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La 5 mentiras (que nadie contará) sobre el convenio colectivo del fútbol femenino
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Kike Marín

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La 5 mentiras (que nadie contará) sobre el convenio colectivo del fútbol femenino

Si más de un año después las futbolistas siguen sin convenio es porque a Rubiales no le interesaba, a Tebas le daba igual, AFE no miraba por ellas y el Gobierno solo quería salir en la foto

Foto: Luis Rubiales, en el homenaje de la RFEF a las futbolistas. (EFE)
Luis Rubiales, en el homenaje de la RFEF a las futbolistas. (EFE)

Empecemos por el principio. El término convenio alude al acuerdo entre dos o más entidades sobre un asunto. Sin embargo, en el caso del convenio colectivo del fútbol femenino, creo que lo más correcto —y honesto— sería hablar de 'conviene', del verbo convenir, pues desde el primer al último momento —y suponiendo que este haya llegado— se ha buscado lo que convenía a los intereses de la Federación Española de Fútbol (RFEF), LaLiga, AFE (primero con Rubiales y luego con Tebas) y, cómo no, el Gobierno de ese neologismo tan acertado como es el postureo.

Los únicos agentes que de verdad han mirado y velado por los intereses de las futbolistas son los otros dos sindicatos con representación en la mesa negociadora, Futbolistas ON y UGT, precisamente quienes con su valiente decisión de ir a la huelga, convocada para el fin de semana del 16 y 17 de noviembre, lograron que, de repente, más de un año después, todos quisieran ponerse de acuerdo como por arte de birlibirloque. Así, en una reunión celebrada el pasado jueves en la Dirección General del Trabajo, y en presencia de los responsables del Consejo Superior de Deportes (CSD), la Asociación de Clubes del Fútbol Femenino (ACFF) y los sindicatos alcanzaran un preacuerdo que les llevaría a desconvocar la huelga.

"Desbloqueadas las negociaciones por el convenio colectivo de la Liga femenina de fútbol". Este no era el titular que el Gobierno en funciones buscaba a dos días de las Elecciones Generales, pero algo es algo. "Las partes acercan posturas después de tres semanas con las conversaciones rotas y se emplazan al lunes (por hoy, a las 18:00 horas) con la expectativa de cerrar el acuerdo tras un año de diálogo", añadía la misma información. Sí, esta es la última gran mentira que nadie contará sobre un convenio colectivo que, como decía al principio, al Gobierno en funciones solo le ha interesado cuando le interesaba, valga la redundancia, salir en la foto.

Efectivamente, tal y como señaló el presidente de la patronal, Rubén Alcaine, "ahora todo está sujeto a las conversaciones con la Federación. Entrar en su programa de derechos audiovisuales —donde ya están FC Barcelona, Athletic, Tacón y Sevilla— nos permitiría tener más ingresos", concretamente 500.000 euros por club frente a los casi 190.000 de media que reciben ahora de Mediapro. Sin embargo, y una vez hecho el favor a su amigo vía tesis Pedro Sánchez de hacer ver que la solución estaba cerca, poco tardó Rubiales en volver a dinamitarlo todo: "No hay ninguna reunión el lunes con los clubes. Estos ponen una cantidad, las jugadoras piden otra y nosotros ponemos la cantidad que falta para llegar a lo que piden las jugadoras". Es lo que tiene estar al servicio de Florentino Pérez y de su Tacón, que no tiene cedidos los derechos a Mediapro... Pero, ¿para qué valdrá entonces la reunión de esta tarde?

placeholder Reunión en el Ministerio de Trabajo de todas las partes que negocian el Convenio Colectivo del Fútbol Femenino. (EFE)
Reunión en el Ministerio de Trabajo de todas las partes que negocian el Convenio Colectivo del Fútbol Femenino. (EFE)

Y enlazo así con la segunda mentira. En su línea demagógica y 'buenista', tan preocupado por los valores, la integridad o la igualdad de la mujer que se lleva la Supercopa a Arabia Saudí y de paso se carga la Supercopa femenina, Rubiales ha querido aparecer como el salvador del convenio colectivo del fútbol femenino. Y una vez más lo ha hecho de manera chapucera e irresponsable, pues prometió un dinero que no tiene y, lo que es peor, puso en peligro el que la ACFF tenía. Desde la irrupción de la RFEF en la Liga Iberdrola, esta ha ido a menos. La energética ya no tiene el retorno que tenía y está por ver cómo o para qué se utiliza en Las Rozas el dinero que paga por un 'naming' que empieza a ser negativo entre tanta polémica.

Por no hablar de la patética utilización que Rubiales hizo de las internacionales, a quienes hay que entenderles, pues están sometidas a un chantaje tan sencillo como no volver a la Selección. ¿Verdad, Vero? "Queremos dar las gracias por esta reunión porque las pedimos nosotras", empezó diciendo Marta Corredera, dejando claro que era una mandada y antes de dirigirse al presidente de los clubes. "Me gustaría que el señor Alcaine dejara de poner excusas. Vamos a formar un equipo y desbloquear la situación. Estamos aquí para no llegar a una huelga. Es hora de sentarnos a hablar y de hacer autocrítica", añadió la internacional española para sonrojo de cualquiera que tenga dos dedos de frente y un gramo de dignidad, pues es evidente que le habían dicho lo que tenía que decir, y huelga explicarlo, nunca mejor dicho...

