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'Guerrilla', la encarnizada (y ficticia) lucha contra el racismo en el Londres de los 70
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Aloña Fernández Larrechi

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Aloña Fernández Larrechi

'Guerrilla', la encarnizada (y ficticia) lucha contra el racismo en el Londres de los 70

Showtime y Sky Atlantic son las cadenas responsables de esta miniserie creada por John Ridley que en España se puede ver a través de HBO

Foto: Freida Pinto y Babou Ceesay, protagonistas de 'Guerrilla'.
Freida Pinto y Babou Ceesay, protagonistas de 'Guerrilla'.

"Como nación, debemos admitir honestamente que en nuestra sociedad existe racismo. Debemos encontrar en nosotros mismos la voluntad de vencerla. La publicación del informe de hoy sobre el asesinato de Stephen Lawrence es un momento muy importante en la vida de nuestro país: Es el momento de aprender, reflexionar y cambiar". Con estas palabras, pronunciadas en 1999, Tony Blair admitía ante la Cámara de los Comunes que la Historia de la nación en la que se institucionalizaron los derechos individuales no era tan perfecta e impoluta como muchos presumían. Lawrence, un estudiante negro de 19 años, había sido asesinado seis años antes en un suburbio de Londres a manos de cinco jóvenes blancos.

La investigación policial que se desarrolló posteriormente fue un ejemplo de incompetencia y racismo tan evidente que el juez Sir William MacPherson realizó, en 1997, un informe independiente de más de trescientas páginas. En él, MacPherson analizaba en profundidad el caso y ofrecía más de setenta recomendaciones, en lo que muchos señalan como uno de los momentos más importantes de la justicia criminal en el país. Crucial en muchas investigaciones, pasadas y futuras, el informe no fue suficiente para asumir la compleja realidad que dibujaba en la Historia de Gran Bretaña. Porque hubo otros antes que Lawrence y tan necesario como vencer al racismo, era mirar al pasado y reconocer los desagravios con todos aquellos que no eran blancos.

En esta compleja selección de momentos históricos tienen un lugar privilegiado aquellos que, a comienzos de los setenta, vieron cómo el racismo del que nadie hablaba pero que muchos sentían, se convertía en ley. Un momento de la Historia que conocen especialmente bien Robin Bounce, investigador de Homerton College, y Paul Field, abogado especializado en Derechos Humanos. Su último trabajo ha sido asesorar a John Ridley, el galardonado director de ‘12 años de esclavitud’, y Misan Sagay, guionista británica de origen nigeriano, creadores de 'Guerrilla'. La coproducción de Sky Atlantic y Showtime que en España podemos ver a través de HBO y que presume de tener a Idris Elba (‘The Wire’, ‘Luther’) en su reparto.

Amor y activismo

Compuesta por seis episodios de una hora de duración, 'Guerrilla' narra la historia de Jas Mitra y Marcus Hill, una pareja de jóvenes activistas. Ella trabaja en un hospital de Londres, mientras que él se pelea diariamente con los servicios de empleo público, que más que fijarse en su título universitario, simplemente valoran el color de su piel a la hora de ofrecerle un empleo. En su tiempo libre, Jas y Marcus son voluntarios en una prisión, trabajando en la alfabetización de los internos pertenecientes a las minorías étnicas. Presos, que en algunos casos, son detenidos por sus opiniones políticas, demasiado revolucionarias para el gobierno. Tras una concentración supuestamente pacífica, que termina con unos trágicos incidentes gracias a la propia policía, Jas decide pasar a la acción y formar una célula radical encubierta. Un atrevimiento que además de cambiar sus vidas irremediablemente, tendrá un papel fundamental en la deriva política de todo el país.

Con Sam Miller ('Luther', 'Fortitude') en la dirección, la actriz india Freida Pinto es la encargada de interpretar a Jas Mitra, mientras que el británico de origen gambiano, Babou Ceesay se pone en la piel de Marcus Hill. Idris Elba, que también es productor ejecutivo de la miniserie, es Kent Fue, un artista que lucha por la misma causa que sus amigos, pero plantea un plan alternativo para acabar con la represión que viven. Tarea que corresponde al Black Power Desk, un departamento compuesto por policías de Sudáfrica y Rodesia especializados en aplicar medidas extremas a activistas considerados peligrosos. Al frente del mismo se encuentra el inspector jefe Nicholas Pence, un hombre con amplia experiencia en la represión y el acoso, que lleva una doble vida. Rory Kinnear, conocido por su papel de Primer Ministro en 'Black Mirror', es el encargado de interpretar a Pence, y Daniel Mays hace lo propio con su compañero, el agente Cullen.

Ficción dentro de la realidad

En 2013, Robin Bounce y Paul Field publicaron juntos la biografía de Darkus Howe, uno de los fundadores y líderes de los British Black Panthers. Ambos advertían entonces del peligro que corría este movimiento de ser olvidado por la Historia, porque “tenemos tal compromiso con el sentido común y la decencia” que choca con la posibilidad de que haya “racismo sistemático en Gran Bretaña". En ‘Guerrilla’, los investigadores han aportado sus conocimientos a una historia ficticia que se desarrolla en un contexto real.

