Bilbao: dame pan y llámame España

La frase dame pan y llámame tonto se emplea coloquialmente para referirse a quien recibe beneficios sin importarle las críticas que estos puedan conllevar. Ningún dirigente personaliza tan bien este dicho como el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Ángel María Villar, a quien en los últimos tiempos se le han unido dos paisanos suyos: el alcalde de Bilbao, Ibon Areso, y el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, ambos del Partido Nacionalista Vasco (PNV).

Como quien no quiere la cosa, la ciudad vizcaína se está convirtiendo poco a poco en la capital de España en lo que al deporte se refiere. Villar está haciendo mucho por que así sea y lograr que Bilbao haya sido la sede española elegida por la UEFA para albergar la Eurocopa de fútbol de 2020 culmina sus viejas pretensiones, para las cuales ha contado con la ayuda y el compromiso de los mencionados Ibon Areso –antes que él, el difunto Iñaki Azkuna– y José Luis Bilbao.

En la 'Carta del presidente' que escribe en la revista de la RFEF, Villar celebra la elección de Bilbao como una de las 13 sedes de la citada Eurocopa, pero en ningún momento hace mención a que sea la ciudad que representa a España o comenta que, salvo que no se clasifique, albergará los partidos de la selección española. Villar se limita a hablar de Bilbao como "una ciudad que ha obtenido el premio que se merece y del que, estoy seguro, disfrutaremos los bilbaínos y quienes nos visiten".

Sin embargo, la cosa viene de antes. Así, en 2010, el pabellón Bizkaia Arena ya acogió la final de la Copa del Rey de baloncesto, en la que el equipo local se midió –y perdió– en cuartos contra el Baskonia. La final la ganó el Barcelona ante el Real Madrid. Un año después, en 2011, la Vuelta a España regresó a Bilbao 33 años después. Acogió el final de la 19ª etapa, que ganó el ciclista vasco de Euskaltel-Euskadi Igor Antón, y el comienzo de la 20ª.

En 2013, la Copa de España de fútbol sala femenino se disputó en Bilbao. El Burela se proclamó campeón por primera vez en su historia al vencer al Atlético Madrid Navalcarnero. Al año siguiente, el pabellón Bilbao Arena albergó la final de la Copa del Rey de fútbol sala, en la que se enfrentaron el FC Barcelona y ElPozo Murcia (4-3).

El Ayuntamiento de Bilbao busca la presencia de la capital vizcaína en el mundo, de ahí que todo sean facilidades cuando se les plantea la posibilidad de albergar un acontecimiento deportivo de carácter internacional. Orgullosos de Miribilla, el pabellón que recibió el premio a la mejor instalación del mundo, no hablan de cuestiones políticas ni ponen problemas, sólo buscan soluciones.

El dinero no tiene bandera y ante todo son gestores, de ahí la creación de Bilbao Ekintza. Tal y como indica en su página web, Bilbao Ekintza "es un Ente Público Empresarial Local (EPEL), que tiene como objetivo la generación de riqueza económica y social para la ciudad, potenciando nuestras capacidades como destino de inversiones, creación y crecimiento de empresas, atracción de visitantes y talento".

Además de las competiciones antes referidas, Bilbao también ha sido una de las sedes del Mundial de España de baloncesto disputado recientemente. En la presentación, los responsables institucionales, todos del PNV, borraron toda referencia a España, si bien se mostraron encantados de albergar un mundial, todo "un honor" y una oportunidad inmejorable para mostrarse al exterior teniendo en cuenta que ya 190 televisiones compraron los derechos de retransmisión. "Se va a ver proyectado el país y el deporte vasco", dijo la consejera de Cultura y Deportes del Gobierno Vasco, Cristina Uriarte.

La única referencia a España estuvo en el logotipo oficial del torneo, en inglés: Spain 2014, que se mantuvo inalterable. Además, los responsables querían alojar a la selección de Estados Unidos y lo consiguieron. El punto más polémico giró en torno al amistoso que la selección española debería haber jugado en suelo vasco. La Diputación de Bizkaia desestimó la idea por considerar que sería costoso. Lo cierto es que el primer encuentro del combinado español disputado en Euskadi fue un éxito rotundo. Fue en el Buesa Arena de Vitoria, en 2010, durante el mandato de Patxi López en el Gobierno Vasco.

Como quiera que el Mundial de baloncesto femenino de 2018 también apunta a que se disputará en España, Bilbao ya cuenta con la posibilidad de volver a ser una de las sedes y no es descartable que también repitiera como ciudad de referencia para la gran favorita, Estados Unidos, aunque, visto lo visto, tampoco es descartable que allí jugara la actual subcampeona, España.

Quien sí podría volver a jugar en Bilbao es la selección española de fútbol. Lo haría nada menos que 53 años después de su último partido en el desaparecido San Mamés y siempre, claro está, que la Roja se clasifique para la Eurocopa 2020. Que el nuevo campo del Athletic pueda ser la sede española para la Eurocopa 2020 fue objeto de polémica política desde que se supo que la selección española jugaría como local.

Esta posibilidad es algo que produce rechazo en el nacionalismo vasco, en Bildu y en parte del PNV. "La ciudad quiere que venga gente de fuera, que disfrute, que se lo pase bien con nosotros y que vuelva", dijo el alcalde de Bilbao. El diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, no fue tan conciliador y llegó a decir que habría que "sacar las tanquetas a la calle" ante el desembarco en Bilbao de "un montón de autobuses con bandera con aguiluchos".

Además de la final de Copa del Rey de fútbol de esta misma temporada, el Ayuntamiento de Bilbao solicitará también para San Mamés la organización de una final de la Europa League, la segunda competición continental por clubes más importante. En este caso, Ángel María Villar también podrá presionar al presidente de la UEFA, Michel Platini, y no es descartable que en breve lo consiga.

Aunque políticamente sea una postura más coherente, el Ayuntamiento de San Sebastián y la Diputación de Gipuzkoa, ambos gobernados por Bildu, son todo lo contrario a Bilbao y Bizkaia, ambos del PNV, pues anteponen la política a la gestión. De ahí que hayan rechazado albergar competiciones deportivas internacionales que habrían dejado a la capital donostiarra no sólo una buena cantidad de euros, sino también una repercusión mundial que durante décadas la capital donostiarra tiene gracias a festivales como el de jazz y especialmente el de cine.

Lo curioso es que según una encuesta realizada con motivo del reciente Mundial de baloncesto a los numerosos aficionados finlandeses que viajaron para apoyar a su selección en el grupo de Estados Unidos lo que más les gustó de su visita a Bilbao fue... la playa de La Concha.