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Tres maneras de volcar un barco: relatos épicos de un marinero novato
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Tres maneras de volcar un barco: relatos épicos de un marinero novato

Confieso que no es una casualidad comenzar esta sección de crítica literaria, de proposición literaria sería más exacto decir, con un relato amable, agradable, profundamente positivo

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Tres maneras de volcar un barco: relatos épicos de un marinero novato

Confieso que no es una casualidad comenzar esta sección de crítica literaria, de proposición literaria sería más exacto decir, con un relato amable, agradable, profundamente positivo como el que a continuación se sigue, en momentos tan oscuros para el porvenir social y económico no ya en España, sino en el mundo entero, como los que vivimos.

 

A pesar de ser ya conocido por su anterior y exitoso libro Entre limones, en el que narraba sus peripecias tratando de instalarse en la sierra granadina de las Alpujarras tras comprar una propiedad por Internet, Chris Stewart me ha sorprendido muy agradablemente por la agilidad, frescura y buen estilo de su prosa, a lo que indudablemente contribuye la estupenda traducción de Alicia de Benito Harland. 

Stewart nos ofrece de nuevo recuerdos biográficos, si bien en este caso relacionados con el mar y la navegación a vela. Con 24 años y tras comprobar que la cría de ovejas no daba para grandes alegrías dinerarias, el protagonista recibe emocionado, a través de una amiga, la oferta de un acaudalado y anciano matrimonio para patronear su embarcación durante el verano por las islas griegas del Egeo, donde poseen una casa.

Solo hay un pequeño problema: en su vida ha visto un barco de cerca y jamás ha navegado. Nuestro hombre comienza así un aprendizaje contra reloj, carrera que se inicia con su traslado a un puerto cercano a Atenas, donde encuentra el barco en dique seco, abandonado, desaparejado y... ¡sin motor!

Divertido por demás resulta el retrato de los hermanos que se encargarán de la puesta a punto de la embarcación, junto a las mil peripecias que podrá imaginar quien a lo largo de su vida se haya visto en una tesitura similar.

De vuelta en Inglaterra, tras finalizar la temporada de verano  milagrosamente ileso él y todos los pasajeros a su cargo, nuestro protagonista se embarca en otra aventura realmente excepcional: el profesor de vela que tan esforzadamente le preparó para el desafío griego, le propone ahora formar parte de la tripulación de su barco, junto a cinco personas más, con el que pretende iniciar una arriesgada y dura travesía por el Atlántico norte.

Rebosando entusiasmo de nuevo, comienza así un incierto viaje que les llevará desde Brighton, puerto al sur de Inglaterra, a través del mar del Norte hasta la costa noruega, y después Islandia, Groenlandia, Canadá y, por fin, la costa estadounidense.

Esta parte del libro, la más larga, está impregnada de un acusado tono épico, repleta de dramatismo y suspense. Cualquier amante del mar sufrirá y gozará al ritmo de los embates del poderoso e infernal océano, de los descansos para comer y entrar en calor, de la presencia de las aves cuando la soledad se torna insoportable, de la amigable compañía de los delfines, en uno de los espectáculos más maravillosos de la naturaleza. 

Un libro de viajes, en fin. Un relato de aventuras, de suspense, de humor, de esfuerzo, de sensibilidad hacia la naturaleza, de amor a la vida, que puede hacer disfrutar a todos.

Tres maneras de volcar un barco - Chris Stewart - Ediciones Salamandra. 192 páginas. Comprar libro

Confieso que no es una casualidad comenzar esta sección de crítica literaria, de proposición literaria sería más exacto decir, con un relato amable, agradable, profundamente positivo como el que a continuación se sigue, en momentos tan oscuros para el porvenir social y económico no ya en España, sino en el mundo entero, como los que vivimos.