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'Homeland' apostó por Hillary (y también se equivocó): Carrie Mathison vuelve a casa
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Aloña Fernández Larrechi

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Aloña Fernández Larrechi

'Homeland' apostó por Hillary (y también se equivocó): Carrie Mathison vuelve a casa

La producción de Howard Gordon y Alex Gansa estrena su sexta entrega con novedades relacionadas con la actualidad informativa norteamericana

Foto: Carrie Mathison y Saúl Berenson en la sexta temporada de 'Homeland'
Carrie Mathison y Saúl Berenson en la sexta temporada de 'Homeland'

Carrie Mathison vuelve a casa. Atrás quedan las misiones en Irán y Pakistán y el nuevo inicio vital en Alemania. La agente de la CIA más famosa de la parrilla televisiva deja los paisajes desérticos de Oriente Medio para vivir en las cosmopolitas avenidas de Nueva York. Profesionalmente, Mathison vuelve a dar un giro a su carrera, y aunque continúa trabajando para Otto During, ahora se dedica a luchar por los derechos civiles de los musulmanes que viven en Estados Unidos. Ciudadanos que, desde el 11-S, son considerados sospechosos por las fuerzas de seguridad, ya sea por sus creencias religiosas o por sus actividades en la red.

‘Homeland’ ha regresado con su sexta temporada, y lo ha hecho reinventándose, una vez más, para seguir siendo la referencia en el género de los thrillers políticos de la pequeña pantalla. Una hazaña que consiguió hace algunos años, pero que en las últimas temporadas ha estado en entredicho. No por su capacidad para adelantarse al devenir de la actualidad informativa, que en la quinta temporada volvió a quedar demostrada, sino por algunas de las tramas elegidas para llevarla a cabo. Decisiones que, en los nuevos episodios, vuelven a estar en las manos de Howard Gordon y Alex Gansa, quien ha dicho que está temporada “todo puede pasar”.

Tráiler de la sexta temporada de 'Homeland'.

La (fallida) apuesta gubernamental

Una afirmación que, teniendo en cuenta la propuesta presidencial de la serie, tal vez debería ser “todo lo que podría haber pasado”. Porque cuando, hace más de un año, los productores determinaron los intereses de la sexta entrega de ‘Homeland’ pocos podían imaginar que, días después de su estreno, juraría su cargo de presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Y por ello apostaron por una trama centrada en la nueva presidenta de los Estados Unidos, Elizabeth Keane. A quién por cierto interpreta Elizabeth Marvel, la actriz que dio vida a la candidata demócrata que se enfrentó a Frank Underwood en ‘House Of Cards’, Heather Dunbar.

“El día después de las elecciones todos entramos en la sala de guionistas y nos preguntamos si ‘Homeland’ acababa de convertirse en contrafactual hasta la irrelevanciaconfesó Alex Gansa en una reciente entrevista a Variety. A pesar de que la preocupación de los creadores parece lógica, Keane no es el espejo televisivo de Clinton, y también es posible encontrar en ella ciertos paralelismos con el nuevo presidente. Los primeros en comprobarlo son Saúl Berenson y Dar Adal, que tendrán que reunirse con la nueva mandataria para informarle de las amenazas terroristas que afronta el país. Una extraña pareja que cargará con el peso de la intriga de la serie, gracias a sus continuas maquinaciones en la sombra. Maniobras que, este año, estarán vinculadas con un país que tienen gran influencia en la política norteamericana, Israel.

La vida después del 11-S

Sin embargo, y aunque dará de qué hablar, el principal aliciente de los nuevos episodios de ‘Homeland’ no es la siempre compleja relación con Israel. Al igual que su protagonista, la serie está muy interesada en poner sobre la mesa la situación que, desde 2001, viven los musulmanes que residen en Estados Unidos. Una preocupación que se traslada a la pequeña pantalla a través de Sekou, un joven de origen africano que tras los atentados de las Torres Gemelas tuvo que ver cómo su padre era deportado a su país de origen.