Aganzo, de Rubiales a Tebas

Y vamos con la tercera mentira. Tras una de las primeras reuniones de la mesa negociadora del convenio colectivo del fútbol femenino, AFE emitió un comunicado en el que decía que "no entra en batallas de poder, pues es independiente". Para no variar, Aganzo alardeaba de su condición de "sindicato mayoritario del banco social", lo cual no le deja en buen lugar estando como estamos en noviembre y sin convenio. Haciendo buena la locución latina 'excusatio non petita, accusatio manifesta', AFE presumía de independiente, algo que su presidente nunca ha sido.

Se deduce con facilidad que si hasta agosto estaba al servicio de quien le colocó al frente de AFE, su amigo 'Rubi', e incluso utilizara a su abogado, desde que el presidente de la RFEF vio que se le iba a de las manos y empezó a maquinar una moción de censura para derrocarle, Aganzo es aliado de Tebas. El presidente de LaLiga, que fue precisamente quien le avisó de la que le estaban preparando, aprovechó para tenderle la mano, una mano de la que ahora va Aganzo. De ahí, por ejemplo, que AFE no llevara la iniciativa en la convocatoria de huelga y en la sede de la Dirección General de Trabajo acogiera "con optimismo" la decisión adoptada por la ACFF de intentar adherirse al Programa Elite de la RFEF. ¿Y por qué no hizo esto al inicio de las negociaciones?

placeholder David Aganzo, presidente de AFE, tras una reunión en la sede de LaLiga. (EFE)
David Aganzo, presidente de AFE, tras una reunión en la sede de LaLiga. (EFE)

Vayamos a la cuarta mentira. Lo escrito en más de una ocasión y, no solo porque es la verdad, sino porque lo tiene a gala, a Javier Tebas más que molestarle, quizás hasta le agrade que lo recuerde ahora que se ha convertido en un problema. Al presidente de LaLiga el fútbol femenino le es indiferente. Le resbala, como coloquialmente se dice. Económicamente no le genera nada. Al contrario. A los clubes que representa les cuesta dinero y sabido es que a Tebas solo le preocupa lo que es rentable. Ahora bien, el fútbol femenino, como todo el deporte femenino en general, no dará nada, pero socialmente quita mucho, de ahí lo importante que es apoyarlo, aunque en el caso de Tebas solo sea por una cuestión de imagen. Para eso se creó la ACFF y, como comentaba antes, hasta esta temporada la Liga Iberdrola no dejaba de crecer. Es verdad que dopado financieramente, pero porque el fútbol profesional se lo puede permitir y el federativo, no.

El sindicato vertical no era Futbolistas ON...

Después de desenmascarar a Rubiales, Tebas, Aganzo y Pedro Sánchez, la quinta y última mentira hace referencia a los otros dos sindicatos, ninguneados pero decisivos. Futbolistas ON, al que se le colgó el sambenito de vertical y sobrevive únicamente de las cuotas de sus afiliados, y UGT, el único con capacidad y la experiencia necesaria para encontrar una solución. Mientras el (todavía) presidente de AFE decía "me parece muy atrevido no hablar con las futbolistas y decir la palabra huelga", José María García, de UGT, fue contundente: "La huelga será inminente". Así lo había anunciado días antes la gerente de Futbolistas ON, Tamara Ramos, en el diario AS. "UGT y nosotros tenemos un quinto de representación y es muy difícil negociar contra la patronal y contra la parte mayoritaria, que no están de acuerdo", comentó su presidente, Juanjo Martínez.

En un ataque de lucidez, y casualmente después de escenificarse en Las Rozas la ruptura de relaciones con su padrino Rubiales, Aganzo denunció que "de repente ha aparecido dinero de todos los sitios". Efectivamente, el dinero que AFE como sindicato mayoritario debería haber exigido desde el primer momento y no solo cuando el propio Aganzo cambió de caballo y pasó de ir a lomos de Rubiales a hacerlo agarrado a las crines de Tebas. "Creo que una huelga es una cosa muy seria", ha llegado a decir Rubiales, quien cuando estaba en AFE amenazaba con montarla por cosas menos importantes, aunque a él lo único que parece interesarle del fútbol femenino son los pantalones cortos. Los paños menores, como los llama él...

Empecemos por el principio. El término convenio alude al acuerdo entre dos o más entidades sobre un asunto. Sin embargo, en el caso del convenio colectivo del fútbol femenino, creo que lo más correcto —y honesto— sería hablar de 'conviene', del verbo convenir, pues desde el primer al último momento —y suponiendo que este haya llegado— se ha buscado lo que convenía a los intereses de la Federación Española de Fútbol (RFEF), LaLiga, AFE (primero con Rubiales y luego con Tebas) y, cómo no, el Gobierno de ese neologismo tan acertado como es el postureo.

Convenio colectivo Sindicatos Real Federación Española de Fútbol Javier Tebas UGT Consejo Superior de Deportes (CSD) Luis Rubiales