Sergio Ramos provoca la reacción con su gol en propia meta

Tuvo que marcarse Sergio Ramos un gol en propia puerta para que el Real Madrid despertase. Bendito gol. Gracias a él se dieron cuenta de que tan importante era marcar como no encajar. Cristiano Ronaldo volvió a la zona que le está dando la gloria, la banda izquierda, donde encuentra huecos, donde desborda. Y tuvo que aparecer una incomprensible tarjeta roja a Nani para que el partido se pusiese de cara para los blancos. Fue la clave que marcó el encuentro. A partir de ese momento apareció el Real Madrid de las noches europeas. Como director de orquesta, Luca Modric. Al croata se le reclamaba desde que llegó una gran actuación. Se reservó para regalarla en un escenario especial, Old Trafford. Unos de los estadios preferidos del madridismo últimamente.

Qué equivocados estaban quienes esperaban un partido marcado desde el principio por el vértigo, las ocasiones, de ida y vuelta. Ferguson lo tenía muy claro. No jugarían como el Barcelona. Abrirse contra el Real Madrid es un suicidio y en Manchester no estaban por la labor. Se trataba de no dejar huecos y esperar una salida en la que apareciese la calidad de Van Persie o la sorpresa del trabajador Welbeck. Una de las grandes revelaciones de la eliminatoria.

Al Real Madrid le faltaban muchas cosas. El eterno problema de no saber jugar contra defensas cerradas. Es cierto que a cualquiera le complica la vida, pero tratándose del Real Madrid debe tener un plan alternativo a la velocidad del contragolpe. Entre el abuso de los balones en largo y la falta de apoyos para jugar más en corto se esfumaba la primera parte. No había noticias de Cristiano Ronaldo. Al futbolista más en forma del mundo le sacó Mourinho del sitio donde más daño está haciendo. Abandonó la banda izquierda, desde donde le gusta iniciar sus galopadas, para situarse en el centro donde al United le resultaba más fácil ahogarle. Rafael, el jugador más débil de la defensa inglesa, respiró tranquilo.

Mourinho se olvidó de las bandas más preocupado de no encajar que de marcar. Fue el Manchester quien gozó de las mejores ocasiones para hacerlo durante los primeros 45 minutos. Así lo declaró el entrenador portugués. Esperaba más de su equipo, al tiempo que reconocía que no era conveniente arriesgar.  El partido necesitaba algo que lo revolucionase, y esa revolución llegó tras el descanso de la mano de Ramos, del árbitro, de Modric y de Diego López.

El destino se había guardado toda la emoción para la segunda parte. Entiendo que los ingleses bufen por la expulsión de Nani. Inesperada roja que hizo saltar a Ferguson y sorprendió a todos los que estaban en el estadio, incluido Mou. Sir Alex prefirió pagar la multa por no presentarse a la rueda de prensa tras el partido a salir y ganarse una sanción mucho mayor ante tal calentura. A pesar de quedarse con diez el Manchester demostró carácter de equipo grande. Encerró al Real Madrid e hizo que Diego López fuese uno de los madridistas más destacados. Correcto bajo palos en balones muy centrados. Excelente en las salidas tapando todos los huecos posibles. No por estar últimamente acostumbrados a las grandes actuaciones de Varane debo pasar de largo. Es el central más en forma del Real Madrid. Ha relegado al banquillo a Pepe que se está especializando en jugar como mediocentro cuando llega la hora de guardar la ropa. Hace perfecta pareja con Sergio Ramos. Futbolista estrella en las moviolas televisivas. Un par de penaltis por partido, pitados o no, le hacen jugar en el alambre dentro del área. Es verdad, algún otro hubo en el área inglesa. El penalti y expulsión con el que mereció ser sancionado Rafael habría sentenciado el partido antes. Pero era una eliminatoria para sufrir. Un Real Madrid – Manchester United que ha respondido a las expectativas que había levantado. El Real Madrid ha cerrado su semana grande, así a lo grande.