Lo que España debe al 'torero' Guardiola y en Italia ven como causa de su fracaso

Salvo que usted tenga más de 60 años, el próximo verano será el primero de su vida en el que no verá a Italia en un Mundial de fútbol. La última vez que la Azzurra estuvo ausente fue en 1958, en la Copa del Mundo disputada en Suecia, precisamente su verdugo en la repesca para Rusia 2018 después de quedar segunda en la fase de grupos por detrás de una intratable España. Sí, un Mundial sin Italia, campeona en 1934, 1938, 1982 y 2006, nos parecerá menos Mundial, pero más por nostalgia y admiración a futbolistas de la talla de Buffon que por pena de una selección que no se ha quedado fuera por su incapacidad para marcar un gol a los suecos en 180 minutos, sino por su empeño en no evolucionar habiendo tenido la oportunidad de hacerlo, tal y como ha ocurrido por fortuna en el fútbol español.

"Míster, nos han copiado en todo el mundo, excepto aquí, en Italia", cuenta Arrigo Sacchi que le dijo en cierta ocasión Alessandro Costacurta, ex jugador suyo en aquel Milan que marcó una época, y más que por sus títulos, por su fútbol. "Nunca tendremos el ‘tiki-taka’ de España", dijo recientemente Chiellini, central de la Juve, sin saber -o quizás sí- que el término 'tiki-taka' es peyorativo, hasta el punto de que su creador fue el nocivo Javier Clemente, el último entrenador de esa España en la que todavía se apelaba a la furia y se jugaba a patadón limpio.

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Cierto es que a Italia le fue históricamente bien jugando a no jugar, con su famoso catenaccio y su manera de ganar cuando nadie lo esperaba, de ahí quizás su recalcitrante empeño en no aprovechar la aportación que hizo el mencionado Sacchi a una idea de juego que arrancó con el holandés Rinus Michels en el Ajax y perfeccionó Pep Guardiola -como siempre dice Jesús Cuadrado, "Guardiola, entre paréntesis Juanma Lillo"- en el FC Barcelona tras heredarlo de Johan Cruyff para luego intentar implantarlo también en el Bayern y actualmente en el Manchester City.

"El ‘guardiolismo’ ha arruinado a toda una generación de defensores", prosiguió Chiellini en su demostración de no haber entendido nada, para rematar su ristra de sandeces diciendo que "ahora todos miran hacia arriba, en los cruces ya no hay defensores italianos, de esos que intimidan al rival, se está perdiendo nuestra tradición. Para volver a la élite mundial Italia necesita delanteros centros como los que teníamos hace 20 años, pero la aparición de algún defensor de verdad también sería de agradecer". Vamos, que más o menos la culpa de que Italia no vaya a estar en el Mundial de Rusia después de haberlo hecho en los últimos 14 de manera ininterrumpida es de Guardiola.

"¿Qué coño hago yo ahí dentro? Este partido hay que ganarlo, yo no debo entrar", dijo Rossi en el banquillo de Italia cuando le reclamaron para entrar en el decisivo partido contra Suecia y mientras señalaba a Insigne. Este es otro ejemplo de por qué puede decirse que la Azzurra sigue anclada en un fútbol pre-Sacchi, pues no entienden que para ganar no se trata de jugar con más delanteros, sino que es en el centro del campo donde debe generarse el juego y crearse las ocasiones.

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La regeneración de Julen Lopetegui

De Gea, Carvajal, Bartra, Nacho, Iñigo Martínez, Alberto Moreno, Illarramendi, Koke, Thiago, Isco, Morata y Rodrigo. Hasta doce jugadores que fueron campeones de Europa Sub 21 con Julen Lopetegui en 2013 han sido llamados por el ahora seleccionador absoluto para clasificar a España para el Mundial 2018. Por contra, de los italianos Bardi, Donati, Caldirola, Bianchetti, Regini, Verratti, Crimi, Florenzi, Saponara, Rossi, Insigne, Immobile, Gabbiadini y Borini que jugaron y perdieron 2-4 la final contra España en Jerusalén solo tres, Florenzi, Immobile y Gabbiadini, estuvieron contra Suecia en la repesca para Rusia 2018.

He aquí uno de los motivos por los que mientras La Roja ha evolucionado -a pesar de los años de más que estuvo Del Bosque, y de ahí los fracasos en el Mundial 2014 y la Eurocopa 2016-, la Azzurra se ha perdido en una indefinición que le ha llevado a la apocalípsis, como tituló 'La Gazzetta dello Sport' la no clasificación de Italia para Rusia 2018.

"España debe decidir si quiere ser toro o torero", dijo con gran acierto César Luis Menotti. El entonces seleccionador Luis Aragonés (q.e.p.d.) respondió al argentino: "Habla de toros, de toreros, no sabe lo que dice. Confunde el significado del vocablo furia. No sé por qué Menotti se pone a hablar de asuntos que no domina ni conoce. Dice tonterías". Pero, sí, aunque es posible que un poco a regañadientes, sin ser muy consciente de ello y gracias a que Koeman sentó a Albelda en el Valencia, Aragonés decidió ser torero y dio paso a los llamados bajitos. Es decir, los Xavi, Iniesta, Silva y Cesc.

Además de ganar la Eurocopa 2008, el fútbol español encontró en Austria y Suiza la vía que le acercaba al éxito, el molde que debía predominar en el futuro, sobre todo después de que la irrupción de Guardiola en el primer equipo del Barça contribuyera a que a la Selección se sumaran Piqué, Jordi Alba, Busquets y Pedro. Esto es algo que tuvo claro Del Bosque, quien inteligentemente no tocó lo que funcionaba, aunque cuando llegó la primera revisión, no supo cómo hacerla, de ahí los fracasos de Brasil 2014 y Francia 2016.

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Sin embargo, la llegada de Lopetegui ha vuelto a colocar a España no sólo entre las favoritas a ganar en Rusia, sino a ser de nuevo la gran referencia del fútbol mundial. El hecho de que Julen siga contando con Andrés Iniesta es la mejor demostración de que el técnico guipuzcoano sigue creyendo ciegamente en el fútbol que ha llevado a España a ser una referencia y que es consciente de que tener al manchego es la mejor manera de terminar de formar a los Koke, Illarra, Thiago, Saúl y, especialmente, Isco. Tampoco es de extrañar que en su última lista junto a los habituales Piqué, Jordi Alba, Busquets y el mencionado Iniesta figuren los ex azulgranas Marc Bartra y el mencionado Thiago, mientras a Sergi Roberto, Deulofeu y Pedro siempre los tiene presente y nunca puede descartarse la vuelta de Cesc Fábregas. Es decir, jugadores con ADN Barça, precisamente lo que ha perdido el Barça y aún se sigue encontrando en la Selección. Esta es la gran contribución del 'torero' Guardiola, mientras en Italia pusieron los cuernos a Arrigo Sacchi.