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Kepa, entre el sí de Zubi (y el Athletic) al Barça y el no de Arconada al Real Madrid
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Kike Marín

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Kepa, entre el sí de Zubi (y el Athletic) al Barça y el no de Arconada al Real Madrid

Los tiempos han cambiado, sí, pero los futbolistas siguen siendo dueños de sus destinos. La marcha de Kepa al Madrid parece irreversible y su caso sirve para recordar otros anteriores

Foto: Kepa Arrizabalaga, durante un entrenamiento con el Athletic. (EFE)
Kepa Arrizabalaga, durante un entrenamiento con el Athletic. (EFE)

El 2 de mayo de 1986, FC Barcelona y Athletic cerraban en Zaragoza el traspaso de Andoni Zubizarreta a cambio de 150 millones de pesetas. Sí, lo han leído bien, alrededor de 900.000 euros, muy lejos de los 20 millones de la cláusula de rescisión de Kepa Arrizabalaga que el Real Madrid está dispuesto a pagar por él, a pesar de que el 30 de junio queda libre. Además, el Barça incluyó en la operación de su portero titular la cesión en propiedad de Biurrun, el guardameta que había sido adquirido por el club azulgrana procedente de Osasuna. Zubi, de 24 años de edad, firmó un contrato por ocho temporadas, con una ficha cercana a los 45 millones de pesetas por cada una de ellas.

Unos días después, Ramón Mendoza, presidente del Real Madrid, desmintió la información facilitada por su homólogo culé, Josep Lluís Núñez, sobre el presunto fichaje del guardameta de la Real Sociedad Luis Arconada por el equipo blanco. "Es muy extraño que en una comida de un club se hablen de cosas relacionadas con otro, sobre todo si son falsas", declaró Mendoza, para añadir que "quizá se deba a una fórmula de dispersar información y justificar un error de conducta que ha creado malestar en la plantilla al haberse anunciado el fichaje de Zubizarreta en vísperas de la final de la Copa de Europa". Ya saben, la famosa final disputada en el Sánchez Pizjuán en la que el equipo catalán cayó en una fatídica tanta de penaltis tras empatar sin goles con el Steaua de Bucarest.

Foto: Kepa Arrizabalaga, durante un partido del Athletic en San Mamés. (EFE) Opinión

Lo cierto es que, según informó la agencia EFE, Mendoza hizo gestiones con el presidente de la Real, Iñaki Alkiza, para fichar a su veterano guardameta, aunque, como muy bien reflejaría unos días más tarde la portada del diario 'AS': "Arconada, último NO al Real Madrid". El donostiarra, uno de lo mejores futbolistas españoles de todos los tiempos, según acreditó la FIFA en 1998 al reconocerle como "el mejor jugador español de los últimos 25 años", nunca quiso abandonar su club y su ciudad, de ahí sus reiteradas negativas a marcharse.

Desde 1976, cuando debutó en Atocha contra el Liverpool, hasta 1989, Arconada disputó un total de 551 encuentros y ganó los cuatro títulos de la Real, a saber, dos Ligas, una Copa y una Supercopa de España, además de tres trofeos Zamora al portero menos goleado de las temporadas de 1980, 1981 y 1982. "Para los futbolistas de nuestra generación, la Real era nuestra casa y no queríamos dejarla por dinero", escribe Jesús Mari Satrustegui en el prólogo de un reciente libro sobre su compañero y tocayo Jesús Zamora.

placeholder José Ángel Iribar saluda a Andoni Zubizarreta durante un acto en San Mamés. (EFE)
José Ángel Iribar saluda a Andoni Zubizarreta durante un acto en San Mamés. (EFE)

El ejemplo (no seguido) de Iribar

Eran otros tiempos, sí, pero ya entonces los futbolistas eran dueños de su destino. A diferencia de José Ángel Iribar, quien al igual que Arconada en la Real hizo toda su carrera en el Athletic (1962-1980), Zubi decidió hacer las maletas con destino al Barça. Y esto es precisamente lo que ahora quiere hacer Kepa, aunque en su caso en dirección al Real Madrid, con la diferencia de que Josu Urrutia, el actual presidente del Athletic, se niega a traspasar a ningún jugador.

Lógicamente, Kepa tiene todo el derecho a decidir su futuro y, por consiguiente, a no querer seguir en el Athletic, pero parece evidente que estar todo un año dando largas para poder irse libre no es lo que se merece al menos su afición. Es responsabilidad de la directiva de Urrutia haber llegado a esta situación en la que puede irse libre. Si el Real Madrid, como todo apunta, se lo lleva en el mercado de invierno, al menos dejará 20 millones, si bien esto no es consuelo para un club que no necesita dinero y tampoco tiene mercado.

Deportivamente, el club bilbaíno tiene las espaldas cubiertas, no como sucede en la Real Sociedad, donde Toño Ramírez ha renovado por una temporada más a pesar de haber jugado dos partidos en dos años y no ser la competencia que necesita el argentino Rulli. El equipo rojiblanco tiene a Remiro, cedido esta temporada al Huesca y al que podría repescar, y a Unai Simón, guardameta del filial y de la Selección sub 21, además de Iago Herrerín, el portero titular del Athletic en la Liga Europa, de ahí que Kepa no haya debutado aún en un partido internacional.

Foto: Florentino Pérez, en el palco de San Mamés en el Athletic-Real Madrid disputado en 2011.(EFE) Opinión

Sin embargo, la puñalada que supone la marcha del vizcaíno a la filosofía del club bilbaíno es de las que van directamente al corazón. Kepa, que en el Real Madrid solo jugaría en principio la Copa, continuó miércoles y jueves sin entrenarse con sus compañeros, como ya hizo el martes y el sábado anterior. Mientras sus compañeros saltaban al exterior de Lezama después de calentar en el pabellón, él se quedó dentro, y tampoco se dio cita en la sesión organizada a puerta cerrada por Ziganda en San Mamés. Normal que en el vestuario, además de incómodos, no estén muy contentos con la actitud del guardameta.

En Bilbao dan por hecho que Kepa está a la espera de que Florentino Pérez o José Ángel Sánchez llamen a Ibaigane para concretar su salida sin tener que esperar a junio. La respuesta de Urrutia será la esperada: los 20 millones de la cláusula depositados en LaLiga, como ya hicieron Javi Martínez y Ander Herrera para irse al Bayern y al United por 40 y 36 millones, respectivamente. Nada que ver con la historia de Zubizarreta y esa reunión en Zaragoza para cerrar su traspaso al Barça por 900.000 euros.

El 2 de mayo de 1986, FC Barcelona y Athletic cerraban en Zaragoza el traspaso de Andoni Zubizarreta a cambio de 150 millones de pesetas. Sí, lo han leído bien, alrededor de 900.000 euros, muy lejos de los 20 millones de la cláusula de rescisión de Kepa Arrizabalaga que el Real Madrid está dispuesto a pagar por él, a pesar de que el 30 de junio queda libre. Además, el Barça incluyó en la operación de su portero titular la cesión en propiedad de Biurrun, el guardameta que había sido adquirido por el club azulgrana procedente de Osasuna. Zubi, de 24 años de edad, firmó un contrato por ocho temporadas, con una ficha cercana a los 45 millones de pesetas por cada una de ellas.