Según Field, la serie “es un relato ficticio que plantea la pregunta: ¿qué pasaría si el movimiento del Black Power de Londres hubiera tomado las armas en el clima de racismo policial y público que existía en 1971?”. Un ambiente que empezó a palparse en el frío recibimiento que los emigrantes de las colonias de la Commonwealth recibieron tras la II Guerra Mundial, a pesar de que respondían a la llamada del gobierno británico. El mismo que en 1971 aprobó la Ley de Inmigración, que especificaba que sólo tenían derecho a vivir en Reino Unido los hijos y nietos de los inmigrantes británicos. Porque según declaró un diputado conservador, “en algunas circunstancias es posible justificar el control de la inmigración sobre una base racial”.

Los que ya formaban parte de las minorías británicas tuvieron que aprender a sobrevivir con el acoso y la brutalidad policial, además de la corrupción contra los inmigrantes negros y asiáticos. Circunstancias que, para Field, influyeron directamente en el crecimiento del Black Power en el país. Aunque permanecían atentos a la evolución del movimiento en Estados Unidos, y realizaron movilizaciones conjuntas, “los grupos de poder negro de Gran Bretaña nunca se armaron. En su lugar, decidieron protestar pacíficamente y evitar el uso de armas y explosivos.” Una imagen que dista bastante de la que los medios de comunicación ofrecían entonces sobre el Black Power británico, cuando se podían contar con los dedos de una mano las cabeceras que realmente trataron de conocer y comprender el movimiento.

Departamento de represión

Entre las medidas que el gobierno estableció para acabar con cualquier posible rebelión se encuentra la creación, en 1967, del Black Power Desk. Un departamento destinado, en exclusiva, a acosar y silenciar a los miembros más radicales del movimiento. “Contaba con un máximo de seis oficiales” explicó Bounce en una entrevista a History. La confirmación de que existía una campaña oficial contra los radicales negros la encontraron a través de sus entrevistas con Darcus Howe, ya que éste conocía a algunos de los oficiales que lo vigilaban.

Según el investigador y escritor. este departamento que también está presente en la trama de ‘Guerrilla’, compartió “información con el Comité Mixto de Inteligencia y MI5, e informó directamente al Ministro del Interior. Una lectura cercana de sus informes muestra que presentaron información de manera extremadamente selectiva” que acusaba sin fundamento a aquellos que consideraban radicales.

A través de sus investigaciones para la biografía de Howe, los autores accedieron además a archivos desclasificados sobre el departamento. Según estos, el Black Power Desk permaneció activo hasta mediados de los años setenta, manteniendo a los activistas negros bajo vigilancia durante muchos años. Aunque en los noventa, como puntualizó Field en la misma entrevista, “espió, infiltró e interrumpió diversos movimientos de justicia social, incluyendo grupos de derechos civiles negros.”

El nexo real

Para construir los personajes principales de ‘Guerrilla’, los creadores han tenido muy presente la historia del Black Power británico y los nombres de los activistas más relevantes en el movimiento. Kent Fue, el personaje de Elba, se inspira en el icónico fotógrafo Neil Kenlock, con el que mantiene orígenes e intereses similares. Christine, interpretada por Sophia Brown, está basada en Olive Morris, fundadora del Brixton Black Women’s Group. Y Omega Moore, a la que da vida Zawe Ashton, comparte con Michael X un pasado turbio que sin embargo no le impide reinventarse para convertirse en un icono.

El rol de Freida Pinto, la joven y combativa Jas Mitra, es similar a Mala Sen y a todas aquellas mujeres asiáticas que lucharon por sus derechos y resultaron fundamentales para el movimiento. Sin embargo, esta elección ha generado cierta polémica, ya que no es una mujer de raza negra, y por lo tanto para algunos no retrata ese papel en el movimiento. Acusaciones a las que Ridley respondió aclarando que este personaje “debía ser una mujer de color con carácter”. Aunque antes, sorprendido por las mismas, no dudó en señalar que “si todo el mundo entendiese lo que es el racismo o la opresión no habría ninguna razón para hacer esta serie. Estaríamos produciendo ‘Bailando con las Estrellas’".

"Como nación, debemos admitir honestamente que en nuestra sociedad existe racismo. Debemos encontrar en nosotros mismos la voluntad de vencerla. La publicación del informe de hoy sobre el asesinato de Stephen Lawrence es un momento muy importante en la vida de nuestro país: Es el momento de aprender, reflexionar y cambiar". Con estas palabras, pronunciadas en 1999, Tony Blair admitía ante la Cámara de los Comunes que la Historia de la nación en la que se institucionalizaron los derechos individuales no era tan perfecta e impoluta como muchos presumían. Lawrence, un estudiante negro de 19 años, había sido asesinado seis años antes en un suburbio de Londres a manos de cinco jóvenes blancos.

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