Hay Liga, claro que hay Liga

Hay Liga. Claro que hay Liga. Hasta ahora el problema era la dualidad del campeonato. Muchos defendían que era imposible que otro se colase en la fiesta. Pues ahí tienen al Atlético de Madrid. Cuando llevamos un tercio de competición, veremos quién se atreve a descartar a los rojiblancos de la lucha por el título. Esto lo que demuestra es que cuando se hace un buen equipo, se tiene un buen entrenador y se trabaja con tranquilidad todo es posible. Esta temporada el Atlético ha encontrado la tecla adecuada para ser un candidato más con mayúsculas. Un ejemplo para que otros clubes de dimensiones parecidas lo intenten más adelante. Se trata de la demostración objetiva de que discutirle la primacía a los dos grandes del fútbol español es posible. No es fácil, pero es posible.

Puede que el Atlético de Madrid no gane la Liga. Es más, lo normal es que lo haga el Barcelona. Los azulgrana han firmado, de la mano de Tito Vilanova, el mejor arranque liguero de la historia. Así, cualquiera les planta cara. Demostrado queda que la marcha de Guardiola lejos de debilitar al equipo ha producido un efecto de cohesión ante lo que parecía quedarse huérfanos. Ni siquiera con ese fulgurante comienzo han conseguido una ventaja suficiente como para pasar unas Navidades tranquilas. El Atlético se quiere comer el turrón, pero cuidado, el Real Madrid también.

El debate actual se centra en si los blancos han perdido o no la Liga. Parece arriesgado dar por muerto al equipo de Mourinho, al actual campeón. Con esa súper plantilla hay calidad y tiempo para recuperar los once puntos de ventaja que ahora parecen insalvables. Para intentarlo se necesitan varias cosas pero dos fundamentales. Primero que los madridistas crean en la remontada. Segundo y prioritario que jueguen bien porque no lo están haciendo.