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Joaquín Leguina subraya la "fantasía insumisa" de El Bosco
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Peio H. Riaño

Un Prado al día

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Peio H. Riaño

Joaquín Leguina subraya la "fantasía insumisa" de El Bosco

El presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid durante 12 años destaca "el dechado de talento y de imaginación" que el pintor flamenco llevó a cabo en 'El jardín de las delicias'

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El primer presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid y miembro del PSOE se queda con El jardín de las delicias de El Bosco, “una obra llena de misterio y de fascinación”. Coincide en su elección con Antonio Garrigues Walker y con alguna persona más que está por venir. El político explica que“las múltiples interpretaciones que se han hecho del cuadro han servido para fijar la atención en cada uno de los numerosos personajes que componen una “historia” de difícil comprensión”.

“Por ejemplo, en la tabla central se representa el Paraíso, pero lo que se nos muestraes sólo una ficción. El Paraíso de El Bosco está fuera de todo tiempo. Tampoco su infierno se encuentra en un “más allá”, sino en este mundo”, añade.

Esa fama de descreído lo puso bajo el control de los inquisidores

“Su originalidad y su misterio le costó a El Bosco ser acusado de descreimiento. Lo recoge Quevedo en Los sueños, donde el pintor aparece en el infierno. Esa fama de descreído lo puso bajo el control de los inquisidores. Cuando Quevedo reprocha a El Bosco haber pintado un mundo onírico personal en vez de verdades religiosas, en el fondo está alabando su fantasía insumisa”.

“Sea como sea, al visitante del Prado –sea ilustrado o no- le gustará, de eso estoy seguro, pararse delante del tríptico para contemplar en detalle el dechado de talento y de imaginación que contiene El jardín de las delicias”.

“Lo más probable es que Hieronymus Bosch (El Bosco) lo pintara para Enrique III de Nassau y años más tarde pasó a su sobrino Guillermo de Orange. Fue el duque de Alba quien se lo arrebató durante la guerra de Flandes, regalándoselo a su hijo bastardo, Fernando, prior de la orden de San Juan. Felipe II lo compró en la almoneda del prior y lo envió al Monasterio de El Escorial (8 de julio de 1593), donde llegó a contar con nueve obras de El Bosco, demostrándose así que el Rey tenía un avanzado gusto artístico, lo cual no casa con la pésima fama de conservador e integrista con la cual le adornó la leyenda negra”.

También eligieron su favorito:

Fernando Trueba-Las meninas(Velázquez)

Manuela Carmena-Los duques de Osuna y sus hijos(Goya)

Luis de Guindos-El descendimiento(Roger van der Weyden)

Isabel Coixet-Duelo a garrotazos(Goya)

Julián Hernández-La extracción de la pieda de la locura(El Bosco)

Javier Pérez de Andújar-Santo Domingo y los albigenses(Berruguete)

José Ignacio Goirigolzarri-Las meninas(Velázquez)

Antonio Garrigues Walker-El jardín de las delicias(El Bosco)

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Javier Gomá-Autorretrato(Durero)

Begoña Villacís-Saturno devorando a un hijo(Goya)

Jorge Moragas-La batalla de Wad-Rass(Mariano Fortuny)

Paula Bonet-Marte(Velázquez)

Jorge Garbajosa - Los fusilamientos del 3 de mayo de 1808 (Goya)

El primer presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid y miembro del PSOE se queda con El jardín de las delicias de El Bosco, “una obra llena de misterio y de fascinación”. Coincide en su elección con Antonio Garrigues Walker y con alguna persona más que está por venir. El político explica que“las múltiples interpretaciones que se han hecho del cuadro han servido para fijar la atención en cada uno de los numerosos personajes que componen una “historia” de difícil comprensión”.

Joaquín Leguina Pintura