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'Homeland' vuelve más conspiranoica que nunca en su séptima temporada
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Aloña Fernández Larrechi

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Aloña Fernández Larrechi

'Homeland' vuelve más conspiranoica que nunca en su séptima temporada

La producción protagonizada por Claire Danes estrena esta noche su séptima entrega en FOX España

Foto: Imagen de la séptima temporada de 'Homeland'. (FOX)
Imagen de la séptima temporada de 'Homeland'. (FOX)

200 funcionarios del gobierno en la cárcel. Un tribunal militar juzgando a un General del ejército por conspiración e intento de asesinato. Una presidenta que solicita su ejecución. Una exagente del FBI que ve como el gobierno para el que ha trabajado se convierte en un régimen autoritario. Un fanático fugitivo que en su huida por la América rural busca el mejor lugar para seguir alimentando la paranoia antigubernamental.

Siete temporadas y más de setenta capítulos después, la serie de televisión que quiso contar cómo un sargento norteamericano se había pasado al bando enemigo, regresa más fuerte que nunca. El sargento desapareció, chuscamente, para qué engañarnos, al igual que la importancia de los tejemanejes estadounidenses en lugares como Irak o Afganistán.

Foto: J.K Simmons, protagonista de 'Counterpart'. (HBO) Opinión

Pero la producción creada por Howard Gordon y Alex Gansa ha sido capaz de sobrevivir a los malos tiempos. Y siete años después de ser estrenada, y convertirse en una de las ficciones imprescindibles de la pequeña pantalla, 'Homeland' vuelve con nuevos episodios, más interesante y oportuna que nunca.

Con el título de 'Enemigo del Estado', el primer episodio de la nueva temporada de 'Homeland' regresa, casi, donde se quedó. Han pasado cincuenta días desde que la presidenta fuese víctima de un atentado y Estados Unidos vive uno de los momentos más convulsos de su Historia. Elizabeth Keane se encuentra en una posición difícil después del intento de asesinato y a pesar de que debería centrarse en su trabajo, o pensar en cómo asegurarse la victoria en las próximas elecciones, todos sus esfuerzos están destinados a descubrir al responsable de la tentativa de magnicidio. Aunque eso suponga hacer de su país un lugar en el que las libertades son un mero recuerdo.

placeholder Carrie Mathison en una imagen de la séptima temporada de 'Homeland'. (FOX)
Carrie Mathison en una imagen de la séptima temporada de 'Homeland'. (FOX)

Carrie desencadenada

A pesar de las súplicas con las que trató de convencer a la presidenta de que no estaba haciendo lo correcto, Carrie Mathison trata de asimilar que ya no forma parte de la vida pública de Washington. Ha decidido quedarse a vivir en la capital en casa de su hermana, para proporcionarle cierta estabilidad a su hija Franny y poder sobrevivir ahora que no tiene empleo. Pero la cercanía a ciertos estamentos del gobierno le mantiene en acción, incapaz de sentarse a contemplar cómo el gobierno de su país reprime a sus propios funcionarios. Una labor encubierta que volverá a exponerla a numerosos peligros, algo que despertará la inquietud de su hermana.

Maggie Mathison, la primera en prescribirle litio a su hermana, ve con preocupación cómo el estado de ánimo de Carrie experimenta diversos cambios desde que terminó su relación laboral con Keane. La joven alberga sentimientos de culpa después de haber sido traicionada por la administración y la propia presidenta, que llegó a ofrecerle un puesto de asesora permanente en su gabinete. Pero además debe ver como su mentor, Saúl Berenson, se encuentra en prisión por culpa de una desaforada, e incomprensible, "caza de brujas". Cambios que llevarán a Carrie a poner en práctica las tácticas con las que se desenvolvía en Oriente Medio, aunque el enemigo ya no sea un agente externo.

placeholder Saul Berenson (Mandy Patinkin) en una imagen de la séptima temporada de 'Homeland'.
Saul Berenson (Mandy Patinkin) en una imagen de la séptima temporada de 'Homeland'.

Saúl encarcelado

Mientras en el exterior los medios de comunicación y los ciudadanos estadounidenses asisten con asombro a la sucesión de acontecimientos, Saúl Berenson afronta un nuevo día en una prisión federal. Él fue el primero de los muchos funcionarios a los que el miedo y la paranoia puso entre rejas, una situación que asume, como es habitual en él, con tranquilidad. Sin embargo, el gabinete de la presidenta no se ha olvidado de Berenson, y una mañana recibe la visita de David Wellington, el jefe de personal de la Casa Blanca.

