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'Loving a Murderer', o cómo la televisión nos hizo querer a dos acusados de homicidio
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Marta Medina

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'Loving a Murderer', o cómo la televisión nos hizo querer a dos acusados de homicidio

'Making a Murderer' relata la historia de Steven Avery y Brendan Dassey, condenados por violación y asesinato. Ahora, gracias a la serie, sus casos se han reabierto

Foto: Steven Avery en un fotograma de la serie documental 'Making a Murderer'
Steven Avery en un fotograma de la serie documental 'Making a Murderer'

"Recuerda: esto no es una película. Esa gente de ahí es de verdad. No son actores. No finjen estar en la cárcel; están en la cárcel. Cuando apagues la tele o el ordenador, ellos seguirán en la cárcel. Y hay una chica muerta. Una chica muerta de verdad. Que tenía una familia de verdad que la echa de menos de verdad". Éste fue el mantra que tuve que repetirme una y otra vez mientras veía 'Making a Murderer'.

Créditos iniciales de 'Making a Murderer'

Para quienes no hayan sido abducidos todavía por el universoNetflix, 'Making a Murderer' es una serie documental que relata en 10 capítulos la historia de losAvery, una humilde familia de chatarreros de Manitowoc (Wisconsin). En 1985, la policía de Manitowoc arrestabaa Steven Avery (por entonces de 22 años) acusado de un delito de violación y tentativa de asesinato. Avery acabaría entrandoen prisión, pero 18 años después, la justicia lo exculpabay éste decidía demandar al condado de Manitowoc para que le compensasecon 36 millones de dólares. En 2005, sin que todavía se hubiera resuelto la demanda, las autoridades de Manitowoc volvían a arrestar a Avery, esta vez junto a su sobrino Brendan Dassey,acusados de la violación,asesinato e incineración de Teresa Halbach. Avery volvía a entrar en prisión, seguido por Dassey. Hoy, 11 años después, ambos continúan encerrados.

Fue en 2015 -10 años después del ingreso en prisión de Avery y Dassey- cuando se estrenó'Making a Murderer'. La serie consiguiómás de 19millones de espectadores por capítulo sólo en Estados Unidos. En los Emmy de julio de 2016, el programa se llevabacuatro premios. En agosto, eljuez federal William E. Duffin exoneraba a Dassey y anulaba su condena porasesinato, a la espera de la resolución de una apelación pendiente desde 2007. El 15 de noviembre, varios medios anunciaban la salida inminente de Dassey de la cárcel. El día 18, otros tantos medios informaban del bloqueo de la puesta en libertad de Dassey por parte de una corte de apelación federal.El próximo 21 de diciembre, el Estado se pronunciará al respecto. Y en el caso de Avery, su abogada espera que le permitan utilizar unos tests más modernosque los que se usaron en el caso de su cliente para intentar demostrar su inocencia.

Estos son los hechos probados.

La serie que cambió el curso de la justicia

Todavía hoy, nadie -o casi nadie- puede estar seguro de qué fue lo que le ocurrió a Teresa Halbach el 31 de octubre de 2005.

'Making a Murderer' podría haber sido un documental sobre muchas cosas. Podría haber sido un documental sobre la muerte de Halbach, una joven de 25 años que fue violada, asesinada y quemada en 2005. Podría haber sido un documental sobre Steven Avery, un hombre que después de pasar injustamente 18 años en la cárcel, tras ser liberado, acaba violando y asesinando a una chica, enajenado tras la privación de libertad. O la historia de un sistema judicial que a veces permite que los asesinos se escapen. O la de un sistema judicial que a veces condena a gente inocente.

Esta última es la tesis en torno a la cual se construye 'Making a Murderer'. Y nadie le niega el mérito al documental por haber desveladolas vergüenzas de un proceso dudoso y lleno de incertidumbre y que haya obligado a que la judicatura intente subsanar los errores de su propio sistema. Pero sigue siendo un producto audiovisual, con una intención, al que no hay que acercarse como side la realidad absoluta se tratase, sino con un mínimo espíritu crítico.

