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Por qué Ramos se inmoló ante Florentino y salvó (una vez más) al Real Madrid
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Kike Marín

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Por qué Ramos se inmoló ante Florentino y salvó (una vez más) al Real Madrid

Sergio Ramos es el único que plantó cara a Florentino Pérez y se inmoló para evitar el fichaje de Mourinho, el gran deseado por el presidente del Real Madrid para sustituir a Solari

Foto: Sergio Ramos abraza a Florentino Pérez
Sergio Ramos abraza a Florentino Pérez

La bronca se contó con pelos y señales, lo cual dejó en evidencia la política de (in)comunicación instaurada en el Real Madrid y de la que podría hacerse una tesis doctoral en la que no faltaría alguna mención a Joseph Goebbels. Sí, tras la tercera derrota consecutiva de los blancos en el Bernabéu, en este caso la que le costó la eliminación de la Champions en octavos, Florentino Pérez bajó al vestuario y, en lugar de hacer autocrítica y agradecer a los jugadores lo conseguido en los últimos años y de lo que él tanto presume, les culpó del desastre de temporada, además de achacarles falta de dedicación y compromiso, llegando incluso a utilizar la palabra "vergonzoso". Vergüenza fue lo que pasó él en ese palco donde tanto se cuece, y no precisamente de fútbol, pues ahí es lo que menos importa.

El presidente de ACS y del Real Madrid -por este orden, aunque el segundo dé valor al primero- sacó al forofo que lleva dentro hasta que Sergio Ramos, ejerciendo de capitán, tomó la palabra y le paró los pies. Según informó 'AS', el sevillano recordó a Florentino que en verano le avisaron de la necesidad de fichar un delantero, algo lógico tras la marcha de Cristiano Ronaldo y su media de 50 goles por temporada. Ramos cuestionó su mala planificación, pues no en vano Pérez también ejerce de director deportivo. "La planificación sí que ha sido una vergüenza", aseguran que llegó a decir Sergio al ver cómo el presidente quería cargarles el muerto, mientras me imagino al meritorio Santiago Solari pensando lo mismo, solidarizándose con Julen Lopetegui, aunque sin atreverse a decir esta boca es mía.

Foto: Álvaro Arbeloa, en el programa 'El Chiringuito' de Atresmedia. Opinión

Pérez, haciendo gala de esa soberbia que le condenará cuando el dinero y el poder ya no sean lo más importante, no tuvo mejor respuesta que decirle a Ramos "te echo". ¿Acaso podía esperarse otra cosa de un presidente que ya 'echó' a capitanes y emblemas del Real Madrid como Hierro, Raúl, Casillas y Cristiano? Por no hablar de Vicente del Bosque, a quien sus huestes, cada vez más indignas y lamentables, han llegado a tildar de antimadridista, algo que no dudarán en hacer con Ramos si este verano el central abandona el Santiago Bernabéu por la misma puerta que los anteriormente citados: la de servicio y sin agradecerle los muchos prestados.

placeholder Santiago Solari se lamenta durante el Real Madrid-Ajax de Champions. (EFE)
Santiago Solari se lamenta durante el Real Madrid-Ajax de Champions. (EFE)

Y es que Sergio no se cortó y respondió: "Perfecto. Tú me pagas y yo me voy". Ramos, que este mes cumplirá 33 años y tiene contrato hasta el 2020, es un tipo que caerá mejor o peor, se equivocará más o menos, tanto dentro como fuera del campo, pero nadie puede dudar de que ha sido, junto a Cristiano, uno de los artífices de que este Real Madrid haya sido capaz de ganar cuatro Champions en cinco años apelando casi siempre a la épica y, efectivamente, aunque Solari no lo entendiera cuando lo dijo Pep Guardiola, sin ser el mejor equipo de la década. "Yo lo he dado todo y me he partido la cara por este escudo, por este club y hasta por ti", cuentan que le espetó a Florentino Pérez durante su breve pero encendida discusión.

La ventaja de estar sin equipo...

