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Cuando no eres noticia por el fútbol sino por llevar un lazo o a Puigdemont de polizón
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Kike Marín

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Cuando no eres noticia por el fútbol sino por llevar un lazo o a Puigdemont de polizón

Pep Guardiola, técnico de referencia y noveno más laureado de la historia, no es reconocido como el gran entrenador que es por su empeño en ser más conocido como activista político

Foto: Pep Guardiola posa con la Capital One Cup junto a algunos de sus ayudantes. (Reuters)
Pep Guardiola posa con la Capital One Cup junto a algunos de sus ayudantes. (Reuters)

Por si no lo sabían, Pep Guardiola logró el pasado domingo su primer título como técnico del Manchester City. Lo hizo al derrotar en la final de la Carabo Cup disputada en Wembley al Arsenal (3-0). De este modo, el técnico catalán suma 22 títulos en las 9 temporadas que lleva entrenando en la élite, primero en el FC Barcelona (2008-12), luego en el Bayern de Múnich (2013-16) y actualmente en el mencionado City, al que llegó en 2016 y con el que tiene contrato hasta 2019, si bien medios ingleses hablan de que podría firmar una ampliación hasta 2021, acompañada de un aumento en el salario desde los 16 millones de libras a los 19,5, es decir, 22,1 millones de euros al año.

Por si no lo recordaban, Pep Guardiola no lo tuvo fácil en su primera temporada en la Premier, pues, además, de no levantar ningún trofeo, le costó acostumbrarse al fútbol inglés más de lo que esperaba. Normal que el domingo dijera que no podía olvidar "cómo me cuidaron y trataron el año pasado cuando las cosas no salieron bien". Sí, en su contra puede esgrimirse que en los 21 meses que llevan al frente de los 'citizens' se ha gastado 371 millones de libras en fichajes, 22 más que Arsène Wenger en los 21 años que el técnico francés lleva en el Arsenal. Pep ha fichado defensas a precio de delanteros, pero porque precisamente para él un defensa puede ser tan importante o más que un delantero para llevar a cabo el fútbol en el que cree.

Foto: Pep Guardiola, durante un partido del Manchester City. (Reuters) Opinión

En cambio, lo que a buen seguro sabrán es que Guardiola ha sido expedientado por la federación inglesa por llevar el controvertido lazo amarillo que se ha convertido en un símbolo de protesta de los secesionistas catalanes para reclamar la libertad de los Jordis -Jordi Sánchez y Jordi Cuixart-, en prisión desde hace más de cuatro meses, y de Joaquim Forn y Oriol Junqueras, encarcelados desde el 2 de noviembre, todos ellos con cargos de rebelión, sedición y malversación de fondos.

”Yo siempre me pongo en el sitio de la gente; gente a la que han privado de libertad y que lo único que han hecho es pedir votar”, aseguró Pep para justificar que seguirá llevando el dichoso lazo amarillo, aunque desde la propia Inglaterra no han tardado en recordarle que su "defensa de la humanidad" y su elogio a la democracia "contrastan con su total falta de respuesta cuando Zahir Belounis, mantenido en Qatar contra su voluntad, le envió una carta abierta, pidiendo ayuda". Conocida es la estrecha relación de Guardiola con este emirato, de cuyo Mundial fue embajador y del que nunca se le ha escuchado decir nada malo, por muchos motivos para ello que haya. Quién sabe, igual es porque no hay un lazo para reivindicar libertades en los países donde verdaderamente no las hay.

Pero hay más. A parte de que "el monigote" que llevaba en la solapa del abrigo era en realidad un pin de la campaña 'Prostateuk' con la que se intenta concienciar sobre el cáncer de próstata y la necesidad de realizarse pruebas preventivas, también sabrán que Pep aseguró en la rueda de prensa previa a la final de la Carabao Cup que el domingo anterior la Guardia Civil inspeccionó el avión privado en el que viajó su familia a Barcelona, información que un día antes dio 'Catalunya Radio’, donde llegaron a decir que la policía entró al aparato en cuanto aterrizó en el Aeropuerto de El Prat, supuestamente para ver si viajaba en él Carles Puigdemont. Ridículo, sí.

placeholder Wenger habla con Guardiola durante la final de la Capital One Cup disputada en Wembley entre Arsenal y Manchester City. (Reuters)
Wenger habla con Guardiola durante la final de la Capital One Cup disputada en Wembley entre Arsenal y Manchester City. (Reuters)

Pep es carne de cañón

Después de un primer año de adaptación al fútbol inglés, el City de Guardiola está arrollando en la Premier, camina con paso firme en la Champions, ha ganado su primer título, si bien lo más noticiable en España fue su eliminación de la FA Cup ante el Wigan, equipo de la League One o tercera categoría. Además, después de este partido el catalán protagonizó una acalorada discusión en el túnel de vestuarios con el técnico rival y el árbitro, la cual también fue llevada a los titulares, por si la humillante derrota no era suficiente escarnio. Es lo que tiene empeñarse en caer mal, tal y como escribí no hace mucho, aunque lo personal nunca debería mezclarse con los profesional.

Y es que, sí, ya es triste que Guardiola sea más noticia por llevar un lazo o a Puigdemont de polizón en su avión privado que por estar marcando una época en la historia del fútbol como antes que él lo hicieron Arrigo Sacchi, Johan Cruyff, Rinus Michels o Stefan Kovacs o figurar, por cierto, como único español, en la lista de los diez entrenadores más laureados del mundo junto a Alex Ferguson (49 títulos), Mircea Lucescu (32), Valeri Lobanovski (30), Jock Stein (26), José Mourinho y Luiz Felipe Scolari (25), Giovanni Trapattoni (23), Walter Smtith (22) y Arsène Wenger (21), a quien precisamente ha superado tras su reciente enfrentamiento en Wembley.

Es evidente que el principal responsable de ello es el propio Pep, con todo el derecho del mundo para reivindicar lo que le plazca, si bien él cuenta con la enorme ventaja de hacerlo desde una situación privilegiada como es la de ser el entrenador mejor pagado del mundo, al frente de un multimillonario club de la Premier de capital procedente de los nada democráticos Emiratos Árabes Unidos y que, por todo ello, tiene la repercusión que busca, aunque a costa de ser menos protagonista por lo que realmente merecería ser porque, guste o no, así lo es: un gran entrenador de fútbol.

Por si no lo sabían, Pep Guardiola logró el pasado domingo su primer título como técnico del Manchester City. Lo hizo al derrotar en la final de la Carabo Cup disputada en Wembley al Arsenal (3-0). De este modo, el técnico catalán suma 22 títulos en las 9 temporadas que lleva entrenando en la élite, primero en el FC Barcelona (2008-12), luego en el Bayern de Múnich (2013-16) y actualmente en el mencionado City, al que llegó en 2016 y con el que tiene contrato hasta 2019, si bien medios ingleses hablan de que podría firmar una ampliación hasta 2021, acompañada de un aumento en el salario desde los 16 millones de libras a los 19,5, es decir, 22,1 millones de euros al año.

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