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Los enigmáticos "volveré" y "de momento no soy presidente" que dejó Sergio Ramos
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Kike Marín

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Los enigmáticos "volveré" y "de momento no soy presidente" que dejó Sergio Ramos

Aunque Florentino intentó que pareciera lo que no es, el capitán del Madrid no se va, sino que es el presidente quien le echa. Caducar, caducan los yogures, de ahí sus dardos donde más duele

Foto: Sergio Ramos, a la salida de Valdebebas, tras despedirse del Madrid. (Reuters)
Sergio Ramos, a la salida de Valdebebas, tras despedirse del Madrid. (Reuters)

"Se cierra una etapa única en mi vida. Quiero seguir mostrando mi mejor nivel y añadir a mi palmarés algún título más. Esto es un hasta luego porque, tarde o temprano, volveré". Probablemente, estas tres frases resumen el improvisado (o al menos no leído) discurso de Sergio Ramos en el acto que el Real Madrid organizó para despedirle. Despedirle, sí, pues, aunque una vez más Florentino Pérez pareciera salirse con la suya, la realidad es que Ramos no se va, sino que es el propio presidente madridista quien le echa al retirarle la oferta de renovación.

Salvo esa parte del madridismo que siente una enfermiza veneración por su líder —aunque se supone que cada vez serán menos, a la vista de sus últimos desvaríos con la Superliga y la segunda espantada de Zidane—, el resto de aficionados blancos habrá entendido, después de ver a un emocionado Sergio y, por el contrario, a un hierático Florentino, que el capitán no pudo mentir cuando aseguró que "hace una semana, a mí se me comunica a través de mi agente que la oferta ya no está en vigor". "Nunca me he querido ir. Mi propósito era seguir aquí", añadió minutos después, aunque si hubiera sido él quien llamara a Florentino, quizá, quién sabe, la cosa hubiese cambiado.

Foto: Sergio Ramos abraza a Florentino Pérez. (Real Madrid)

Es verdad que ese agente, que además es su hermano René, lleva tiempo buscándole un posible destino, tal y como sucedió, por ejemplo, con la llamada que hizo a Pep Guardiola para irse al Manchester City y de la que informamos en El Confidencial. Sin embargo, hablar de 'fecha de caducidad' como si de un yogur se tratara no parece el trato que merece un futbolista que tanto le ha dado al Real Madrid durante los últimos 16 años. Unos méritos que el propio presidente no tuvo más remedio que reconocer, al mismo tiempo que agradecer. "Es difícil lograr todo lo que has logrado. Eres el madridista con más títulos en la historia del Real Madrid, solo superado por Gento", le dijo.

Evidentemente, falta por conocer la versión del club, como el mismo Ramos reconoció en la posterior rueda de prensa que, a diferencia de Florentino, sí ofreció para que los medios le preguntaran lo que quisieran o, al menos, les permitieran. "El presidente ya tendrá su momento para explicaros lo que considere oportuno, porque él también tendrá su versión", dijo Sergio, para a continuación lanzarle una chinita a Pérez: "Me hubiera gustado, quizá no hubiera estado mal, que estuviera aquí. Pero, bueno, está Butragueño, al que le tengo un cariño especial".

placeholder Sergio Ramos y Florentino Pérez, entre los trofeos conseguidos en el Real Madrid.
Sergio Ramos y Florentino Pérez, entre los trofeos conseguidos en el Real Madrid.

Dicho esto, el último mensaje de "tarde o temprano volveré" puede interpretarse de dos formas. Una, que para irse de manera 'amistosa', es decir, en un acto organizado por el club con el que se evitó que pudiera decir todo lo que realmente piensa, Florentino Pérez le ha prometido a Ramos que cuando cuelgue las botas, no le faltará un puesto de trabajo. Esto ya ha sucedido con otras dos de las últimas leyendas del madridismo como Raúl y Casillas, a quienes incluso el club financió sus fichajes por el Schalke 04 y el Oporto, respectivamente, y ahora han vuelto. El exdelantero, para estar al frente del Real Madrid Castilla, y el exguardameta, en la Fundación Real Madrid.

La segunda y más probable interpretación

La segunda interpretación sobre los enigmáticos mensajes de Ramos es que se va con una espina clavada y la única forma de sacársela será volviendo algún día al Madrid. Claro que en este caso cuando ya no esté Florentino, a quien sabido es lo poco que le gusta que alguien le haga sombra, por más que públicamente le dijera a Sergio aquello de "esta siempre será tu casa". De hecho, salvo que, como comentaba antes, su regreso se haya pactado, a buen seguro que al presidente del Real Madrid no le gustó escuchar que, al ser preguntado sobre qué cree que piensa Florentino sobre su marcha, el camero dijera: "Desconozco lo que piensa porque, de momento, no soy presidente".

Si hay algo que irrita a Pérez es que alguien se atreva siquiera a insinuar que le puede disputar y no digamos ya quitar el puesto, de ahí que le guste tanto tener a sus potenciales enemigos cerca, como los mencionados Raúl y Casillas, además de otros aparentemente más inofensivos como Butragueño. Algo así como lo que Robert McNamara, secretario de Defensa norteamericano bajo la presidencia de Johnson, aconsejó a su jefe sobre la conveniencia de no prescindir de Edgar Hoover, el director del FBI desde su creación: "Es mejor tener al indio dentro de la tienda meando hacia afuera, que tenerlo fuera meando hacia dentro".

Foto: Rubiales, junto a Luis Enrique y Molina, en La Cartuja. (EFE)

Está escrito en varias ocasiones. Tantas como salidas de futbolistas y entrenadores del Real Madrid por la puerta de atrás se han producido desde que el presidente está, él sí, por encima del club. Y, claro, puestos a pensar mal, del mismo modo que Florentino Pérez se llevó a Julen Lopetegui de la Selección española con la complicidad de Rubiales a dos días de empezar el Mundial de Rusia, quién no nos dice que también su mano ha podido estar detrás de la no convocatoria de Sergio Ramos para la Eurocopa. De Luis Enrique es difícil creerlo, pero no de su presidente. Y es que ya es curioso que justo los que tanto le echaban de menos en la lista del asturiano, ahora son los que más defienden que se vaya del Madrid. Bueno, que le echen...

"Se cierra una etapa única en mi vida. Quiero seguir mostrando mi mejor nivel y añadir a mi palmarés algún título más. Esto es un hasta luego porque, tarde o temprano, volveré". Probablemente, estas tres frases resumen el improvisado (o al menos no leído) discurso de Sergio Ramos en el acto que el Real Madrid organizó para despedirle. Despedirle, sí, pues, aunque una vez más Florentino Pérez pareciera salirse con la suya, la realidad es que Ramos no se va, sino que es el propio presidente madridista quien le echa al retirarle la oferta de renovación.

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