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Jordi Alba paga la chulería de Luis Enrique ("me invento lo que quiero") y Luis Rubiales
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Kike Marín

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Jordi Alba paga la chulería de Luis Enrique ("me invento lo que quiero") y Luis Rubiales

Jordi Alba es la principal 'víctima' de la llegada de Luis Enrique a la Selección. Aunque el técnico lo niega, el principal motivo es personal, lo mismo que con el presidente de la RFEF

Foto: Jordi Alba celebra con dedicatoria su gol al Huesca con el FC Barcelona. (Reuters)
Jordi Alba celebra con dedicatoria su gol al Huesca con el FC Barcelona. (Reuters)

Lo escribí mucho antes de la primera lista de Luis Enrique, en la que Jordi Alba (L'Hospitalet, 1989) brilló por su ausencia, tal y como le ha vuelto a suceder tras la segunda: "¡No me jodas!", se le escapó —y, visto lo visto, con razón— al 66 veces internacional con España cuando el nombre del asturiano ya sonó en Krasnodar como posible sustituto de Julen Lopetegui, irresponsablemente decapitado a dos días de empezar el Mundial de Rusia por el presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales. Sabido es lo que pasó después. En realidad, lo que tenía que pasar, aunque a día de hoy todavía haya quien se siga extrañando. Es lo que tiene cargarse al piloto del avión en pleno vuelo...

"No me gustó lo de Lopetegui. La decisión es respetable, pero yo creo que teníamos un gran proyecto con él en la Selección", se atrevió a decir Jordi Alba, unas declaraciones cargadas de sensatez que, sin embargo, y como le sucedió con otras tras la marcha de Luis Enrique del Barça, le han acabado pasado factura. "Echarlo fue decisión de Rubiales y, te guste más o te guste menos, hay que entenderlo, aunque gran parte de que estemos aquí es gracias a Julen", añadió el lateral azulgrana, de nuevo apelando a la lógica, aunque a buen seguro que para desagrado de 'Rubi'. Al ex presidente de AFE, sí, un sindicalista que dio el salto a la patronal, no le gusta que le lleven la contraria, a excepción de los 'seres superiores' o de quien hizo de delfín hasta convertirse en tiburón cuando olió la sangre.

Foto: Luis Enrique, durante un partido con el FC Barcelona. (Reuters) Opinión

Prueba de ello es que el propio Alba está convencido de que detrás de sus ausencias de las convocatorias de Luis Enrique no solo está la mano del nuevo seleccionador, sino que también planea la sombra del presidente de la RFEF. "Claro que me gustaría ir a la Selección, pero esto es decisión del técnico. Lo que vale es lo que haga en el club. Eso es lo que depende de mí. Lo otro no", comenta con resignación Jordi, sabedor de que su regreso a la Ciudad del Fútbol de Las Rozas pasará por una carambola mucho mayor que la de su excompañero Marc Bartra, ahora en el Betis y antes en el Barça, de donde le echó precisamente Luis Enrique. El central catalán fue llamado en teoría por la ausencia de Iñigo Martínez, quien en cambio jugó —y perdió— con el Athletic el derbi vasco y ha sido convocado por la Euskal Selekzioa para jugar este viernes contra Venezuela. Absurdo, sí.

Pero volviendo a Jordi Alba, del mismo modo que puede decirse que el lateral catalán está pagando cara la chulería o soberbia de quienes ahora mandan en la Selección y en la RFEF, lo cierto es que él no se achanta y hace bueno el dicho de 'pa' chulo yo. "No me arrepiento de nada. Nunca he dicho nada de Luis Enrique, ni una mala palabra. No dije que Luis Enrique sea un mal entrenador. Ni tampoco lo pienso. Es un grandísimo entrenador, hemos ganado muchas cosas aquí. Al final se habla mucho, pero nunca dije malas palabras de él". Esto es lo que dice públicamente, aunque en la intimidad también apunta a Rubiales, quien rige la RFEF con el mismo 'modus operandi' que AFE, aunque al clientelismo de Villar él le suma el postureo.

placeholder Jordi Alba, junto a Julen Lopetegui e Isco, antes de una rueda de prensa. (EFE)
Jordi Alba, junto a Julen Lopetegui e Isco, antes de una rueda de prensa. (EFE)

"¿Jordi Alba tiene las puertas cerradas?", le preguntaron a Luis Enrique tras dar a conocer su segunda lista. "No hablo de jugadores que no están en la lista", respondió el seleccionador. Pero le insistieron: "¿El nivel de Jordi Alba es inferior al que esperaba?". Y él se mantuvo en sus trece: "No hablo de jugadores que no están en la lista". En cambio, unas preguntas después, los periodistas presentes en Las Rozas volvieron a la carga. "Da la sensación de que Jordi Alba es un tema tabú", le comentaron al asturiano, que sí había hablado de Joaquín, quien tampoco estaba en su lista. "No hablo de jugadores que no están en la lista. He hablado de Joaquín porque ha hecho un vídeo muy divertido", explicó.

