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El mensaje que sana a Carolina: "Cambia el camino, pero el destino es el mismo"
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El mensaje que sana a Carolina: "Cambia el camino, pero el destino es el mismo"

Carolina Marín estará entre seis y nueve meses de baja por la rotura del ligamento cruzado anterior, pero su entrenador, Fernando Rivas, sabe que es un nuevo reto para quien lo ha ganado todo

Foto: Carolina Marín se duele de la rodilla derecha durante la final del Abierto de Indonesia. (EFE)
Carolina Marín se duele de la rodilla derecha durante la final del Abierto de Indonesia. (EFE)

Pasaban las tres y media de la tarde cuando un mensaje de WhatsApp me confirmó lo que tanto me temía sobre la lesión en la rodilla derecha que el domingo impidió a Carolina Marín ganar el Abierto de Indonesia. Viendo el remitente, no hacía falta que me especificaran a qué y a quién se refería: rotura del cruzado anterior. Aunque una primera exploración no hizo presagiar una lesión tan grave, lo cierto es que el cuádriceps de Carolina es tan fuerte que era normal que el primer test de estabilidad que le hizo el fisio diera negativo. Así, cuando nada más aterrizar en Madrid la onubense se trasladó a la Clínica Cemtro para someterse a una resonancia, el diagnóstico no dejó dudas: rotura del LCA.

Foto: Carolina Marín besa su tercera medalla de oro de campeona del mundo de bádminton. (EFE) Opinión

Como a buen seguro sabrán, todo sucedió este domingo a primera hora, curiosamente mientras Rafa Nadal, el gran ídolo y referente de Carolina, disputaba la final de Abierto de Australia contra Djokovic. A la andaluza le marchaban mejor las cosas en Yakarta que al balear en Melbourne, pues iba ganando el primer set (a 21 puntos) de la final del Masters de Indonesia por 10-4 a la india Saina Nehwal. Sin embargo, al devolver un volante y dejar caer todo su peso sobre la pierna derecha, la rodilla de Marín se torció y su primera reacción fue dejarse caer al suelo. Solo quienes se hayan roto el ligamento cruzado anterior conocen esa sensación.

Esta vez los gritos de Carolina no fueron de rabia por conseguir un punto, sino de dolor, y sus lágrimas no destilaban emoción en lo más alto del podio, sino impotencia a ras de suelo y temiéndose lo peor. En ausencia de Fernando Rivas, su mentor desde que la onubense consagró su vida al bádminton, fue su segundo, el gran danés Anders Thomsen, quien atendió a Marín. Aunque intentó volver a la pista, la vigente campeona olímpica, mundial y europea tuvo que abandonarla en el siguiente punto y de este modo perder una final que tenía encarrilada, mientras su rival, la mencionada Saina Nehwal, no dudaba en cruzar al otro lado de la red para consolarla.

placeholder Fernando Rivas da instrucciones a Carolina Marín durante un partido
Fernando Rivas da instrucciones a Carolina Marín durante un partido

Desde ya empieza un nuevo camino

Carolina será operada este mismo martes -en la Clínica Cemtro y por el doctor Tomás Fernández- y tan solo un día después empezará la recuperación, aunque habrá que esperar para saber exactamente cuánto tiempo va a estar sin poder jugar. Lo normal es que sea entre seis y nueve meses, pero lo mismo que no hay prisa, tampoco habrá pausa. Deportivamente son tantos los puntos que lleva sumados esta temporada, incluidos los de la incompleta final de Indonesia que esta semana le auparán del cuarto al segundo puesto del ranking mundial, que por mucho que la española vaya a estar unos cuantos meses parada, será complicado que abandone el 'top ten'.

Aunque por supuesto la recuperación llevará el tiempo que sea necesario y en el horizonte queda el Mundial que este año se disputa entre el 19 y el 25 de agosto en Basilea, en la cabeza de Fernando Rivas solo entra que Carolina vuelva para ganar, de ahí que ahora mismo no resulte fácil imaginarle en Suiza. En ningún momento se pondrá en riesgo la salud de la jugadora y desde ya se va a trabajar en esa línea. "Cambia el camino, pero el destino es el mismo", es el breve mensaje que Marín recibió en Yakarta de su entrenador cuando aún no se conocía el alcance de la lesión, si bien todo hacía presagiar lo peor. Cabe recordar que dos semanas antes de disputar el último Mundial, el tercero que ha ganado, Carolina era duda. Así se las gasta la, posiblemente, mejor deportista española de todos los tiempos.

El gafe de jugar contra Nehwal

El dato lo recordó la 'ESPN': no es la primera vez que Saina Nehwal es testigo de una lesión que impide a su rival terminar un partido contra ella. En su carrera internacional, la jugadora india ya se ha encontrado en esa situación en cinco ocasiones distintas: contra Yip Pui Yin, en la tercera ronda del Campeonato Mundial 2011; Wang Xin, en el partido por la medalla de bronce de los Juegos Olímpicos de Londres; Wang Yihan en las semifinales de la Super Series de Dinamarca 2012; Nozomi Okuhara, en los cuartos de final del Abierto de Malasia 2013; y Carolina Marín este domingo en la final del Masters de Indonesia.

placeholder Saina Nehwal visitó a Carolina en la enfermería
Saina Nehwal visitó a Carolina en la enfermería

Es evidente que no deja de ser una mera coincidencia, aunque a buen seguro habrá quien al conocer este dato piense que la india es gafe. Lo preocupante es que las lesiones son cada vez más frecuentes en el circuito de bádminton. "No es la forma en la que quería ganar", escribió en sus redes sociales Saina tras visitar a Carolina en la sala de atención médica del pabellón para animarle y decirle que "estabas jugando increíble, si no te hubiera pasado esto, habrías ganado. Te deseo una recuperación muy rápida y espero volver a verte pronto".

Sin duda, un gesto de deportividad que honra a la jugadora india y a un deporte en el que Marín se ha ganado por méritos propios no solo ser respetada, sino también querida. No puede ser casualidad que su momento más duro en el bádminton llegara en el país donde, además de España, más querida es la onubense. Basta con ver los gritos de ánimo que le dedicó el público indonesio. Caro y su equipo tienen ante sí un nuevo reto. Y, como pasa con su admirado Nadal, sabido es que cuanto más difícil es éste, más probabilidades hay de que lo supere. Como bien le dijo su entrenador, "el camino ahora es otro, pero el destino es el mismo". ¿Cuál? Sí, Tokio 2020.

Pasaban las tres y media de la tarde cuando un mensaje de WhatsApp me confirmó lo que tanto me temía sobre la lesión en la rodilla derecha que el domingo impidió a Carolina Marín ganar el Abierto de Indonesia. Viendo el remitente, no hacía falta que me especificaran a qué y a quién se refería: rotura del cruzado anterior. Aunque una primera exploración no hizo presagiar una lesión tan grave, lo cierto es que el cuádriceps de Carolina es tan fuerte que era normal que el primer test de estabilidad que le hizo el fisio diera negativo. Así, cuando nada más aterrizar en Madrid la onubense se trasladó a la Clínica Cemtro para someterse a una resonancia, el diagnóstico no dejó dudas: rotura del LCA.

Carolina Marín