A Valdés nunca le tembló el pulso

El anuncio por parte de Víctor Valdés de que no renovará con el Barcelona ha sido sorprendente. Primero porque desde hace bastante tiempo que se le veía cómodo, con la titularidad garantizada y con el reconocimiento general. Segundo porque todavía le queda una temporada más de contrato que deberá cumplir bajo una presión añadida al hacerse pública su decisión de marcharse con tantos meses de antelación.

Nadie pone en duda que es el portero ideal para este equipo. Tiene interiorizado un estilo de juego que arranca desde su posición. Para eso hay que saber jugar con el pie. Asignatura pendiente de muchos cancerberos de los que están sonando para sustituirle. Pepe Reina es el que mejor domina esta suerte, pero a sus 30 años parece demasiado elevado el precio que pide el Liverpool para que regrese el hijo pródigo.

Tanto De Gea como Courtois son jóvenes, pero han sido los elegidos por dos de los grandes para guardar su portería durante muchos años. De momento está Pinto. Un jugador que ha demostrado estar a la altura de las exigencias. Ha desarrollado su carrera a la sombra de Valdés sin levantar la voz. Asumiendo su rol. Esperando una noticia como la que ahora nos ocupa. La marcha de Valdés. Sin embargo, nadie cuenta con él para la quiniela en la que se ha convertido la portería del Barça.

La elección no es fácil porque el F.C. Barcelona no es un club que saque porteros de la cantera con facilidad. Y a los que tiene no los valora. Ahí está el gran problema con Valdés. Si este Barça ha conseguido llegar a ser el mejor equipo de la historia buena parte de culpa la tiene Víctor. Sin embargo no le ha llegado el reconocimiento económico que desea. Messi es un mundo aparte. Pero Valdés considera que pertenece a ese segundo escalón en el que se encuentran los Xavi, Iniesta, Puyol, Piqué y compañía. Lo tiene claro. Como no se siente valorado se marchará.

Es un hombre que toma grandes decisiones. Lo hizo con 20 años cuando se enfrentó a Louis Van Gaal. Hace 10 años se negó a jugar con el filial en Segunda División B. Compartía portería con Enke y Bonano. Estaba seguro de sus posibilidades. Terminó ganando la batalla. Ahora se le presenta otra situación con la que no está conforme y ha decidido. A grandes problemas, grandes soluciones.