¿Que no hay motivos personales?

Fue entonces cuando llegó la pregunta clave: "¿Sólo deja fuera a jugadores por motivos deportivos?". Y Luis Enrique respondió: "Nunca he dejado fuera a un jugador por temas personales, siempre por temas deportivos. Desde el principio he dicho que hay jugadores a muy alto nivel que se quedan fuera y que quizás sea injusto, pero sólo hay espacio para 23 futbolistas en la lista", concluyó.

La realidad es que basta con asomarse al balcón del fútbol nacional e internacional para saber que no hay un lateral izquierdo, al menos español, mejor que Jordi Alba. Sin embargo, Luis Enrique prefiere a Marcos Alonso, del Chelsea, y Gayá, del Valencia, antes que al titular de La Roja durante los seis últimos años. Pero hay más: otro lateral izquierdo como Jonny Otto, fichado por el Atlético del Celta y cedido esta temporada al Wolverhampton, ha sido convocado para cubrir la baja de Carvajal en el lateral derecho. "Da igual, me puedo inventar lo que quiera", respondió el seleccionador, con la chulería a la que me refería antes y que Alba está pagando caro.

placeholder Luis Enrique y Luis Rubiales, durante la presentación del asturiano como nuevo seleccionador. (Reuters)
Luis Enrique y Luis Rubiales, durante la presentación del asturiano como nuevo seleccionador. (Reuters)

Jordi es uno de los fichajes más rentables que ha hecho el Barça en los últimos años, pues pagó por él al Valencia 15 millones de euros y es el mejor socio de Messi. Solo Luis Enrique lo dejó fuera del once con la aparición de aquel 3-4-3, el primer síntoma de un desencuentro que, por más que diga el asturiano, alcanza lo personal. Se fue Lucho y lo aprovechó Alba para reividicarse y, de paso, lanzarle alguna que otra pulla mientras elogiaba a Valverde. También la marcha de Neymar le favoreció y así lo dijo. Lo que el catalán desconocía es que el destino le tenía guardado un guiño traicionero: el desembarco de Luis Enrique a la Selección y su consiguiente salida.

Sí, aquellas palabras sobre Luis Enrique se le han vuelto en contra. Unos días después de confirmarse que no estaba en su primera lista, Jordi Alba festejó su gol al Huesca de una manera curiosa. Se tapó los ojos y lanzó un beso mirando a la cámara de televisión. "La celebración era para mi niño, ahora no se dará cuenta, pero pronto sí", explicó el defensa. Todos los focos estaban puestos en el día uno fuera de la Selección y él jugó al mismo nivel de siempre, aunque para el seleccionador no es ni será suficiente.

Será cuestión de que el catalán haga "un video muy divertido" para que Luis Enrique hable de él y expliqué por qué no lo lleva. Aunque me da que esto no pasará. Lo más triste de todo es que Jordi lo sabe y, no sin motivos, sospecha que otro Luis, de apellido Rubiales, también se la tiene jurada. Que se lo pregunten a Lopetegui, que no le votó en las elecciones a la presidencia de la RFEF y acabó siendo botado porque 'Rubi' no hizo frente a quien de verdad manda ahora en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Pero de esto ya hablamos otro día.

Lo escribí mucho antes de la primera lista de Luis Enrique, en la que Jordi Alba (L'Hospitalet, 1989) brilló por su ausencia, tal y como le ha vuelto a suceder tras la segunda: "¡No me jodas!", se le escapó —y, visto lo visto, con razón— al 66 veces internacional con España cuando el nombre del asturiano ya sonó en Krasnodar como posible sustituto de Julen Lopetegui, irresponsablemente decapitado a dos días de empezar el Mundial de Rusia por el presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales. Sabido es lo que pasó después. En realidad, lo que tenía que pasar, aunque a día de hoy todavía haya quien se siga extrañando. Es lo que tiene cargarse al piloto del avión en pleno vuelo...

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