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El pulso de Fernando Llorente
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Ángel Rodríguez

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El pulso de Fernando Llorente

Lo que está ocurriendo con Fernando Llorente en el Athletic Club no es normal. Es cierto que pocas cosas de las que pasan en ese club

Foto: El pulso de Fernando Llorente
El pulso de Fernando Llorente

Lo que está ocurriendo con Fernando Llorente en el Athletic Club no es normal. Es cierto que pocas cosas de las que pasan en ese club lo son. Estamos de acuerdo en que tiene una idiosincrasia especial. Mantiene unos valores que le convierten en un equipo diferente, ni mejor ni peor, simplemente distinto. Jamás ha vestido esa camiseta un futbolista extranjero. La intención es que sólo lo hiciesen jugadores vascos aunque aquí el regate a la norma no escrita lo han dado los nombres además de una forma muy sui géneris de entender la geografía española. Si te llamas Patxi tienes bastantes papeletas de jugar en el Athlétic aunque te apellides Ferreira y hayas nacido en Salamanca. Se justifica con los antepasados. Si eres riojano o navarro perteneces a ese raro mapa que se enseña en Lezama. Las caprichosas fronteras podría así seguir extendiéndose a modo de colonización futbolera hasta llegar a Cádiz pero no deja de perderse una tradición tan defendida por Bilbao. Tradición que de respetarse a rajatabla podría haber terminado con el equipo en segunda división aunque eso no sea lo más importante. No lo es pero se ha conseguido que la afición no sepa lo que es el descenso. Eso tiene mucho mérito. ¡Qué narices! Además las reglas internas las ponen ellos y nadie más que el socio podría cambiarlas. Respetémoslas.

Ese mismo respeto hay que pedir para cualquier futbolista que tenga el deseo de cambiar de aires. No se puede crucificar a un jugador que después de haberlo dado todo por ese club quiera cambiar de aires. Habrá aficionados que no lo entiendan, pensarán que mejor que en su Athlétic no estarán en otro sitio. Pues eso va en cada uno. Javi Martínez lo que piensa es que después de haberle dado media vida a ese club, ahora quería ganar dinero, prestigio y títulos en un grande de Europa como es el Bayern de Munich. Fernando Llorente más de lo mismo. Decisiones que pueden decepcionar a los más fundamentalistas. Decisión que toma un profesional, de la misma manera que hace el Athletic cuando lo que hace es no renovar a uno de los suyos. Entonces a nadie se le ocurre exigir que el amor a una camiseta y cumplir una serie de requisitos te otorga un contrato vitalicio hasta la retirada. Nadie puede impedir que cada persona busque su futuro libremente. Faltaría más. Resulta que apenas ha salido el nombre de Fernando Llorente en estas líneas pero su situación, su caso, son el espíritu de este artículo.  

Lo que está ocurriendo con Fernando Llorente en el Athletic Club no es normal. Es cierto que pocas cosas de las que pasan en ese club lo son. Estamos de acuerdo en que tiene una idiosincrasia especial. Mantiene unos valores que le convierten en un equipo diferente, ni mejor ni peor, simplemente distinto. Jamás ha vestido esa camiseta un futbolista extranjero. La intención es que sólo lo hiciesen jugadores vascos aunque aquí el regate a la norma no escrita lo han dado los nombres además de una forma muy sui géneris de entender la geografía española. Si te llamas Patxi tienes bastantes papeletas de jugar en el Athlétic aunque te apellides Ferreira y hayas nacido en Salamanca. Se justifica con los antepasados. Si eres riojano o navarro perteneces a ese raro mapa que se enseña en Lezama. Las caprichosas fronteras podría así seguir extendiéndose a modo de colonización futbolera hasta llegar a Cádiz pero no deja de perderse una tradición tan defendida por Bilbao. Tradición que de respetarse a rajatabla podría haber terminado con el equipo en segunda división aunque eso no sea lo más importante. No lo es pero se ha conseguido que la afición no sepa lo que es el descenso. Eso tiene mucho mérito. ¡Qué narices! Además las reglas internas las ponen ellos y nadie más que el socio podría cambiarlas. Respetémoslas.