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No sean (i)lusos: Messi siempre está y a Cristiano hay que esperarle (y pasarle)
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Kike Marín

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No sean (i)lusos: Messi siempre está y a Cristiano hay que esperarle (y pasarle)

Su 'hat-trick' a una desastrosa Real sirvió al portugués para coger confianza en vísperas de recibir al PSG. El Madrid lleva tiempo viviendo de sus goles, pero fútbol no le aporta nada

Foto: Cristiano celebra su segundo gol a la Real en el Bernabéu. (EFE)
Cristiano celebra su segundo gol a la Real en el Bernabéu. (EFE)

Salvo que sea un chovinista portugués y/o madridista de la facción florentinista, dudo que haya un solo aficionado al fútbol que no vea que Leo Messi no admite comparaciones. "Ninguna comparación es posible con Messi, está a otro nivel", dijo Pep Guardiola. Bueno, admitirlas, las admite, pero para ganar en todos los registros del juego que se comparen. Y no, ni siquiera con Cristiano Ronaldo, un delantero enorme, pero cuya vinculación siempre ha sido, es y será más con el gol que con el juego, de ahí que dependa tanto de marcarlos, no solo para vindicarse, sino para estar feliz.

Lo explicó recientemente César Luis Menotti de una manera muy gráfica: "Messi es un ángel. Ante la dificultad de definir, no lo duda: busca el pase-gol. Cristiano necesita marcar siempre para decir 'yo estoy acá'. Messi no necesita siquiera marcar un gol porque su presencia es la construcción del fútbol de su equipo". Lo cierto es que el argentino lleva haciendo esto muchos años, con Andrés Iniesta como mejor aliado, pero parece que es ahora, una vez que ha alcanzado la madurez futbolística y no deja de exhibirse en cada partido, cuando su absoluta supremacía es indiscutible, salvo para los anteriormente señalados.

Foto: Cristiano Ronaldo y Florentino Pérez en la renovación del luso, en noviembre de 2016. (EFE) Opinión

El desastroso (uno más) partido de la Real Sociedad en el Bernabéu le sirvió a Cristiano para volver a ver puerta. Lo hizo con tres goles relativamente sencillos, sobre todo el tercero, en un regalo del guardameta argentino Rulli. En los otros dos, el 2-0 en el minuto 26 y el 4-0 en el 36, la defensa del equipo donostiarra le dio todo tipo de facilidades para que satisficiera su apetito goleador. Lo cierto es que el Real Madrid lleva años viviendo del gol o goles del portugués, el verdadero '9' del equipo que dirige Zinédine Zidane, de ahí que le haya afectado tanto su sequía.

Un 'hat-trick' justo antes del PSG

El 5-2 a la Real de Eusebio, al que la temporada pasada le sonó la flauta y se creyó flautista sin saber siquiera solfeo, fue tremendamente engañoso. Anímicamente no cabe duda de que a los blancos les vino muy bien en vísperas de recibir al Paris Saint-Germain, pero también su rival le metió cinco al Deportivo la jornada anterior y ahí está la penosa imagen que dio en Chamartín desde antes del primer minuto, cuando ya perdía 1-0.

placeholder Cristiano, durante el partido del Real Madrid contra la Real. (EFE)
Cristiano, durante el partido del Real Madrid contra la Real. (EFE)

"¿Si Messi es el mejor jugador de la historia? Sí". Así de rotundo fue Quique Sánchez Flores antes de enfrentarse al Barça en la Copa. "Ha habido pocos deportistas que me hacen sentar en el sofá, y él ha sido uno. También me he sentado por Ronaldo Nazario, Jordan, Maradona... ¿Cristiano Ronaldo? Está en el 'top 10', entre los mejores del mundo. Si no existiera Ronaldo, no habría debate con el mejor jugador del mundo", añadió Quique, quien no podría haber dicho esto si en lugar de entrenar al Espanyol dirigiera al Real Madrid. Que se lo pregunte si no a Rafa Benítez...

"Cristiano ahora mismo es mejor que Messi; no lo digo yo, lo dice la FIFA", afirmó Florentino Pérez tras la última gala de los premios The Best, en la que el portugués volvió a ser elegido mejor jugador del año, al igual que Zidane mejor entrenador, por si lo habían olvidado. "Igual que hubo una época en la que el mejor era Di Stéfano, creo que no hay ninguna duda de que ahora es Cristiano Ronaldo, aunque Messi o Neymar sean excelentes jugadores", añadió el presidente del Real Madrid, quien no sabemos si habla como un forofo o para forofos.

placeholder Leo Messi celebra su gol en el último Clásico jugado en el Bernabéu. (EFE)
Leo Messi celebra su gol en el último Clásico jugado en el Bernabéu. (EFE)

Al peso también gana Leo

Para los que todo lo miden al peso, es decir, en función de lo que ganan, a nivel de clubes las cifras hablan de 30 títulos para Messi, todos con el FC Barcelona, y 24 para Cristiano, ocho con el Manchester United y 16 con el Real Madrid. Con sus respectivas selecciones, la victoria por 2-1 también es para Messi. El rosarino ganó un Mundial sub-20 y una medalla de oro en los Juegos Olímpicos, mientras que el luso fue campeón de la Eurocopa de Francia. Desde un punto de vista más subjetivo, se puede discutir si la conquista de Cristiano es más valiosa que las de Messi. Numéricamente, Messi ganó más con Argentina que Cristiano con Portugal.

En cuanto a los galardones individuales —al menos los más relevantes—, Leo gana 24-22, aunque Messi siempre ha dicho que este es el apartado que menos le seduce, pues él prioriza las victorias colectivas a las individuales. "Le he dicho que es un orgullo tener a un jugador como él. Ha ganado dos The Best y va a ganar el quinto Balón de Oro", contó Florentino Pérez que le dijo a Cristiano. Sabida es la obsesión del presidente del Real Madrid con este tipo de trofeos que tanto daño hacen al fútbol, aunque a él le sirven para engañarse o engañar, además de 'blasfemar' al decir que el portugués es mejor que Messi. Es lo que tiene vivir en una mentira permanente: que te condenas en vida.

Salvo que sea un chovinista portugués y/o madridista de la facción florentinista, dudo que haya un solo aficionado al fútbol que no vea que Leo Messi no admite comparaciones. "Ninguna comparación es posible con Messi, está a otro nivel", dijo Pep Guardiola. Bueno, admitirlas, las admite, pero para ganar en todos los registros del juego que se comparen. Y no, ni siquiera con Cristiano Ronaldo, un delantero enorme, pero cuya vinculación siempre ha sido, es y será más con el gol que con el juego, de ahí que dependa tanto de marcarlos, no solo para vindicarse, sino para estar feliz.

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