Gracias a este inesperado encuentro, el exoficial de la CIA tendrá en su poder la libertad de los 200 funcionarios encarcelados pero también la suya propia. Una proposición tan difícil de rechazar, como comprometedora. Tras años de trabajo para el gobierno, el veterano agente debe asumir desde prisión en qué se ha convertido su país. Y no tardará en darse cuenta de que su entorno es ahora muy similar al que, en tantas ocasiones, vivió en sus misiones en el extranjero. Un estado policial, combinado con el desagrado de una población que ya no cree en los medios ni en la burocracia. La consumación de un ambiente tóxico e irrespirable que amenaza con saltar por los aires en cualquier momento

placeholder Brett O'Keefe (Jake Weber) en una imagen de la séptima temporada de 'Homeland' (FOX)
Brett O'Keefe (Jake Weber) en una imagen de la séptima temporada de 'Homeland' (FOX)

Y Brett deslenguado

Para convertir Estados Unidos en un lugar en el que las libertades civiles ya no se tienen en cuenta es tan importante la paranoia en la que vive envuelta la presidenta como la impagable colaboración del charlatán más conocido de todo el país. "Soy Brett O'Keefe, bienvenidos al 52ª día de la Resistencia. Se aprende mucho dirigiendo un medio de comunicación y lo que he aprendido es que, cuando el gobierno contraataca con fuerza, muchas veces, es porque estás poniendo el dedo en la llaga. No es casualidad que la orden para arrestarme se emitiese el día después de dar la primicia de que el atentado contra la presidenta era un fraude, un teatro escenificado para aumentar su popularidad y justificar una purga tiránica de sus enemigos."

El locuaz y provocador presentador emprendió una escapada sin rumbo poco después de los atentados, recorriendo las carreteras y los caminos más inhóspitos del sur de los Estados Unidos. El FBI y las fuerzas del orden locales tratan de seguir su pista, pero si con algo cuenta O'Keefe es con el aval y la ayuda de sus miles de seguidores, los mismos que, día tras día, escuchan con atención sus apasionadas crónicas. Norteamericanos amantes de las armas, campesinos rurales que nada tienen que ver con sus compatriotas urbanos, hombres dispuestos a enfrentarse a quien sea necesario para defender aquello que los "padres fundadores, en su infinita sabiduría" plasmaron en la Constitución. Grupos armados que solo buscan un líder que ponga rostro y voz a su causa.

placeholder Carrie Mathison buscando un lugar en el que sus conspiranoias tengan cabida. (FOX)
Carrie Mathison buscando un lugar en el que sus conspiranoias tengan cabida. (FOX)

El drama pertinente

El oportunismo y acierto con el que la serie protagonizada por Claire Danes ha planteado sus tramas a lo largo de siete temporadas siempre ha sido uno de los puntos a favor de la producción, que en su primera temporada logró hacerse con cuatro premios Emmy y dos Globos de Oro. Sin embargo, la nueva entrega de la producción, que desde esta noche podemos ver a través de FOX España (23:05), es aún más acertada que alguna de sus predecesoras.

En la sexta entrega los creadores apostaron por la victoria de Clinton y fracasaron, encontrándose al frente de la Casa Blanca al más inesperado de los huéspedes. A pesar del error, los guionistas supieron darle a su propuesta narrativa la esencia que destilaba el nuevo gobierno de Trump. Un aroma que ahora regresa reconvertido en paranoia y miedo, apoyado por milicias de campesinos sureños y agentes que son desacreditadas, una vez más, por perder el juicio ante una nueva conjura.

El arco narrativo de 'Homeland' puede no haber cambiado demasiado en siete entregas, y cualquiera que sea seguidor de la producción sabe que, una vez más, Danes volverá a mostrar sus cualidades dramáticas y gestuales. Pero también es consciente de que los cincuenta minutos que dura cada episodio es un tiempo bien invertido en una ficción notable, actual y certera como pocas. Y a estas alturas de la historia, no se puede pedir más.

200 funcionarios del gobierno en la cárcel. Un tribunal militar juzgando a un General del ejército por conspiración e intento de asesinato. Una presidenta que solicita su ejecución. Una exagente del FBI que ve como el gobierno para el que ha trabajado se convierte en un régimen autoritario. Un fanático fugitivo que en su huida por la América rural busca el mejor lugar para seguir alimentando la paranoia antigubernamental.

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