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Una coletilla que exhibe la banalización del fútbol, tan popular como inculto
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Kike Marín

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Una coletilla que exhibe la banalización del fútbol, tan popular como inculto

Desde 1995, en LaLiga las victorias valen tres puntos, pero se sigue hablando de "reparto de puntos" cuando hay un empate. El fútbol es el deporte más popular, pero también el más inculto

Foto: Pep Guardiola y Mourinho se saludan antes de un partido. (Reuters)
Pep Guardiola y Mourinho se saludan antes de un partido. (Reuters)

"Quien solo sabe de fútbol ni de fútbol sabe", dijo el portugués Manuel Sérgio (Lisboa, 1933), autor de 'Filosofía del fútbol', un libro que han leído desde Pep Guardiola a su compatriota Jose Mourinho, quien en una reseña sobre él llegó a escribir: "Cuando hables de fútbol, pide disculpas por saber tan poco: es la humildad de los sabios". Pues bien, aunque haya mucha gente que se crea que sabe mucho de fútbol, lo cierto es que la gran mayoría sabemos muy poco y, lo que es peor, nunca aprenderemos si no somos conscientes de ello y esforzamos, al menos, por no banalizarlo.

A diferencia de lo que ocurre con el resto de deportes, el nivel de análisis en el fútbol es paupérrimo por una presunta falta de interés que en realidad es falta de conocimiento. Basta con ver cómo se recurre a los tópicos y no digamos ya a latiguillos o coletillas basadas en incorrecciones que, cuanto más se repiten, más daño hacen a un juego tan vilipendiado en su esencia como prostituido en todo lo que le rodea, por culpa especialmente de algunos dirigentes sin preparación ni vergüenza para exhibirla. Podría poner muchos ejemplos, pero voy a recurrir a uno tan habitual como desesperante por lo evidente que es. ¿Cuántas veces tras un partido que terminó en empate han escuchado la expresión que los dos equipos se "repartieron" los puntos?

Foto: Pedro Sánchez y Luis Rubiales, durante el pasado Mundial de Rusia. (EFE) Opinión

Por si no lo sabían o quizás no lo recuerden, en 1981 los ingleses decidieron que en su campeonato liguero de fútbol las victorias pasaran a valer tres puntos en lugar de dos, mientras que los empates se mantenían en uno. Con esta medida se pretendía favorecer el juego ofensivo y penalizar a los equipos que buscasen las tablas prácticamente desde el pitido inicial. Al principio, fueron pocos los países que se animaron a copiar a la Football League, antecesora hasta la temporada 1992-93 de la actual Premier League. De hecho, no fue hasta 1994 cuando la FIFA decidió utilizarlo, primero en los partidos de la fase final del Mundial de Estados Unidos y luego en el resto de sus competiciones, lo cual resultó definitivo.

Como suele suceder en estos casos, la modificación tuvo sus detractores, que basaban su crítica en que cuando un equipo marcase un gol se volvería conservador para mantener sus tres puntos en vez de ir a buscar un resultado más amplio. Quizás por ello, a la UEFA le costó adoptar los tres puntos por victoria hasta la temporada 1994-1995, lo mismo que hicieron muchas federaciones nacionales, entre las que destacan la francesa y la italiana. Un año más tarde, es decir, la 1995-96, el resto de ligas importantes, entre ellas la española, dejaron atrás el viejo sistema de dos puntos por victoria. De esta forma, se decía adiós a los añorados positivos y negativos, así como al reparto de puntos, aunque este se siga utilizando de manera errónea pues si hay tres puntos en juego, repartírselos supondría sumar punto y medio cada equipo y no uno como ocurre.

placeholder Marcador de un campo de fútbol con empate al término del primer tiempo
Marcador de un campo de fútbol con empate al término del primer tiempo

El efecto de dar tres puntos por ganar

Por cierto, algunos estudios realizados más de una década después de la implantación en LaLiga de los tres puntos por victoria demuestran que, efectivamente, la medida implicó una reducción, si bien pequeña, al número de empates, al igual que también aumentó ligeramente el promedio de goles anotados. Eso sí, y como simple curiosidad, solo una vez habría cambiado el campeón de LaLiga. Concretamente en la temporada 2006-2007, cuando el Real Madrid quedó campeón empatado a 76 puntos con el Barcelona, al que superó por los resultados en sus enfrentamientos directos. Si las victorias hubiesen valido dos puntos, el Barça habría sumado 54 puntos, por 53 del Madrid. En la 2015-16, los blancos habrían empatado a puntos con el Barça, aunque no hubieran sido campeones al tener el particular perdido.

De vuelta al manido e incorrecto "reparto de puntos", ojalá este artículo sirva para que cada vez que un partido acabe en empate y lo escuchen, no solo les chirríe, sino que, en la medidas de sus posibilidades, llamen la atención a quien lo emplee. Igual es mucho pedir, pero si detalles tan mínios como este los pasamos por alto, luego no nos quejemos de la incultura que desgraciadamente rodea al fútbol. ¿Acaso es mucho pedir hablar con propiedad y tener un poco de respeto por un deporte que no por ser el más popular tiene que parecer también el más inculto?

"El fútbol profesional condena lo que es inútil, y es inútil lo que no es rentable", escribió Eduardo Galeano. Desde luego, los que no son rentables son los inútiles que no saben ni dividir. Y es que, como dijo Manuel Sérgio en su tratado sobre fútbol, "no hay patadas al balón, sino hombres que patean...".

"Quien solo sabe de fútbol ni de fútbol sabe", dijo el portugués Manuel Sérgio (Lisboa, 1933), autor de 'Filosofía del fútbol', un libro que han leído desde Pep Guardiola a su compatriota Jose Mourinho, quien en una reseña sobre él llegó a escribir: "Cuando hables de fútbol, pide disculpas por saber tan poco: es la humildad de los sabios". Pues bien, aunque haya mucha gente que se crea que sabe mucho de fútbol, lo cierto es que la gran mayoría sabemos muy poco y, lo que es peor, nunca aprenderemos si no somos conscientes de ello y esforzamos, al menos, por no banalizarlo.

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