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Decálogo para escribir biografías íntimas
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Decálogo para escribir biografías íntimas

El próximo 12 de noviembre, la editorial Destino publica uno de los libros que están llamados a encabezar la lista de los más vendidos en Navidades:

Foto: Pilar Eyre publicará 'Franco Confidencial', en Destino. (Efe)
Pilar Eyre publicará 'Franco Confidencial', en Destino. (Efe)

El próximo 12 de noviembre, la editorial Destino publica uno de los libros que están llamados a encabezar la lista de los más vendidos en Navidades: Franco Confidencial, de Pilar Eyre. La autora se ha especializado en el tratamiento de los grandes personajes –como la familia real española- en su intimidad, son sus motivaciones, sus debilidades y sus fracasos. Desde la novela pasando por la Historia. En este decálogo que la escritora ha hecho para El Confidencial adelanta cómo trabaja y cómo ha hecho para acercarse a las relaciones políticas del dictador.

1.Escoge un personaje que te guste a ti, no a la editorial. Tampoco te dejes llevar por la moda. Piensa que vas a convivir con él muchos meses e incluso años, y si te resulta odioso, tu vida va a convertirse en una mierda. Nunca sabrás si tu libro va a tener éxito o no, pero si has disfrutado escribiéndolo, ya has ganado. No tienes que elegir personajes bondadosos, elevados o ejemplares. Todos son interesantes y llevan un ser humano dentro y explicarlo a los lectores es tu obligación. No cargues las tintas ¿Quién quiere leer trescientas páginas sobre alguien desagradable? Todos, hasta los asesinos de A sangre fría de Truman Capote, tienen música dentro y saber pulsar esa cuerda es uno de los retos a los que debe enfrentarse el escritor.

2.Documéntate exhaustivamente. Antes de sentarte delante del teclado, documéntate. Compra todos los libros sobre el personaje, consulta hemerotecas (la mayoría ya están digitalizadas), recetarios de cocina, tratados de moda y arquitectura ¡no desdeñes nada! Y consulta también biografías colaterales, que son las que te suelen dar una visión del personaje en relación con los demás. Lee también a escritores de la época de tu biografiado, si yo escribo sobre Eugenia de Montijo, leo a Pérez Galdós, que describe magistralmente el Madrid de la juventud de Eugenia. Si hablo de nuestra reina en Grecia, leo a Homero y Virgilio. Si hablo de Franco en África, en mi próximo libro Franco Confidencial, leo a Arturo Barea. Es la única forma de contextualizar al personaje y poder explicarlo mejor.

3.Entrevista a testigos directos. Puede ser que queden personas que hayan conocido a tu biografiado. Yo les pregunto, pero no anécdotas que han contado miles de veces, ni hechos que quizás han leído en un libro al alcance de todos nosotros. Quiero que me expliquen cómo hablaba, qué palabras utilizaba, como maldecía, quiero saber cómo movía las manos, cómo caminaba… Es un trabajo un poco detectivesco, única forma de dotar de credibilidad a los diálogos. Mis detractores dicen despreciativamente: “¿Eyre estaba allí, debajo de la cama, para saber qué estaban hablando?”. Es cierto, yo no estaba y los diálogos no son reales, pero sí verosímiles, y ese es mi objetivo.

4.Normas, normas y más normas. Simenon, antes de emprender una novela, hacía que el médico lo visitara a él y a sus hijos para descartar cualquier dolencia que pusiera en peligro su ritmo de trabajo. Yo tengo una enfermedad crónica y también voy al médico antes de sumergirme en un nuevo libro, para avituallarme de potingues. También procuro establecer unas normas higiénicas mínimas: no salgo de noche, no bebo, no voy a lugares multitudinarios para que no me contagien un resfriado. Mis amigos ya lo saben y lo respetan: “Pilar ha ingresado en el convento”, dicen cada vez que emprendo un nuevo libro (sí, esto no ayuda a tener pareja pero he terminado por asumirlo).

5.Procura disfrutar. Llega un momento en que sientes electricidad en los dedos: ya estás dentro del personaje, has llegado a sus entrañas y quieres verterlo en la pantalla en blanco. Ese es el instante especial y único en que has de sentarte ante el ordenador y ponerte a escribir. Yo tengo colegas para los que escribir es una tortura y se marcan tiempos con un reloj. No es mi caso. Escribo diez horas diarias y lo hago con gusto. ¡Disfruto escribiendo! Un truco: para no anquilosarme, cada dos horas pongo música ¡y bailo!

6.24/7. Recuerda que no solamente se escribe cuando estás delante del ordenador. En tu mente estás escribiendo el libro todo el día. Estate siempre abierto a todo, aprovecha el regalo inesperado de una conversación oída al azar por la calle, los matices de una puesta de sol o ese dialogo interior que vas desarrollando mientras paseas a tu perro.

7.Para en alto. Es un consejo de Flaubert: parar de escribir cuando estás en vena. Así te resultará menos difícil reengancharte y podrás mantener el nivel y la tensión narrativa.

8.Distribuye tu tiempo. Hay escritores que sólo pueden escribir cuando la inspiración llama a su puerta. Yo no creo en eso, pero sí sé que hay un momento para cada cosa. Por las mañanas estoy más creativa y escribo torrencialmente; por las tardes y noches aprovecho para insertar ese dato que tengo que buscar, la cronología, la anécdota ilustrativa, pulo el estilo. Elimino mucho. Creo que todos tenemos un reloj interior que nos va marcando nuestro propio ritmo.

9.El halago debilita. No esperes ni cartas de agradecimiento, ni premios, ni homenajes, no pretendas halagar a nadie. Ni uno solo de los familiares de mis biografiados se ha dirigido a mí para reconocer mi trabajo. No me importa. Los únicos que merecen mi respeto son mis lectores y debo ofrecerles mi esfuerzo más grande y honesto.

10. No aburras. Este es el punto principal del decálogo. No intentes demostrar que manejas el lenguaje como un alquimista porque eso se da por supuesto y no hace falta que sea el único argumento de la obra. Escribe bien, claro está, pero cuenta cosas que agarren al lector por el cuello y ya no lo sueltan hasta la última página. Divierte, interesa, entretiene, aterra, conmueve, emociona y eso solo lo conseguirás echándole pasión al trabajo. Balzac bajó un día de su despacho llorando desconsoladamente y cuando le preguntaron contestó: “Es que hoy se ha muerto Lucien de Rubempré”. Pues eso.

El próximo 12 de noviembre, la editorial Destino publica uno de los libros que están llamados a encabezar la lista de los más vendidos en Navidades: Franco Confidencial, de Pilar Eyre. La autora se ha especializado en el tratamiento de los grandes personajes –como la familia real española- en su intimidad, son sus motivaciones, sus debilidades y sus fracasos. Desde la novela pasando por la Historia. En este decálogo que la escritora ha hecho para El Confidencial adelanta cómo trabaja y cómo ha hecho para acercarse a las relaciones políticas del dictador.

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