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'Luis Miguel': el último vicio de Netflix es la historia del Justin Bieber latino de los 80
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Aloña Fernández Larrechi

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Aloña Fernández Larrechi

'Luis Miguel': el último vicio de Netflix es la historia del Justin Bieber latino de los 80

El 'biopic' de Telemundo y la plataforma de 'streaming' es una de las series más comentadas en los últimos meses entre el público hispanohablante

Foto: Imagen de la producción de Netflix 'Luis Miguel'. (Netflix)
Imagen de la producción de Netflix 'Luis Miguel'. (Netflix)

Sí, ya lo sé. A usted, querido lector, cómo le va a interesar una producción que narra la vida de un cantante de baladas. Cómo se me ocurre pensar que en su apretada agenda hay hueco para la historia de uno de los solistas más exitosos del mercado latinoamericano. Un hombre que se toca demasiado el pelo, le canta al amor de todas las formas posibles y que, de no ser por un momento de inspiración de su padre, podría haber sido conocido mundialmente con el nombre artístico de Micky, el galleguito dorado.

Sí, es cierto, ‘Luis Miguel’, de partida, da pereza. Y lo digo cuatro meses después de su estreno, después de resistirme contra viento y marea, reponiendo series que tengo más que vistas o escogiendo otras que preferiría no ver. Porque el 'Sol de México' para mí era hasta ahora aquel hombre que, en los noventa, me sonrojó mientras sonaba en la radio en la vuelta de unas vacaciones, entonando con susurrante pasión los primeros compases de 'Por debajo de la mesa'. Luego se convirtió en el sustituto de Whitney Houston o Celine Dion en las noches más (hormonalmente) amargas. Y en la banda sonora ideal para quitar el polvo entre boleros y tangos.

Foto: Imagen de 'Trust' la miniserie sobre los Getty que podemos ver en HBO. (HBO) Opinión

Trece capítulos después, el artista que enlazó más de 200 conciertos en tres años, que agotó 30 días consecutivos las entradas en el Auditorio Nacional de México, se ha convertido en un personaje del imaginario televisivo por derecho propio. Y su padre, Luisito Rey, lo tiene muy difícil para bajarse del pedestal de personaje más terrible y odioso de 2018. Una criatura cínica y destructiva que tiene como único objetivo vivir como da a entender su apellido.

La primera entrega de la historia del Justin Bieber latino de los ochenta, autorizada por el propio Luis Miguel por algo más de cuatro millones de dólares, está compuesta por 13 episodios que transcurren desde los primeros pasos del cantante sobre el escenario hasta 1992. Más de 10 horas de metraje en los que la narración alterna los cuatro pilares de su vida: su carrera musical, la relación con su padre y con su madre y sus idilios románticos. Cuatro aspectos que, a base de 'flashbacks' y saltos temporales, van dibujando la compleja existencia de una estrella universal que encontró en su padre su principal enemigo, en las mujeres su gran debilidad y en su carrera un prematuro modo de supervivencia.

placeholder Luis Miguel, viéndose a sí mismo en la tele. (Netflix)
Luis Miguel, viéndose a sí mismo en la tele. (Netflix)

México, patria adquirida

Con una marcada estética ochentera, el 'biopic' de Netflix arranca en Paraguay en 1992. Allí, minutos antes de un concierto, fue cuando Luis Miguel se enteró de que su padre, Luisito Rey, estaba internado en un hospital español, gravemente enfermo. La acción se traslada entonces una década atrás y revela los apuros económicos que vivieron cuando Rey y su mujer llegaron a México con dos niños pequeños. Una época en la que el descaro y la picaresca del cabeza de familia les permitieron ir sorteando diversos apuros.

El compositor gaditano, que gozó de cierta fama en los años sesenta y setenta, tuvo que asumir en los momentos más difíciles de su carrera una dolorosa realidad. Tal vez su primogénito no era capaz de aprenderse las tablas de multiplicar, pero su voz y una intensa educación musical podrían permitirle darse el lujo de vivir holgadamente de la música. Y hasta que Micky, como le llamaban cariñosamente, fue mayor de edad, Luisito aprovechó su prodigiosa voz para pasearlo por las salas de fiestas, televisiones y eventos de alto postín, además de producir una decena de discos en seis años.

