dentro de veinte años. El gobierno no tiene prisa por que el apagón sea culpa suya. Gracias al apagón, sin embargo, la Dana es definitivamente culpa de Mazón.

Cuando se hundió el Prestige, el PSOE se las prometía muy felices, pues estaba subiendo en las encuestas. Antonio Miguel Carmona, diputado entonces en la Asamblea de Madrid, afirmó con mucha gracia: “Y si hace falta, hundimos otro barco”. Parecía lógico que, gobernando el PP, muchos barcos hundidos y derramando crudo sobre las costas españolas beneficiaran las opciones electorales del PSOE.

El PP solo puede rezar para que no haya más emergencias nacionales históricas, de esas que arrasan con cualquier gobierno

Ahora es todavía mejor: muchos barcos hundidos, y todos los cortes de luz que hagan falta, y Danas por aquí y hasta invasiones alienígenas por allá durante el gobierno de Pedro Sánchez sólo contribuirán a que este mago de la manipulación revalide la presidencia del gobierno en 2027.

El PP sólo puede rezar para que no haya más emergencias nacionales históricas, de esas que arrasan con cualquier gobierno. Así no hay quien gane unas elecciones.