Marcelino, entre la honradez retroactiva de Roig y el oportunismo de Tebas

"LaLiga estaba investigando este partido. No me gustó lo del año pasado con Marcelino, ni las palabras de su mujer, ni cómo estuvo entrenando durante la semana. El comportamiento de Marcelino no fue el correcto. Habrá que ver lo que ha pasado". Más de tres meses y medio después, resulta que Javier Tebas, presidente de la llamada patronal del fútbol español, sospecha que algo raro sucedió el 15 de mayo en El Molinón, donde el Sporting derrotó por 2-0 al Villarreal y logró la permanencia en Primera. Claro que para ello hizo falta que al mismo tiempo el Getafe perdiera en su visita a un Betis, que, como el conjunto amarillo en Gijón, tampoco se jugaba nada.

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Marcelino, asturiano de Villaviciosa y exjugador y exentrenador del Sporting, no tuvo ningún reparo en confesar la semana previa a este polémico partido que "ojalá el Sporting se mantenga, porque es lo que siento". No, en su caso no hacían falta maletines, que haberlos, haylos, aunque LaLiga siga sin demostrar su existencia por más ruido que haga Tebas. Lo de Marcelino fue una cuestión de sentimientos, que muy bien pudo esconder, aunque no lo hizo, lo cual es posible que no le dignifique como entrenador, aunque sí como persona. Puestos a juzgar, más condenable fue lo que hizo su mujer, Mar García Tuero, quien tras el partido de Gijón escribió en su cuenta de Twitter: "Me voy de Asturias con el trabajo hecho! Os dejamos en Primera". ¿Qué se supone que Tebas va a investigar sobre el encuentro de El Molinón después de semejante afirmación?

"Siempre he defendido la honradez en el fútbol y no podía permitir circunstancias como las que ocurrieron a final de temporada", aseguró Fernando Roig, presidente del Villarreal, para justificar la destitución de Marcelino a unos días de iniciar su participación en la fase previa de la Champions, una competición de la que, por cierto, su equipo fue apeado por el Mónaco. "No puede venir alguien -en referencia a su exentrenador- y hacer algo que va en contra de lo que este club cree y piensa que se debe hacer", añadió el máximo dirigente del club castellonenes. Eso sí, Roig hizo estas afirmaciones dos meses después de lo ocurrido en Gijón, con lo que se puede pensar que su ataque de honradez tiene caracter retroactivo. No se trata de defender o justificar lo que dijo Marcelino -lo que hizo, sólo él lo sabe-, sino de ponerlo en un contexto que tiene que ver más con los sentimientos que con intereres espurios.

Según desveló ‘El Partidazo’ de la COPE, el ataque del presidente del Villarreal contra Marcelino podría atender a una estrategia para desmarcarse de posibles irregularidades en el polémico encuentro, sabedor de que Tebas no tardaría en confirmar que LaLiga lo estaba investigando. Es posible que este martes, en la rueda de prensa que Marcelino ha convocado al mediodía en un céntrico hotel de Madrid, el entrenador aclare muchas cosas. Su profesionalidad ha sido puesta en duda y a buen seguro que el asturiano no dudará tampoco en explicar su salida del Villarreal.

"Todos los partidos hay que jugarlos con la máxima intensidad. En la NBA lo que hizo Marcelino no se hubiera permitido porque es devaluar la competición", sentenció este lunes Tebas con la firmeza que le caracteriza, aunque el presidente de LaLiga no debe de seguir muy de cerca la NBA, pues de lo contrario sabría que allí es algo bastante habitual no sólo bajar los brazos para dosificar jugadores pensando en los play-offs, sino incluso dejarse ganar para tener una mejor posición en el draft, algo que llevan haciendo durante las dos últimas temporadas los Philadelphia 76ers. Otro tiro errado.

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PD: De las declaraciones de Martín Presa comparando a Marcelino con el piloto de Lufthansa que estrelló su avión en los Alpes, poco o nada se puede decir. Por más que luego las matizara o explicara -"yo dije que Roig, al igual que un directivo de Lufthansa, no tiene culpa"-, las palabras del presidente del Rayo se descalifican por sí solas. Más le valdría a Presa repasar la derrota de su equipo en Anoeta ante una Real que ni jugaba ni se jugaba nada.