La pataleta que esconde el objetivo de Florentino con el Madrid de baloncesto

"El Real Madrid ha dicho 'basta'. Donde el año pasado hubo silencio tras la falta de Claver a Taylor en la final de la Copa del Rey, esta temporada hay un órdago después de ver cómo el trío arbitral formado por Juan Carlos García González, Miguel Ángel Pérez Pérez y Benjamín Jiménez daba dos puntos decisivos al Barcelona tras considerar ilegal el tapón (¿rebote?) de Randolph. Una decisión que mantuvieron incluso después de consultar el 'Instant Replay' y que ha llevado a la directiva blanca a meditar la idea de consultar con los socios la posibilidad de abandonar la ACB".

La 'información' que acaban de leer en el primer párrafo de este artículo no podrán encontrarla en la web del Real Madrid, ni ha sido transcrita de 'Real Madrid Televisión'. Está copiada y pegada de un medio que no cito porque, como reza el refrán, se dice el pecado, pero no el pecador, y además le tengo demasiado respeto como para mancillar su nombre. Al que sí cito es al diario 'El Mundo', quien el pasado lunes tiró la piedra, pero no escondió la mano al adelantar en rigurosa primicia que "el Real Madrid" -es decir, su presidente- "ha amenazado con abandonar la ACB si no expulsa a los colegiados de la final de Copa". Increíble, pero cierto.

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Resulta que lo que parecía una bravuconada de Florentino Pérez, no lo es, pues un día después el mismo medio anunció que "el Real Madrid encarga dos estudios jurídicos sobre su salida de la ACB a final de temporada". "La asesoría jurídica del club y un despacho externo estudian la salida, para la que en principio no hay impedimentos jurídicos ni indemnización prevista", añadía 'El Mundo' post Pedro G. Cuartango, para a continuación desvelar la verdadera clave: "La competición doméstica española sólo aporta a las arcas madridistas 600.000 euros, mientras que la Euroliga genera 4,5 millones". Blanco y en botella...

Quizás para intentar dar un poco de seriedad a esta pataleta, en las mismas informaciones se recuerda que "Olympiacos, que abandonó hace dos semanas la Copa de su país invocando manipulación arbitral, también está valorando salir de la liga griega". Pero hay más. Según otras fuentes -aunque en realidad sea la misma-, "la idea del Real Madrid es irse a una conferencia en la NBA, para lo que Florentino desembolsaría nada más y nada menos que 100 millones de euros. El Real Madrid jugaría un mes entero en Estados Unidos una serie de partidos para, posteriormente, hacer lo propio en Madrid". No se rían, por favor, el baloncesto y el Madrid se merecen respeto.

Mientras tanto, los mismos medios afines a esta ridícula cruzada de Florentino que sonroja a los verdaderos madridistas, avisan que "la huida de los patrocinadores de la ACB podría ser el primer efecto inmediato. Ya que, según ha podido saber este medio, tendrían cláusulas para terminar con estos contratos de patrocinio en caso de que Real Madrid o Barcelona abandonaran la competición. Endesa es la empresa que patrocina el denominado 'naming' de la ACB y Movistar es el otro gran soporte económico del torneo". La amenaza fantasma, vamos.

Pero sigamos con esta farsa en la que tampoco falta la típica alusión a la importancia de lo-que-digan-los-socios, cuando no hay un club en el que una sola persona acumule más poder: "Una vez finalicen los estudios jurídicos, que pueden alargarse entre tres y cuatro semanas según estimaciones de la entidad, el club haría una consulta a sus socios antes de tomar una decisión definitiva. En la dirección del club tienen muy claro que todo pasaría por un consulta a los socios, que serían los que finalmente decidirían si el Real Madrid continua en la ACB". ¿De verdad creen que los socios del Real Madrid son tan insensatos? Por si acaso, dejan caer que "el impacto económico para el club, cuya sección de baloncesto es de por sí deficitaria cada temporada, sería mínimo". Es decir, de nuevo una alusión a lo único que le importa a Florentino: el maldito dinero.

Una flagrante compensación arbitral

Cabe recordar, por si alguien lo ha olvidado, que los errores arbitrales en la final de Copa no sólo fueron en contra del Real Madrid, pues en la jugada anterior a la decisiva hubo un manotazo de Randolph sobre Singleton que no se pitó. Es decir, que de haberse señalado antideportiva, el partido habría terminado con victoria del Barça y se habría evitado el bochorno que se vivió después del partido y durante todos los días siguientes. Es verdad que hasta los azulgranas reconocen que fue un rebote y no un tapón ilegal, de ahí que todo apunte a lo que siempre hemos conocido como una flagrante compensación arbitral.

Pero esto es lo que tiene estar todo el día quejándose de los arbitrajes, "lo mismo en el fútbol que en el baloncesto", como recordó Gerard Piqué. "Después van al Metropolitano, pasa lo que pasa y callan un rato. Lo hacen a menudo, menos mal que no tienen más secciones, porque si no también se quejarían del balonmano, del hockey...", añadió con sorna el jugador del Barça.

Claro que si fuera por Florentino Pérez, el Real Madrid no tendría ni sección del baloncesto, que es lo que sueña el presidente de ACS, constructor de prestigio, pero aunténtido destructor del fútbol y del deporte español. ¿O quién creen que está detrás de ese frustrado anteproyecto de Ley del Deporte que pretendía cargarse la generosa ayuda de LaLigaSports a las federaciones, tal y como en su día estuvo en contra de la venta centralizada de los derechos del fútbol que tanto ayudó al resto de clubes de LaLiga?

Como quiera que el Real Madrid ya no puede caer más bajo, es normal que cada vez sean más los madridistas -no confundir con florentinistas- que añoran lo grande que fue su club, antaño famoso por su señorío. Por no hablar de ese himno en el que se habla de "noble y bélico adalid", "caballero del honor", "enemigo en la contienda, cuando pierde da la mano", "sin envidias ni rencores, como buen y fiel hermano" y "a triunfar en buena lid". Pues eso, hala Madrid, pero el Madrid de verdad, no el de FP, un cáncer para el fútbol, el baloncesto, el cual sólo le importa para sumar títulos a su palmarés personal, y de todo el deporte español junto a su lacayo Rubiales.