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Real Madrid y Barcelona se renuevan, pero que no esperen paciencia
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Ángel Rodríguez

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Real Madrid y Barcelona se renuevan, pero que no esperen paciencia

Hablar de fin de ciclo en clubes como Real Madrid o Barcelona es complicado. Son equipos obligados a ganar todo cada temporada. Para conseguirlo no pueden

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Real Madrid y Barcelona se renuevan, pero que no esperen paciencia

Hablar de fin de ciclo en clubes como Real Madrid o Barcelona es complicado. Son equipos obligados a ganar todo cada temporada. Para conseguirlo no pueden permitirse revoluciones, ni planes ‘renove’ que requieran un período de adaptación razonable para volver a estar en la lucha por los títulos. Lo habitual es que estén atentos a las apariciones de jugadores estelares para cazarlos con una buena pila de millones sobre la mesa. Se trata de los refuerzos que van llegando cada temporada, los que cada vez les hace más poderosos, aunque no les asegure el éxito. Sin ir más lejos, este año se ha colado entre los grandes un BVB sin estrellas. Los Götze, Gundogan, Lewandowski, Hummels, Reus y compañía están impresionando, pero han necesitado plantarse en una final de Champions para que les deshagan el equipo sin miramientos. Los que abastecen al mejor fútbol europeo necesitan camadas que no aparecen continuamente. Equipos como Ajax o el propio Borussia no pueden escapar a épocas de sequía en sus canteras.

Tras la eliminación de los dos grandes de España en semifinales de Champions empezaron a oírse voces de fin de ciclo en ambos clubes. Expresión demasiado amplia y ambigua. Puede que hayan terminado etapas de determinados componentes de esas plantillas. Todo indica que los ‘Mourinhistas’ vestirán de azul Chelsea después del verano. Que algún retoque importante es necesario para los blancos. Que en Can Barça se necesita aire fresco. Pero el proyecto no cambia.

En el Real Madrid la situación plantilla –entrenador se ha vuelto insoportable. Florentino Pérez pide compromiso hasta que acabe la temporada. Sabe que mantenerse unidos es una utopía. Conoce mejor que nadie las diferencias internas. Su debate interno es delicado. El presidente está convencido de que Mou es su entrenador ideal, pero los retos del portugués han sido permanentes. La erosión que provoca en el club un técnico demasiado impertinente ha llegado al límite. Sabe que no cambiará. Es más, puede ir a peor. La declaración pública de Pepe externaliza una situación conocida dentro y anunciada por todos los medios desde hace tiempo.

Ancelloti es el elegido. Elegante, serio y con experiencia. Representa el perfil ideal para FP. Nuevo comandante para un barco que mantendrá a la mayoría de su tripulación. Reforzar el lateral derecho está solucionado con la vuelta de Carvajal. Más complicado será ir preparando la salida de Xabi Alonso por voluntad propia no por deseo del club. En todo caso la edad del tolosarra hace recomendable buscarle un sustituto de garantías difícil de encontrar en el mercado. Lo demás será reforzar con la categoría de Bale o Agüero y alguna que otra salida siempre delicada. Ancelloti reconoció que cualquier técnico querría entrenar al Madrid y los futbolistas demuestran que ninguno quiere salir.

En el Barça seguirán confiando en Tito Vlanova. Entrenador que ha arrasado en la Liga, pero que se ha quedado corto en la planificación de la temporada. Los azulgrana han llegado tiesos al momento cumbre, además de haber  demostrado falta de reacción en Múnich. Mantener el ciclo conseguido en el mejor año de Guardiola será inalcanzable. Tal vez no vuelva a repetirse. Pero hablar de equipo agotado ganando la Liga es un atrevimiento. Cierto es que el plan ‘renove’ entraña una dificultad mayor. Encontrar recambio a Xavi es imposible. Todavía le queda fútbol, pero habrá que tenerle entre algodones para estirar su carrera lo máximo posible. El Barça y la selección le echarán de menos cuando diga adiós. La ventaja es que Messi tiene cuerda para rato y un buen puñado de futbolistas todavía jóvenes que lo han ganado todo. Será interesante comprobar cómo empastan dos estrellas como Messi y Neymar. El brasileño tendrá que ganarse la bendición del jefe del equipo que en la sombra es el argentino.

En definitiva, un reinventarse permanente de dos equipos que no pueden pararse un minuto ni a pedir paciencia, ni a lamentarse. Son palabras que no aparecen en sus libros de estilo aunque el lamento sea demasiado frecuente en clubes tan grandes y poderosos.            

Hablar de fin de ciclo en clubes como Real Madrid o Barcelona es complicado. Son equipos obligados a ganar todo cada temporada. Para conseguirlo no pueden permitirse revoluciones, ni planes ‘renove’ que requieran un período de adaptación razonable para volver a estar en la lucha por los títulos. Lo habitual es que estén atentos a las apariciones de jugadores estelares para cazarlos con una buena pila de millones sobre la mesa. Se trata de los refuerzos que van llegando cada temporada, los que cada vez les hace más poderosos, aunque no les asegure el éxito. Sin ir más lejos, este año se ha colado entre los grandes un BVB sin estrellas. Los Götze, Gundogan, Lewandowski, Hummels, Reus y compañía están impresionando, pero han necesitado plantarse en una final de Champions para que les deshagan el equipo sin miramientos. Los que abastecen al mejor fútbol europeo necesitan camadas que no aparecen continuamente. Equipos como Ajax o el propio Borussia no pueden escapar a épocas de sequía en sus canteras.