Avery y Dassey reciben diariamente correspondencia de simpatizantes y fans y son los protagonistas de campañas en change.org que piden su liberación

'Making a Murderer' ha sido sido un caso extraño en el que un documental ha alcanzado una repercusión mediática tal que ha obligado a reabrir el caso, 10 años después del ingreso en prisión de Avery y Dassey. Tanto Avery como Dasseyreciben diariamente correspondencia de simpatizantes y fans, son los protagonistas de campañas en change.org que piden su liberación -hay algunas conmás de medio millónde firmantes-y de debates sobre la necesidad de mejorar los mecanismos de la judicatura, y la evolución de sus casos podríadar un giro en un futuro por obra y gracia de la televisión.

La opinión pública es una amante infiel

En la primera escena de 'Making a Murderer', las directoras Moira Demos y Laura Ricciardi muestran la vuelta a casa de Avery en 2003, tras casi dos décadas de encierro. Su prima Rita lo abraza y lo besa. Vecinos de Manitowoc lo aplauden. Los medios de comunicación lo muestran como una víctima del sistema, un hombre afable, rodeado de su familia, alegre y sonriente y lo reciben con titulares como:'La bienvenida a casa de Steve Avery'(Herald Times Reporter). Mark Gudum, representante de las Cortes de Wisconsin, se lamentaba así entonces: "A este hombre se lo llevaron de su casa, lo apartaron de su familia ylo acusaron de un crimen que no había cometido.Una vez que lo conoces de cerca, te resulta imposible pensar que lo pudiese haber hecho".

Un par de capítulos más tarde, cuandocadáver de Teresa Halbach aparecía enterrado yla policía había detenido a Avery tras encontrar restos desangre donde no debiera haber, el discurso de Gudum cambiaba: "Es bastante difícil convivir con la idea de que alguien que ha podido mostrar emociones como las de un ser humano pueda, de hecho, ser un monstruo".Los medios de comunicación pasaban a considerarle "un hombre con una personalidad disociada", "un sujetoque amenazó con matar a su ex mujer". Los vecinos afirman que "no les sorprendía" ydaban por segura la participación de Avery y Dassey en el crimen cuando todavía se estaba intentando recomponer las piezas del puzle.

Damos y Ricciardi mostraban así la facilidad con la que se dirige la opinión pública, que a su vez se retroalimenta del discurso que que inocula y que, lamentablemente, también acaba contaminando el proceso judicial. Lo fácil que es saltarse la presunción de inocencia y lo difícil que es, de hecho, tener un juicio justo. Sobre todo en la plaza pública. Las directoras criticaban el poder de manipulación de los medios y la facilidad de entrometerse en la resolución de un juez, los mismos pecados en los que inevitablemente ha acabado cayendo 'Making a Murderer'.

Las directoras critican el poder de manipulación y la facilidad de entrometerse en la resolución de un juez, los mismos pecados en los que han acabado cayendo

Antes de que Netflix comprase los derechos de la serie -antes había pasado por las manos de PBS y HBO-,Demos y Ricciardi pasaron 10 años grabando y editando más de 700 horas de imágenes. Si la serie dura 10 horas, eso quiere decir que al menos hay 690 horas que han quedado fuera del montaje final. Gracias a Demos y Ricciardi, el espectador no sólo ha sido conocedor del caso de Avery y Dassey, de las irregularidades que se produjeron en los procesos, de las dificultades de enfrentarse al Estado cuando se tienen pocos recursos, sino que también ha podido empatizar con una familia, con unas personas a las que capítulo tras capítulo ha conocido en la intimidad.

Por la composición de los planos, por lo quedeciden mostrar o dejar fuera, Ricciardi y Demos no sólo están dirigiendo el documental, sino también los sentimientos del espectador, porque utilizan el lenguaje cinematográfico para ello, no sólo el documental. Planos vacíos. Retratos de las manos nerviosas de la anciana madre de Steven. Momentos de sus padres comiendo, solos y casi a oscuras, en medio de una casa destartalada. De ellos, dos ancianos, caminando con dificultades a través de la nieve. El espectador acaba desayunando con ellos, comiendo con ellos, cenando con ellos y sufriendo con ellos.

Sin embargo, la familia de Teresa Halbach está casi desdibujada. Un hermano portavoz, que incluso acaba provocando enemistad y rechazo al verle compadreando con el Fiscal General Ken Kratz, uno de los grandes villanos de la serie. El padre y la madre de Halbach aparecen de refilón, de una forma infinitamente más abstracta que la familia Avery. Incluso los pocos elementosde la personalidad de Halbach que se muestran son la foto de la desaparición, el mensaje de voz que grabó justo antes de su desaparición y un siniestro vídeo en el que tresaños antes de desaparecer, Halbach fantaseaba con la muerte y afirmaba que, si moría antes de los 31 años, querría que su familia supiese que había tenido una existencia feliz.