Ramos lo dejó muy claro tras la destitución de Julen Lopetegui y el posible fichaje de Antonio Conte: "Es mejor mantenerse al margen porque son situaciones delicadas. El respeto se gana, no se impone. La gestión de vestuario es más importante que el conocimiento de un entrenador". "Ahí están los entrenadores con los que hemos ganado títulos", añadió el internacional español, en referencia a Del Bosque, Ancelotti y Zidane, que no a Mourinho, a quien Florentino Pérez estaba deseando volver a fichar. Su ventaja es que se encuentra sin equipo, algo triste y paradójicamente necesario a la hora de encontrar un entrenador para el Madrid, como quedó demostrado tras la inteligente espantada de Zidane y la injusta destitución de Lopetegui. Claro que en el caso del francés sucedía exactamente lo mismo...

placeholder Mourinho, en la grada del Bernabéu, tras ser sancionado con un partido. (EFE)
Mourinho, en la grada del Bernabéu, tras ser sancionado con un partido. (EFE)

A falta de un entrenador fiable para reconducir la situación hasta final de temporada, Sergio Ramos no solo plantó cara a Florentino, sino que también pasó por encima de Solari. "¿Qué pasa con el entrenador?", se autopreguntó en sus redes sociales. "Es una decisión que no nos corresponde y en la que no interferimos nunca. Nosotros tenemos un enorme respeto por el puesto y apoyamos siempre al entrenador del Real Madrid", se autocontestó el sevillano, que no podía jugar en Valladolid por sanción, pero ahí que se fue encabezando la expedición. Aunque su presencia sea molesta para Pérez, el presidente de momento tuvo que tragar. Eso sí, a buen seguro que ya estaba poniendo en marcha su maquinaria propagandística para que su posible salida del Madrid pareciera que es a petición propia.

La amarilla contra el Ajax

Cabe recordar que Ramos no pudo jugar el partido contra el Ajax al haber sido castigado por la UEFA con dos partidos de sanción por provocar la tarjeta amarilla en Amsterdam. Por lo leído, esto es algo que también Florentino le reprochó, lo cual no es sino otra incoherencia más del constructor, sobre todo ahora que está como loco por que vuelta Mourinho. ¿O acaso dijo algo Pérez en noviembre de 2010 cuando, precisamente en Amsterdam, el técnico portugués ordenó con 0-4 en el marcador a Xabi Alonso y al propio Sergio provocar su expulsión con una segunda tarjeta amarilla para pasar limpios a octavos?

En aquella ocasión, la UEFA castigó con un partido de sanción a Mourinho y con una multa económica a Casillas, Xabi Alonso, Ramos y Dudek, es decir, a todos los que intervinieron en las dos expulsiones, además de al propio club. Pero, no, entonces Florentino no dijo nada y a buen seguro que hasta le pareció bien esta jugarreta impropia de cualquier equipo, pero aún menos del más grande de la competición. Mas, esto es lo que pretendía volver a instaurar en el Real Madrid: el mourinhismo, el cual pasaba, entre otras cosas, por 'echar' a Ramos, algo que Luis Rubiales ya pretendió sin éxito que hiciera Luis Enrique en la Selección. Con su patética intervención en el vestuario tras la derrota ante el Ajax, Pérez intentó abrir la puerta a la vuelta del portugués, además de enseñar la de servicio a Sergio. Sin embargo, el hecho de que Zidane haya aceptado volver, lo cambia todo y el Madrid le debe otra a Sergio.

La bronca se contó con pelos y señales, lo cual dejó en evidencia la política de (in)comunicación instaurada en el Real Madrid y de la que podría hacerse una tesis doctoral en la que no faltaría alguna mención a Joseph Goebbels. Sí, tras la tercera derrota consecutiva de los blancos en el Bernabéu, en este caso la que le costó la eliminación de la Champions en octavos, Florentino Pérez bajó al vestuario y, en lugar de hacer autocrítica y agradecer a los jugadores lo conseguido en los últimos años y de lo que él tanto presume, les culpó del desastre de temporada, además de achacarles falta de dedicación y compromiso, llegando incluso a utilizar la palabra "vergonzoso". Vergüenza fue lo que pasó él en ese palco donde tanto se cuece, y no precisamente de fútbol, pues ahí es lo que menos importa.

Florentino Pérez Sergio Ramos José Mourinho