Dieciséis años después, no duda en criticar la vestimenta de su hermana adolescente, aunque espera a salir al rellano para ponerse sobre la cabeza el kufi. Sekou pasa su tiempo libre filmando un peculiar recorrido por la ciudad, visitando los emplazamientos neoyorquinos vinculados con actos terroristas. Una recopilación de lugares que el joven llevará a la página web en la que plasma sus inquietudes políticas y sociales, escépticas con el gobierno norteamericano. Y que terminarán poniéndole entre rejas, y convirtiéndole en uno de los nuevos clientes de la fundación que dirige Carrie.

A título personal, la exagente de la CIA también tendrá que ocuparse de un viejo compañero, Peter Quinn. Su exposición a las armas químicas de los terroristas de Berlín, y los esfuerzos de Saúl por que les contase algo sobre ellos, han pasado factura al intrépido agente y ahora permanece internado en un hospital. Una condición que Quinn no termina de asumir, lo que provoca verdaderos quebraderos de cabeza a Carrie. Quien se verá obligada a tomar una decisión que marcará la compleja relación que ambos han mantenido en los últimos años.

Novedades, las justas

Tras sobrevivir a la marcha de uno de sus protagonistas, y volver a reinventarse un año después, desplazando la acción a Europa, ‘Homeland’ regresa con un planteamiento nuevo, pero que se asienta sobre premisas conocidas. La intriga, y las cloacas del gobierno, quedan en manos de Saúl, mientras que Carrie, y su enfermedad (que muy probablemente volverá a formar parte de la historia) se encargarán de apelar a los sentimientos de los espectadores. Algo a lo que ayudará la terrible situación que vive Quinn, héroe injustamente maltratado para buena parte de la audiencia.

Las verdaderas novedades las encontramos en el interés por seguir el rastro de ‘The Night Of’ y ‘American Crime’, preocupándose por la realidad que viven los musulmanes que viven en Estados Unidos. Y en la fallida incursión en la Casa Blanca, con una trama que quiso ser el espejo de la realidad de cada temporada, y no pudo gracias a la democracia. Algo que, muy probablemente, restará a la serie una relevancia informativa con la que contaban sus creadores.

Como Keane, la presidenta que no pudo ser, cualquier excusa es buena para tratar de añadir interés a una producción que afronta su sexta temporada. Una tesitura que, como se demuestra con multitud de producciones longevas, no es precisamente fácil. El espectador se sienta frente al televisor buscando aquello que le sedujo en el inicio de la producción, pero también novedades que le sorprendan y le enganchen a la narración. Requisitos que se vuelven más complejos cada vez que la serie suma una nueva temporada. Una dificultad que los creadores "sufrirán", como poco, dos temporadas más.

Atrás quedan aquellos años en los que 'Homeland' era una referencia ineludible de la pequeña pantalla, y arrasaba sin demasiado esfuerzo en las entregas de premios. Seis Emmys y cinco Globos de Oro fueron la recompensa que la producción obtuvo en sus dos primeras entregas. Paradójicamente, en términos de audiencia, la serie registró su 'rating' de espectadores más bajo en Estados Unidos en la temporada de estreno, con 1, 2 millones de espectadores. Y todavía hoy se mantiene por encima de esta cifra. Un hecho que, para Showtime, únicamente viene a certificar el acierto de su decisión de prolongar la producción hasta 2019. Porque mientras haya alguien al otro lado de la pantalla, siempre habrá algo que contar. Aunque poco quede ya de la brillantez que le convirtió en una producción imprescindible hace cinco años.

Carrie Mathison vuelve a casa. Atrás quedan las misiones en Irán y Pakistán y el nuevo inicio vital en Alemania. La agente de la CIA más famosa de la parrilla televisiva deja los paisajes desérticos de Oriente Medio para vivir en las cosmopolitas avenidas de Nueva York. Profesionalmente, Mathison vuelve a dar un giro a su carrera, y aunque continúa trabajando para Otto During, ahora se dedica a luchar por los derechos civiles de los musulmanes que viven en Estados Unidos. Ciudadanos que, desde el 11-S, son considerados sospechosos por las fuerzas de seguridad, ya sea por sus creencias religiosas o por sus actividades en la red.