Es noticia
El retorno al silencio
  1. Cultura
  2. Tribuna
Colaboradores EC2

Tribuna

Por

El retorno al silencio

En estos tiempos de escenificación de la tristemente famosa dialéctica amigo-enemigoen los que se lanzan frases como piedras, el silencio habla

Foto: (iStock)
(iStock)

El ruido puede ser ensordecedor. El ruido de un huracán o de un taladro producen dolor de cabeza y dañan nuestra salud mental. Pero existe otro ruido más peligroso. Surge en medio de una sociedad convulsa. Y se expresa con palabras solo con cáscara, nutridas de odios que parecen infantiles, pero crecen hasta convertirse en maduras necedades. Las frases se lanzan como piedras y se especializan funcionarios del insulto.

El resultado es tierra quemada. No hay espacio intermedio. Es la escenificación de la tristemente famosa dialéctica amigo-enemigo.

Silencio creador

Es esa la situación hoy. No existe espacio para pensar y razonar, dando a cada uno lo suyo. Quien lo intente saldrá escaldado. Le harán el bocadillo y se lo comerán. Frente a esta nada amable situación, habría que reivindicar el silencio creador. Este silencio no es ni inacción ni indiferencia. Es, por el contrario, compatible con el compromiso que denuncia las muchas injusticias de este mundo. Pero no chismorrea. No es dogmático. Y, sobre todo, escucha. Ejercita el arte de abrir los oídos. Es, así, un silencio que habla, un reposo para tomar más fuerza. Hoy por hoy, parece un imposible, pero sabe esperar y no se da por vencido.

Escribía el filósofo Hume, para mostrar su escepticismo ante un paraíso de felicidad y un infierno de tortura sin fin, que nadie, por bueno que sea, se merece ese cielo, ni nadie ha hecho tanto mal como para que le envíen al Tártaro. Hay grados hacia arriba y hacia abajo. Hay grises. Y nada es tan absoluto que niegue al contrario. Es ridículo convertir al otro en un enemigo al que nunca habría que reconocer algún tipo de bondad. Y es ridículo pensar que todo lo que haga yo y los míos está bien. El silencio se alimenta de autocrítica. Un alimento excelente en días de penuria y desasosiego

El ruido puede ser ensordecedor. El ruido de un huracán o de un taladro producen dolor de cabeza y dañan nuestra salud mental. Pero existe otro ruido más peligroso. Surge en medio de una sociedad convulsa. Y se expresa con palabras solo con cáscara, nutridas de odios que parecen infantiles, pero crecen hasta convertirse en maduras necedades. Las frases se lanzan como piedras y se especializan funcionarios del insulto.

Filosofía