El VAR une a los antagonistas Mourinho y Valdano y deshumaniza a los árbitros

Que nadie lo dude: si, como todo apunta, el Real Madrid acaba ganando esta atípica Liga, será porque se 'desconfinó' antes que el FC Barcelona. Los blancos siguen disponiendo de mejores jugadores que juego. Han perdido pegada, pero se han hechos fuertes en defensa. De hecho, en los siete partidos que han disputado y ganado tras el obligado y prolongado parón solo han encajado dos goles, lo cual no solo habla muy bien de Courtois, sino de un equipo al que Zidane tiene enchufado. Todo lo contrario de lo que le ha pasado a Quique Setién, a quien solo la victoria en el Estadio de la Cerámica ante el Villarreal le salvó de estar de vuelta con sus vacas.

Ahora bien, y por mucho que el técnico francés del Real Madrid diga que "estoy cansado de que se diga que ganamos por los árbitros", es evidente que, más que los también llamados trencillas, a su equipo le está echando una mano el videoarbitraje, un invento que, precisamente porque no tiene la excusa del error humano, canta e indigna aún más cuando falla. Salvo en el partido contra el Espanyol, en los otros seis se produjeron una serie de jugadas más o menos discutibles y decisivas que fueron revisadas por el VAR y en todas la decisión final cayó del lado madridista. ¿Casualidad? No si el árbitro delega todas sus decisiones en sus videoasistentes.

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Efectivamente, que José Mourinho se queje de los arbitrajes no es noticia: "No puedo decir lo que pienso, me metería en problemas. Me suspenderían y no quiero", dijo hace unos días el ahora entrenador del Tottenham tras una derrota que complica la clasificación de los 'spurs' para la Champions. Pero lo que sí es destacable, más que nada porque el portugués tiene toda la razón, es cuando asegura que "el que está en el campo no es el árbitro. El árbitro está escondido en alguna oficina. El del campo no toma las decisiones".

Recuerdo como si hubiera sido ayer la charla que Velasco Carballo, presidente del Comité Técnico de Árbitros de la Real Federación Española de Fútbol, nos dio a los periodistas hace dos veranos, como preparación a la implantación del VAR en LaLiga. Si algo se me quedó grabado, además de la apología que Velasco hizo de unas nuevas tecnologías que van camino de cargarse el fútbol, es que el madrileño repitió hasta la saciedad que "en última instancia, siempre será el árbitro y no el VAR el que tome a las decisiones".

Bill Shankly dio en el clavo

Como comentaba antes, cuando aún no existía el VAR siempre podíamos apelar al llamado error humano, ya fuera para condenar o para defender a los árbitros. Ya saben, lo complicada que es su labor, pues tienen que tomar decisiones muy complicadas, con mucha presión y en décimas de segundo. Sin embargo, ahora que tienen toda la tecnología a su alcance y varios minutos para poder confirmar o corregir sus decisiones, resulta que es cuando más están quedando en evidencia. Puede ser porque, como decía el mítico entrenador del Liverpool, Bill Shankly, "el problema de los árbitros es que conocen las reglas, pero no el juego".

Al ser preguntado sobre el VAR, Jorge Valdano avisó de que "hay que tener cuidado con la tecnología porque cuando se apodera de las cosas termina secuestrándolas". "El VAR no me gusta, interrumpe, contamina el espíritu salvaje que ha caracterizado siempre al fútbol", añadió el hispano-argentino, quien, aunque cueste creerlo, coincide con su antagonista Mourinho: "El linier toma una decisión, pero la tecnología acaba decidiendo. Las decisiones sobre penaltis, manos y faltas no las toma el árbitro". Sobre todo si no se acercan a verlo en los monitores y se fían de lo que les dicen desde la sala VOR por el pinganillo.

Sergio Ramos y el Reglamento

Pero, claro, luego está la otra parte. La del forofismo incapaz de ver que las cosas son como son y de entender que no pasa nada por reconocerlas. Es inaudito que Sergio Ramos diga que "piso un poquito la bota de Raúl García, pero está detrás y no lo veo" y que el VAR no dictamine que es penalti. Es evidente que el capitán del Real Madrid desconoce el Reglamento cuando asegura que "no es una jugada determinante, porque el balón estaba en otro lado". Lo explicó muy bien Jesús Cuadrado en Twitter, en su caso refiriéndose a Valdano, quien cometió el mismo error de apreciación que Sergio: "Un pisotón sobre un contrario, con el balón en juego (aunque no jugado directamente), dentro del terreno de juego y en el área de penalti propio: es penalti, aunque sea involuntario".

Además, basta con recordar lo que dijo el capitán del Real Madrid el 23 de febrero, es decir, poco antes de pararse la Liga por la pandemia del coronavirus: "¿El árbitro? Hay decisiones que están premeditadas". Sí, el mismo futbolista que se quejó de la "arrogancia" de Hernández Hernández, dice ahora que "la Liga no la vamos a ganar gracias a los árbitros. Son los errores los que te penalizan. Los árbitros están para ayudar. Hay veces que aciertan y otras que no".

Pero esto ya no es verdad. Ahora ya no es cuestión de acertar, sino que se supone que tienen una herramienta para reducir prácticamente a cero el margen de error. Salvo, claro está, que sus errores sigan siendo humanos, aunque de otro tipo de humanidad. Lo afirmó el mismísimo presidente de LaLiga, Javier Tebas: "Con el VAR hubo un antes y un después de la llamada de Florentino a Rubiales". Hasta el mencionado Valdano, exjugador, exentrenador y exdirector general del Real Madrid, lo reconoce: "El VAR provoca una sensación de sospecha". Pues sí, y siempre en la misma dirección...