A pesar de las imprecisiones que sigue habiendo en el relato de los acusados, les creemos

La familia Halbach acaba perfilándose casi como el enemigoy, a pesar de las imprecisiones que sigue habiendo en el relato de los acusados, les creemos. Después de que la aparición del cuerpo de la víctima justo en su jardín, donde justo estaba haciendo una hoguera;después de haber quedado con ella para hacer un negocio, mientras justo su novia estaba en la cárcel por conducir bajo los efectos del alcohol;después de que el propio sobrino -que tiene problemas mentales, eso sí- testifique -sin un abogado delante y en condiciones muy cuestionables- que él ayudó a su tío a violar, matar y quemar a la víctima... después de que todo esto apunte 'ligeramente' aAvery, nosotros, los espectadores, les creemos.

Creemos la teoría de la conspiración. Creemos que un asesino no identificado mató a Halbach. Que quemó el cuerpo y arrojó las cenizas en el jardín de Avery sin que éste se diese cuenta.Que las autoridades de Manitowoc se compincharon contra Avery por haberlas dejado en evidencia y para no pagar los 36 millones de dólares de indemnización. Que dejaron muestras de sangre extraídas del caso anterior, balas y la llave del coche de la víctima en su casa para incriminarle. Nos lo creemos, aunque a lo mejor si esto mismo nos lo contase nuestro mejor amigo, nuestra madre o nuestro padre, no comulgaríamos tan a gusto con ruedas de molino. También es verdad que las pruebas de fiscalía y de las autoridades tampoco se sostienen demasiado.

No es lo mismo realidad que documental que ficción

Pero es que hemos conocido la historia de Avery a través de los ojos de Ricciardi y Demos, que nos han transmitido su simpatía por la persona. Y, además, nos hemos dejado llevar por un envoltorio que aunque habla como un documental, utiliza muchos de los recursos de la ficción. Para muchos espectadores, Steven Avery y Brendan Dassey han dejado de ser personas para convertirse en personajes. En los personajes favoritos de su serie favorita.

Steven Avery y Brendan Dassey han dejado de ser personas para convertirse en personajes

"Recuerda: esto no es una película". Aunque se emita en Netflix. Aunque se haya convertido en un éxito mundial. Aunque tenga unos créditos iniciales herederos de la escuela de'True Detective' conla sugerentemúsica de Gustavo Santaolalla-compositor de las bandas sonoras de películas como 'Biutiful' o 'Brokeback Mountain'-. Aunque haya ganado 4 premios Emmy. Si hace 80 años Orson Welles acongojabaa medio Estados Unidos con su adaptación radiofónica de 'La guerra de los mundos' -muchos salían en pánicode sus casas buscandoescapar de una invasión alienígena-, hoy no hemos avanzado mucho.

Leyendo titulares como 'Ordenan la liberación de Brendan Dassey, actor de 'Making a Murderer', del periódico mexicano'El Universal',o la frase "[Brendan] fue condenado a cadena perpetua por ayudar a su tío -Steven Avery, el otro protagonista de laficción- a matar a una mujer en el 2005", publicadaen la web delperiódico 'As', parece que en 2016 sigue habiendo problemas para distinguir peras de manzanas.

Más de cien años de lenguaje audiovisual, tiempo en el que las diferencias entre unos géneros y otros se han desdibujado,han derivado en la inversión de los factores. Quizás sea la saturación de imágenes, o la banalización, o la mezclade recursos o el cacao mental en general. Por eso vale la pena recordar, de nuevo, que no es lo mismo realidad que documental que ficción. Que ni todo lo que sale en la televisión es verdad, ni todo es entretenimiento. Y que esto, nada de esto, es una película.

"Recuerda: esto no es una película. Esa gente de ahí es de verdad. No son actores. No finjen estar en la cárcel; están en la cárcel. Cuando apagues la tele o el ordenador, ellos seguirán en la cárcel. Y hay una chica muerta. Una chica muerta de verdad. Que tenía una familia de verdad que la echa de menos de verdad". Éste fue el mantra que tuve que repetirme una y otra vez mientras veía 'Making a Murderer'.

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