Para conseguirlo, Luis Miguel tuvo que practicar la jerga mexicana, y mentir ante el micrófono reivindicando Veracruz como su ciudad natal. En realidad, había nacido en Puerto Rico, y en sus primeros años vivió en Estados Unidos y Argentina. El engaño necesario con el que Rey obligaba a su hijo a renunciar a sus raíces artísticas para que “no le tengan tocando palmas como me tuvieron a mí”. Poco después de abrazar su nueva nacionalidad, el solista descubrió que sin quererlo se había convertido en el encargado de mantener a su familia.

placeholder Óscar Jaenada, en el centro, caracterizado como Luisito Rey. (Netflix)
Óscar Jaenada, en el centro, caracterizado como Luisito Rey. (Netflix)

Luisito Rey, explotador y músico

El primer capítulo de ‘Luis Miguel’ cuenta tantas cosas que resulta inevitable preguntarse qué queda en la docena de episodios restantes; 50 minutos son suficientes para percatarse de que los primeros años de la carrera del solista estuvieron plagados de mentiras, peleas y desengaños, que no evitaron su éxito. Pero el resto resultan imprescindibles para comprender las motivaciones de los personajes principales y su evolución en una historia amarga ambientada con canciones a veces desgarradas, a veces cargadas de azúcar.

Aunque es innegable que el protagonista de la historia es Luis Miguel, interpretado por Diego Boneta (‘Rebelde’, ‘Pretty Little Liars’), la personalidad y la ambición de Luisito Rey le convierten en el rol más atractivo de la producción. Y aunque la leyenda del malogrado artista se vale por sí misma para encandilar a la audiencia, el trabajo del intérprete español Óscar Jaenada ha sorprendido a todos poniéndose en la piel de un personaje canalla y cínico. Un padre capaz de echarle en cara a su hijo que es quien es gracias a él, cuando en realidad solo ha sido un eficaz granjero manejando la valiosísima gallina de los huevos de oro.

La idea de perder su tren de vida, y su cliente principal, llevará a Rey a tomar medidas desesperadas que sentarán un precedente en la relación con su hijo. El principio del fin que se extiende a lo largo de la temporada, mientras se suceden los discos, afronta el primer amor con inocencia y busca respuestas a una ausencia. El relato de una estrella que acumula fans antes de la llegada de la pubertad, pero afronta la mayoría de edad en soledad.

placeholder Izan Llunas, interpretando al Luis Miguel niño. (Netflix)
Izan Llunas, interpretando al Luis Miguel niño. (Netflix)

El lado oscuro de la cumbre musical

Lidia San José y Lola Casamayor son otras de las actrices que completan la presencia española de una producción de la que todo el mundo da por hecho una segunda temporada, aunque no ha sido confirmada por Netflix o Telemundo. Pero será cuestión de tiempo que lo hagan, porque ni la cadena mexicana ni la compañía estadounidense querrán renunciar al éxito que poco a poco ha cosechado la serie. Sirva como muestra los aumentos de hasta el 18% que registraba la audiencia de la plataforma de 'streaming' en México durante su emisión semanal. Y que, con su capítulo final, registró un 49% más de audiencia respecto al día de su estreno.

Si la primera temporada de la producción ha sido jugosa, resulta difícil no preguntarse cómo llevarían a la pequeña pantalla el romance del artista con Mariah Carey, su paternidad o el devenir de su conquista del mercado latino en Norteamérica. Aunque en su estreno la serie también ha tirado de imaginación, y al final de cada episodio nos recuerdan que la realidad pudo no ser tan dramática. Y los amantes de la historia y la verdad han protestado porque el desenlace, y algunos comentarios hirientes, no se ciñe a lo que sucedió.

Los hechos pueden ser ciertos o no, o mezclarse hasta ser indistinguibles. Quizás al solista le importaron poco las formas y se interesó por el fondo cuando dio el visto bueno a la producción. Y tal vez espere que, en nuestra memoria, perdure la historia de un pobre niño rico que ofrecía recitales mientras sus amigos jugaban al fútbol. Una época que parece lejana en el tiempo, pero que no lo es si uno revisa el reparto de la serie. Y es que el encargado de interpretar al Luis Miguel niño es Izan Llunas. Hijo del cantante Marcos Llunas, que coincidió en el mercado latino con el 'Sol de México' en los años noventa, y nieto de Dyango. El joven ya ha salido a aclarar que su padre y Luisito Rey no tienen nada en común. Por si acaso. 'Show must go on'.

Sí, ya lo sé. A usted, querido lector, cómo le va a interesar una producción que narra la vida de un cantante de baladas. Cómo se me ocurre pensar que en su apretada agenda hay hueco para la historia de uno de los solistas más exitosos del mercado latinoamericano. Un hombre que se toca demasiado el pelo, le canta al amor de todas las formas posibles y que, de no ser por un momento de inspiración de su padre, podría haber sido conocido mundialmente con el nombre artístico de Micky, el galleguito dorado.

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