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Fin de la primera vuelta: se acabó la Liga
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Ángel Rodríguez

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Fin de la primera vuelta: se acabó la Liga

Cuesta reconocerlo. Se pierde el aliciente de la lucha por el título. Al Barcelona le han bastado 19 partidos de Liga para ganarla. Ha rozado la

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Fin de la primera vuelta: se acabó la Liga

Cuesta reconocerlo. Se pierde el aliciente de la lucha por el título. Al Barcelona le han bastado 19 partidos de Liga para ganarla. Ha rozado la excelencia. Solamente el Real Madrid fue capaz de arrancarle un empate que le dejar sin la vuelta perfecta. Lejos del Camp Nou ha estado insuperable. Tito Vilanova ha conseguido mejorar el modelo Guardiola. Será complicado que pueda superar el número de títulos ganados por Pep, pero los números de esta Liga le encaminan ha romper los récords conseguidos por el Real Madrid la temporada pasada de puntos y goles. Se puede empezar a concluir que la marcha de Guardiola ha beneficiado al equipo azulgrana. Me cuentan, ya se habló, que el nivel de exigencia de Pep había deteriorado la relación del técnico con algunos de sus jugadores. Su obsesiva forma de trabajar saturaba a unos futbolistas que han recuperado la alegría con Vilanova como jefe. Además están solventando, por el momento, los dos problemas que acechan la paz interior. La suplencia de Villa y la baja forma de Alves. Ya en Navidades el 'Guaje' reconoció que debe tener paciencia. Se está mordiendo la lengua hasta que considere que ha llegado el momento de ser titular. Alves poco puede protestar porque en los últimos partidos desentona al lado de unos futbolistas cuyo nivel de juego no solo deja en evidencia a los rivales, sino también al compañero que no esté fino. Son dos bombas dentro de un equipo que juega que lo borda. Esa es la diferencia respecto al resto. La ventaja con los rivales se ha conseguido a base de buen fútbol. Quien no lo vea es que está ciego o no quiere verlo.

En el Real Madrid surgen excusas de poco peso por quien las dice y por su contenido. Di María comenta que los errores arbitrales no son errores. Ya estamos con la 'campañita'. Es más fácil eso que reconocer la desastrosa temporada que está haciendo y que ha llevado a que Mourinho le diga cuatro cosas con razón. Marca reveló que su entrenador le ha echado en cara que desde que renovó no juega a nada. Pero claro es más fácil tirársela a los de siempre, a los árbitros. Igual que hizo Sandro Rosell cuando el Real Madrid les ganó la Liga. Incluso ahora que arrasa el presidente se queja de que les han pitado menos penaltis a favor que a su eterno rival. Eso sí, afirma que “esta temporada pinta mejor”. Vergüenza tendría que dar a cualquier miembro de Madrid o Barça quejarse de los arbitrajes en vez de reconocer sus errores o el mérito del contrario.  

Mientras el Atlético de Madrid sigue a lo suyo. Nada le distrae de su objetivo. Simeone ha conseguido grabar a fuego que sólo vale ganar el siguiente partido. La temporada comenzó con la exhibición de la Supercopa de Europa. En la Liga se iban acumulando victorias. Los más desconfiados esperaban temerosos la primera derrota. A partir de ese momento se sabría si este equipo era diferente o igual que todos los años. El revés llegó en Valencia. Se perdió, se jugó bien, se reaccionó mejor. La mayor decepción llegó en el Santiago Bernabéu. Los atléticos albergaban fundadas esperanzas para romper el maleficio. El Cholo se equivocó y vimos al peor Atleti de la temporada. Sirvió para aprender la lección de cara al Camp Nou donde los rojiblancos jugaron una gran primera parte. Derrota menos dolorosa con el líder poniendo tierra de por medio. Tampoco perturbó la tranquilidad colchonera las palabras del padre de Falcao, ni la continua presión externa sobre su posible marcha, ni las ganas de Arda por cambiar de aires. Asuntos delicados que se han gestionado con acierto. Años atrás cualquiera de estos constipados se habrían convertido en neumonía. Todo lo contrario. Las contadas adversidades se han superado con una tranquilidad poco habitual. Ser segundos. Entrar directamente en Champions. Quedar por delante del Real Madrid. La Copa o la Liga Europa. Suficientes alicientes para el único equipo que lo ha ganado todo en casa.

Cuesta reconocerlo. Se pierde el aliciente de la lucha por el título. Al Barcelona le han bastado 19 partidos de Liga para ganarla. Ha rozado la excelencia. Solamente el Real Madrid fue capaz de arrancarle un empate que le dejar sin la vuelta perfecta. Lejos del Camp Nou ha estado insuperable. Tito Vilanova ha conseguido mejorar el modelo Guardiola. Será complicado que pueda superar el número de títulos ganados por Pep, pero los números de esta Liga le encaminan ha romper los récords conseguidos por el Real Madrid la temporada pasada de puntos y goles. Se puede empezar a concluir que la marcha de Guardiola ha beneficiado al equipo azulgrana. Me cuentan, ya se habló, que el nivel de exigencia de Pep había deteriorado la relación del técnico con algunos de sus jugadores. Su obsesiva forma de trabajar saturaba a unos futbolistas que han recuperado la alegría con Vilanova como jefe. Además están solventando, por el momento, los dos problemas que acechan la paz interior. La suplencia de Villa y la baja forma de Alves. Ya en Navidades el 'Guaje' reconoció que debe tener paciencia. Se está mordiendo la lengua hasta que considere que ha llegado el momento de ser titular. Alves poco puede protestar porque en los últimos partidos desentona al lado de unos futbolistas cuyo nivel de juego no solo deja en evidencia a los rivales, sino también al compañero que no esté fino. Son dos bombas dentro de un equipo que juega que lo borda. Esa es la diferencia respecto al resto. La ventaja con los rivales se ha conseguido a base de buen fútbol. Quien no lo vea es que está ciego o no quiere verlo.