'McMafia': la irresistible serie que cuenta (al minuto) cómo la mafia rusa devora el mundo

Si uno es capaz de sobrevivir a la exasperante plataforma de contenidos en streaming de Amazon, de la que probablemente hablaré otro día, ya puede disfrutar de la primera producción que ha estrenado en 2018 la BBC, ‘McMafia’. Protagonizada por James Norton, al que deberíamos incluir cuanto antes en la lista de posibles James Bond, la producción está inspirada en el libro homónimo de Misha Glenny. Un ensayo en el que el periodista analiza las tramas criminales de las redes de tráfico ilegal que recorren el mundo.

“Nací con una cuchara de plata en la boca. He sido educado en un centro privado en Inglaterra y en una escuela de negocios en Estados Unidos. Dirijo mi propia empresa en la City. Estoy muy feliz con mi vida, tal como es”. Con estas palabras Álex Godman resume su existencia y aclara, a su curioso interlocutor, el escaso apego que siente por la patria de sus padres, Rusia. El joven al que interpreta James Norton es un hombre familiar que, sin embargo, se ha pasado toda su vida evitando la ayuda directa o indirecta de cualquier pariente.

Opinión

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Aloña Fernández Larrechi

Gracias a sus principios, Godman ha conseguido situar su empresa de inversiones en mercados emergentes entre las más prestigiosas de Londres. Hasta que varios periódicos la mencionan en una noticia sobre los fondos londinenses que trabajan “en mercados reprobables”. Para aplacar el desprestigio, y cubrir el agujero que dejan los clientes que deciden creer en las informaciones, Godman necesita desesperadamente encontrar un nuevo inversor. Algo para lo que, una vez más, sus orígenes serán un inconveniente.

“Si fueras estadounidense, alemán o español lo desmentirías y santas pascuas. Pero viniendo de dónde vienes no creo que los rumores desaparezcan” comenta un posible inversor cuando Álex le pide su opinión sobre las informaciones. El banquero recurre entonces a su última bala, su tío Boris, al que le deja bien claro que su principal interés es encontrar un inversor que no tenga vínculos con Rusia. Una medida desesperada que llevará a Godman a adentrarse en los recovecos más oscuros de las finanzas internacionales y las mafias.

Principios o inversores

Para seducir al espectador más reacio, al que los fondos de inversión le suenan a chino, ‘McMafia’ adorna su primer episodio con la vertiente más mortífera de las palas de caviar, una persecución de las que hacen afición y una familia disfuncional que aporta ciertos momentos de surrealismo. Y aunque los amantes de la versión original con subtítulos en español encontrarán problemas para seguir, merece la pena persistir en la lucha contra los elementos, por ver al joven Álex luchando contra sus principios. O contra sus enemigos, porque a pesar de que han pasado décadas desde que sus padres abandonaron Rusia, las rencillas entre familias no han logrado desaparecer.

La ausencia de inversores más fiables lleva a Godman a reunirse con Semiyon Kleiman, un hombre de negocios israelí que dirige varios clubes nocturnos y algunas empresas de transporte. Para probar las habilidades del honrado banquero, Kleiman le habla de una posible inversión en una empresa de Bombay y éste le demuestra que aunque no blanquee dinero sabe de sobra cómo se hace. Pero Álex insiste en mantenerse atado a los principios que le han llevado al éxito y se limita a responder al ofrecimiento con un “eso no es lo que hacemos”.

Rusos en los papeles

La sucesión de pasos a seguir en el lavado de dinero a escala internacional, que el protagonista de ‘McMafia’ narra como si se encontrase en un examen oral, no resultará del todo ajena al espectador, gracias a filtraciones informativas de documentos confidenciales como los Papeles de Panamá. Al igual que sucede con Godman, el periodismo de investigación de todo el mundo jugó un papel esencial en las revelaciones sobre los paraísos fiscales. Y entre las decenas de nombres que aparecieron en la investigación, es posible encontrar ejemplos de que la situación que atraviesa Godman es más real de lo que podría parecer.

Tal y como publicó este mismo diario, en 2016 dos directivos de la Banca Privada de Andorra fueron acusados por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos de blanquear dinero procedente del crimen organizado. China, México y Rusia eran algunos de los países de origen de los fondos que gestionaban, un dinero que debía ser blanqueado a través cuentas bancarias que terminaban siendo imposibles de rastrear.

La mafia globalizada

‘McMafia’ no se queda únicamente con el banquero tentado por las prácticas ilegales para salvar su negocio, y a través de varias tramas se adentra en los bajos fondos de los mercados internacionales. La más importante de ellas es la de Vadim Kalyagin, un poderoso miembro de la mafia rusa que viaja con frecuencia para vigilar personalmente sus negocios. La contraposición al impecable protagonista y uno de los (muchos) encargados de que sus compatriotas tengan mala fama.

Fabricantes de material deportivo falsificado, explotadores sexuales, traficantes de drogas y estafadores son otros de los personajes que conviven en ‘McMafia’. Representantes del crimen organizado que para hombres como Kleiman trabajan como si de una franquicia internacional se tratase, al estilo MacDonald’s. Un universo en el que los intereses comunes pueden llevar a Álex a compartir mesa y mantel con los anfitriones más inesperados. O a convertirse en un peligroso delincuente sin abandonar la comodidad de su despacho en la City.

Compuesta por 8 episodios (Amazon mediante), ‘McMafia’ es una miniserie que hará las delicias de los seguidores de producciones como ‘The Night Manager’ o ‘Homeland’. Thrillers que unen dramas personales con historias cargadas de suspense y acción, en las que el espectador reconoce los vínculos de la ficción con la actualidad y disfruta con ello. Y por supuesto, a la vista de cómo se las gastan algunos, también sufre. Qué más se puede pedir.