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Del elogio de Guti a la Roma a los palos a Valverde, que no mea colonia sino culpa
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Kike Marín

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Del elogio de Guti a la Roma a los palos a Valverde, que no mea colonia sino culpa

El batacazo del Barça en Champions deja tocado al técnico que aún puede hacer doblete, si bien hay que destacar los méritos de un rival que fue despreciado desde el día del sorteo

Foto: Ernesto Valverde, durante el Roma-Barcelona de cuartos de final de la Champions. (Reuters)
Ernesto Valverde, durante el Roma-Barcelona de cuartos de final de la Champions. (Reuters)

Que la llamada caverna mediática iba a cebarse y regodearse con la estrepitosa caída del FC Barcelona en Champions estaba cantado. Que lo hagan los aficionados, ya sean del Real Madrid o de otros equipos a los que el Barça tampoco les cae especialmente simpático, forma parte de esa pasión con la que se vive el fútbol y que, para lo que quiere, no entiende de fronteras. Sin embargo, una parte del periodismo deportivo -suponiendo que lo que hacen ciertos programas pueda considerarse periodismo y deportivo- ha convertido el radicalismo en su principal argumento para conseguir audiencia. Allá cada cual, por supuesto, aunque ya es triste que se mezclen churras con merinas o lazos con bufandas.

Guti, ex jugador del Real Madrid y actual técnico del Juvenil A del club blanco, escribió en su cuenta de Twitter: "Espectacular el entrenador de la Roma, eso es planificar bien un partido. BRAVO", seguido de cinco aplausos con los que, además, dejaba clara su alegría por la victoria del equipo italiano y, claro está, la consiguiente derrota del Barça. Arbeloa, empleado también del Real Madrid desde el pasado mes de diciembre, aunque en su caso como embajador, repitió once veces el mismo emoticono de sorpresa. No le hicieron falta palabras para doblar la interacciones de Guti, aunque, eso sí, a primera hora de la mañana borró el tuit.

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"Soy absolutamente responsable de todo", dijo Ernesto Valverde tras el batacazo sufrido por el Barça. "No hemos tenido respuestas y a ellos les ha salido todo. A nosotros nos costaba generar juego. Ellos, con su presión, nos obligaban a lanzar, nos pillaban separados, no podíamos coger la segunda jugada". Lo cierto es el 4-1 de la ida fue engañoso y fue en la vuelta cuando se confirmó que algo había fallado en la preparación de este doble enfrentamiento contra una Roma que es cuarta en la Serie A italiana, a 21 puntos de la Juve, que la lidera. Un equipo al que desde Barcelona se le hizo de menos desde el día del sorteo al calificarle de bombón, pero que demostró saber cómo jugarle al equipo de Valverde, de ahí que los piropos de Guti hacia su entrenador tuvieran su parte de coña, pero también de razón.

Mikel Etxarri, toda una referencia en táctica y autor, entre otros libros, de 'Fútbol, 100 frases al pie', también elogia a la Roma, de la que le gusta "su fútbol vertical, con balones largos, buenos cambios de orientación y muy pocos toques para llegar a la portería rival". "Once 'palos' bien movidos son difíciles de batir", es una de las frases que pueden leerse en su libro, algo que también destaca del equipo de Eusebio di Francesco, "muy bien colocado, con mucha potencia en el juego aéreo, muy intenso, aunque también es verdad que empleando cierta dureza que el árbitro permitió".

placeholder Eusebio di Francesco, técnico de la Roma, da indicaciones a sus jugadores. (Reuters)
Eusebio di Francesco, técnico de la Roma, da indicaciones a sus jugadores. (Reuters)

Para Etxarri, que se declara un admirador del trabajo de Valverde, el Barça ha mejorado defensivamente con el Txingurri, aunque en Roma hizo aguas y encajó tres goles que bien pudieron ser más. "Quizás porque precisamente salió pensando en defender, de ahí la presencia en el once de Semedo, que hizo un mal partido, y Sergi Roberto, y ello condicionó su forma de jugar". "Lateral del lado opuesto al ataque rival cierra sobre central de su lado", es otra de las frases que aparecen en el libro de Mikel y que, según él, Jordi Alba no supo aplicar, tanto en el gol de Dzeko en el Camp Nou como en el del bosnio en Roma para poner el 1-0.

Si algo cuestiona el técnico guipuzcoano del juego del Barça es que "se empeñara en tocar el balón con pases cortos muy cerca de su área, lo que no solo facilitaba la presión de la Roma, sino que el peligro era mucho mayor", de ahí también su frase "mejor pérdida lateral, que pérdida en profundidad", no en referencia al balón, sino al rival, sobre todo dada la superioridad física que demostraron los jugadores de la Roma, que se impusieron en todos los uno contra uno y apenas concedieron ocasiones.

A Etxarri tampoco le parecieron acertados los cambios de Valverde, quien justo antes del 3-0 introdujo a André Gomes por Iniesta y, tres minutos después, a Dembélé por Semedo y a Alcácer por Busquets. "Yo quizás hubiera metido a Paulinho", comenta sorprendido e incluso dudando de que el brasileño estuviera en el banquillo. Por cierto, en el citado libro Mikel tiene otra frase, "el jugador siempre tiene algo que hacer en el campo", que Luis Suárez no llevó a cabo en el Olímpico de Roma. "Se mantuvo al margen del juego, esperando a que le llegara algún balón y sin presionar a la defensa rival".

placeholder Luis Suárez, con cara de contrariado, durante el partido del Barça en Roma. (Reuters)
Luis Suárez, con cara de contrariado, durante el partido del Barça en Roma. (Reuters)

Un barullo sin acciones combinativas

"El Barça es un equipo cansado físicamente y sin un juego redondo", apunta Jesús Cuadrado, director del Centro de Estudios Superiores de Fútbol (CESFUTBOL), para añadir que "utiliza solo la banda izquierda, por donde aparece Jordi Alba y Messi suele entrar por dentro. El resto es mucho barullo, sin acciones combinativas". Según Cuadrado, se trata de un equipo que "depende demasiado de las acciones individuales de Messi. ​Yo no entiendo que se diga que fue una cuestión de intensidad. La Roma también juega y tiene sus méritos por eliminar al Barça, un equipo que esta misma temporada no ha tenido partidos buenos, aunque Messi se ha encargado de sacarlos adelante".

No, a diferencia de lo que llegó a decirse de Pep Guardiola cuando entrenaba al Barça, Valverde no mea colonia, sino culpa. La eliminación de la Champions en Roma, donde viajó con un 4-1 de ventaja y mereció claramente la derrota, deja muy tocado al técnico por más que la Liga la tenga virtualmente ganada y aún pueda hacer doblete si derrota al Sevilla en la final de Copa. Ahora no faltarán quienes digan que el Barça le viene grande, pero así de generoso y miserable es a la vez el fútbol.

Que la llamada caverna mediática iba a cebarse y regodearse con la estrepitosa caída del FC Barcelona en Champions estaba cantado. Que lo hagan los aficionados, ya sean del Real Madrid o de otros equipos a los que el Barça tampoco les cae especialmente simpático, forma parte de esa pasión con la que se vive el fútbol y que, para lo que quiere, no entiende de fronteras. Sin embargo, una parte del periodismo deportivo -suponiendo que lo que hacen ciertos programas pueda considerarse periodismo y deportivo- ha convertido el radicalismo en su principal argumento para conseguir audiencia. Allá cada cual, por supuesto, aunque ya es triste que se mezclen churras con merinas o lazos con bufandas.

Pep Guardiola