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Nadal, ese referente deportivo (y social) al que en su país tildan de "pijo" y "facha"
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Nadal, ese referente deportivo (y social) al que en su país tildan de "pijo" y "facha"

Como escribe Rama, "Nadal es lo que debes hacer y no haces", de ahí que es comprensible que haya a quienes moleste su compromiso social en temas tan complejos como el de Cataluña

Foto: Rafa Nadal, durante un partido del US Open. (Reuters)
Rafa Nadal, durante un partido del US Open. (Reuters)

Es un tópico, sí, pero en el caso de Rafa Nadal también una la realidad. No quedan calificativos para elogiar la carrera del tenista balear, sin duda el mejor deportista español de la historia y, junto a su contemporáneo y gran rival Roger Federer, una de las leyendas que ha dado el deporte mundial. Además de sus títulos -tras su tercer US Open suma ya 16 de Grand Slam, por 19 del suizo-, hablar de Nadal es hacerlo también de un referente en unos valores, que no es que se haya perdido, aunque sí olvidado. Rafa es un ídolo por lo que gana, sí, pero sobre todo por lo que transmite, tanto en la pista como fuera de ella y lo mismo en la victoria que en la derrota, de ahí que sea tan respetado y admirado incluso por sus rivales, víctimas propiciatorias de esa mentalidad de hierro que le ha hecho único.

Foto: Rafa Nadal, tras ganar la final del SU Open. (Reuters) Opinión
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Nadal no sólo es una figura del tenis. También es un ídolo deportivo y un fenómenos social, especialmente en España, donde su discurso interesa porque se sale fuera de lo común o, mejor dicho, porque está lleno de sentido común. Y, sí, quizás porque Rafa es un tipo orgulloso de ser lo que es, en un acto organizado por el Banco Sabadell en Valencia aseguró que "promocionarnos tan mal durante tantos años repercute en nuestra imagen como país fuera de aquí. No hemos estado bien, pero no hace falta airearlo día tras día, mes tras mes y año tras año. No es justo que nos quejemos todo el día de un país que creo es un privilegiado".

Recuerdo el interés que levantaron estas declaraciones, del mismo modo que no olvido cómo en más de una ocasión su figura ha sido despellejada por quienes parecen haber sido educados -maleducados en este caso- para odiar. “Qué asco da Rafa Nadal y todo lo que hay en torno a él. Falsa humildad para camuflar la vida cómoda de un pijazo facha de yate y cara bonita”. Este es solo un ejemplo de lo que pudo leerse en las redes sociales horas después de que el tenista español ganara su décimo Roland Garros, así que ahora que ha opinado sobre Cataluña, ya puede prepararse.

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En una entrevista concedida al diario El Mundo tras volver a ganar en Nueva York, Rafa no dudó en hablar de lo que se habla en España, es decir, el llamado desafío independentista catalán. "Creo que lo del 1-O no debería producirse porque, desde mi punto de vista, hay unas leyes que son las que son y uno no puede saltárselas porque quiera. Yo no puedo saltarme un semáforo en rojo porque no me parezca correcto. Y los que pretenden eso en Cataluña tienen que entenderlo". Aunque sobre decirlo, Nadal solo ofrece su "punto de vista", lo cual ya merece todo el respeto, pero es que además lo hace cargado de argumentos nada impostados.

placeholder Rafa Nadal, con el trofeo de su tercer US Open. (EFE)
Rafa Nadal, con el trofeo de su tercer US Open. (EFE)

Del mismo modo que muchas veces nos quejamos de la falta de compromiso de los deportistas con todo aquello que inevitablemente les rodea, y aunque es cierto que cuanto menos se metan en política, mejor para ellos y para el deporte, Nadal nunca rehuye hablar sobre cualquier asunto que se le plantee, por más polémico que sea. "Yo estoy siempre dispuesto a decir públicamente que no entiendo una España sin Cataluña", afirma. Aunque se inició en el tenis junto a Toni Nadal en Manacor, fue en Barcelona donde Rafael, como siempre le llama su tío y también entrenador, empezó su meteórica carrera. De hecho, para él jugar el Conde de Godó, torneo que ha ganado ya en diez ocasiones, es como hacerlo en casa. Además, uno de sus principales patrocinadores, el anteriormente mencionado Banco Sabadell, es catalán, de ahí que no sea de extrañar su preocupación por lo que sucede en un lugar, y especialmente en una ciudad, a la que él quiere tanto.

"Bueno, a todos nos debería preocupar; al que no le preocupe es que no tiene en mente a España como es España. Ésta es una realidad. Hay un conflicto y hay que solucionarlo. Es difícil y no tiene una fácil solución, pero bueno... Yo expreso mi sentimiento. Me siento muy cercano a los catalanes, me siento muy español también. Entiendo que juntos deberíamos podernos entender, sin ninguna duda, y yo creo que se tiene que hacer un esfuerzo para llegar a un entendimiento porque creo que somos más fuertes juntos que separados. Lo mismo que España es mejor con Cataluña, Cataluña es mejor con España", sentencia.

Foto: La figura de hombre junto a una estelada (Reuters)

A su llegada a Palma procedente de Estados Unidos, Rafa tampoco tuvo reparos en hablar del tema. "Evidentemente hay una situación límite y las cosas se tienen que arreglar, y creo que se tiene que poner de las dos partes para hacerlo", dijo, para añadir que "uno no tiene que tomar decisiones unilaterales y desde la otra parte tenemos que hacer sentir a Cataluña que realmente les queremos y que queremos que sean parte de lo que son, que es España". Ojalá los políticos tuvieran la mitad, no ya de humildad, sino de su clarividencia para transmitir un mensaje conciliador. Claro que esperar esto de quienes viven precisamente de provocar el enfrentamiento social, es mucho pedir. Como dijo Groucho Marx: "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados".

Por si alguien duda de su talante, Rafa deja claro su "respeto" al sentimiento que cada uno pueda tener, "pero ojalá se solucione, nos podamos entender y podamos vivir durante muchos años como un país, que es lo que somos". Como muy bien escribía Álvaro Rama aquí mismo, en El Confidencial, "Nadal es lo que debes hacer y no haces. La referencia del trabajo duro, de la superación personal, de ese esfuerzo extra que siempre se nos ha inculcado". Quizás por eso algunos no les gusta Rafa y se atreven a tildarlo de "pijo" o "facha". Quizás es que en el fondo no son más que unos acomplejados o unos vagos, además de unos indocumentados y unos irrespetuosos con una leyenda, no ya del deporte español, sino del mundo, donde valoran lo que ha hecho y sigue haciendo, aunque más de uno le diera por retirado.

Es un tópico, sí, pero en el caso de Rafa Nadal también una la realidad. No quedan calificativos para elogiar la carrera del tenista balear, sin duda el mejor deportista español de la historia y, junto a su contemporáneo y gran rival Roger Federer, una de las leyendas que ha dado el deporte mundial. Además de sus títulos -tras su tercer US Open suma ya 16 de Grand Slam, por 19 del suizo-, hablar de Nadal es hacerlo también de un referente en unos valores, que no es que se haya perdido, aunque sí olvidado. Rafa es un ídolo por lo que gana, sí, pero sobre todo por lo que transmite, tanto en la pista como fuera de ella y lo mismo en la victoria que en la derrota, de ahí que sea tan respetado y admirado incluso por sus rivales, víctimas propiciatorias de esa mentalidad de hierro que le ha hecho único.

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