La cara de repóquer de Florentino tras la espantada del 'presidente' Zidane

Si algo llamó la atención de la comparecencia de prensa en la que Zinédine Zidane anunció por sorpresa que abandona el Real Madrid, fue sin duda la cara de su todavía presidente, Florentino Pérez. Siempre se ha dicho que el buen jugador de póquer no pone cara de alegría cuando recibe buenas cartas ni de triste o desanimado cuando son malas. Es decir, que se mantiene inexpresivo para ocultar sus sentimientos. Esta vez, el gesto de Florentino lo decía todo en Valdebebas. La decisión del técnico que tuvo que improvisar cuando destituyó a Rafa Benítez a los seis meses de ficharle fue una espantada en toda regla.

"Para mí ha sido una decisión inesperada y es un día triste para mí y para todos", dijo un cariacontecido Florentino, quien, efectivamente, está acostumbrado a despedir entrenadores, pero no a que estos le dejen plantado, caso de José Antonio Camacho al margen. Si hace apenas seis días el presidente de ACS presumía en Kiev de haber ganado cinco Champions —por más que repaso alineaciones y estadísticas, no veo a ningún Pérez en los once del Real Madrid—, este jueves el autoproclamado pentacampeón de Europa se llevó un buen sofocón. “Uno no puede estar preparado para una noticia como esta", reconoció Florentino en un gesto de humildad que yo al menos no le recuerdo.

En realidad, el disgusto se lo llevó un día antes, pues fue el miércoles por la tarde cuando Zidane le telefoneó para decirle que tenía que verle antes de irse de vacaciones. Pérez le convocó en su despacho de ACS y fue ahí, en su empresa y no en el Santiago Bernabéu, donde el francés le anunció que se marchaba. Curiosamente, esta vez no se filtró nada. La explicación quizá sea que así se lo pidió Zizou o bien que el presidente se quedó en tal estado de 'shock' que tampoco tuvo ganas de hacerlo. "Nunca en mi vida he sido vulnerable con nada y con nadie", le espetó Florentino al juez Velasco cuando este le interrogó en la Audiencia Nacional como testigo de la Púnica. "Bastante hago con que ayudo. Yo no me siento en mi despacho del Real Madrid. Mi vida es ACS", añadió el todopoderoso constructor, a quien Zidane le ha demostrado que sí es vulnerable.

Zizou ejerce de presidente

Como quiera que por desgracia y por puro desconocimiento la mayoría de los dirigentes del fútbol solo se rigen por los resultados, Zidane dijo y ha hecho algo que debería haber dicho y hecho su presidente si entendiera tanto de fútbol como de negocios. "Es un poco raro, pero había que hacerlo. Pienso que este equipo debe seguir ganando y necesitaba un cambio. El equipo necesitaba otro discurso y otra metodología de trabajo". Del mismo modo que los argumentos en boca de un perdedor son tomados como excusas, Zizou ha ganado tanto y en tan poco tiempo —nueve títulos en apenas dos años y medio— que podría haber dicho cualquier cosa. Sin embargo, fue tremendamente honesto.

Como suele decir Juanma Lillo, autor también de la frase anterior, "tengo claro por qué nos echan a los técnicos: por perder. Lo que aún no sé es por qué nos contratan. Es un misterio, como el de la Coca-Cola". Zidane conoce sus limitaciones mejor que nadie, sabe cómo ha ganado lo mucho que efectivamente ha ganado y, como buen ganador que es, ha sabido retirarse a tiempo. Eso sí, decir que "mi mejor momento en el Madrid fue ganar la Liga” lo dice todo, al menos para el que tenga dos dedos de frente para entenderlo.

"Después de tres años, creo que ha llegado el momento. Si no veo las cosas tan claras como yo las quiero, pienso que es mejor cambiar y no hacer tonterías". Esto también lo dijo Zidane, aunque posiblemente es lo que hubiera pensado Florentino si al Real Madrid se le ocurre no ganar al Liverpool en la final de Kiev. Que nadie olvide, y fue el propio Zizou quien se encargó de recordarlo en el momento de su despedida, que los blancos fueron eliminados de la Copa del Rey por el Leganés, su peor recuerdo, y que en la Liga acabaron terceros, por detrás del Atlético de Madrid y a 17 puntos del campeón, el FC Barcelona.

Sabía lo que podía pasarle

Mientras Florentino Pérez escuchaba cabizbajo las respuestas de Zidane, el francés le dio una auténtica lección de cómo debe gestionarse un equipo de fútbol. "Dije que en este club podía pasar cualquier cosa", lanzó, para añadir que "no estoy cansado de entrenar, solo era el momento. Todo es más simple de lo que parece. Hay etapas en la vida en que uno debe saber cuándo parar. Lo hago por el bien del equipo. Conmigo hubiese sido complicado ganar el año que viene. Lo hemos visto en los momentos complicados. Hay que saberlo cuando estás en este club. No quiero acabar mal. Quiero terminar cuando todo va bien. Ya lo hice como jugador. No veo tan claro seguir ganando y hay que hacer un cambio".

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"No sé qué hubiera hecho. Puede ser", contestó Zidane cuando en su última intervención de la rueda de prensa le preguntaron si se hubiera quedado de no haber ganado en Kiev. Claro que él sabe mejor que nadie que de haber sucedido eso, quizás habría sido el club, es decir, Florentino Pérez, quien le hubiera destituido, como antes que a él les pasó a Del Bosque, Queiroz, Luxemburgo, Pellegrini, Mourinho, Ancelotti y Rafa Benítez. Zizou no ha podido ser más honesto e inteligente, además de elegante. Aunque sin la despedida de la afición, que a buen seguro se merecía, el francés se va a la francesa, pero por la puerta grande, y deja a Florentino con sus cinco Champions... y cara de repóquer.