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Si Cruyff levantara la cabeza, este Barça le daría vergüenza
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Kike Marín

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Si Cruyff levantara la cabeza, este Barça le daría vergüenza

El club catalán, humillado por el Al-Sadd: no negocia por Xavi y anuncia que cobrará los 5 millones de su cláusula, algo que LaLiga no permite al Barça, que pagará a medias con Xavi

Foto: Laporta, junto a Cruyff, antes de ser elegido presidente del Barça. (EFE/Toni Albir)
Laporta, junto a Cruyff, antes de ser elegido presidente del Barça. (EFE/Toni Albir)

Para saber si te equivocas, revisa las lecciones que te dieron y no aprendiste… El 2 de julio de 2010, Johan Cruyff (QEPD) se presentó en las oficinas del FC Barcelona para devolver la insignia que le acreditaba como presidente de honor del club catalán. Unos meses antes, la directiva presidida por Joan Laporta había otorgado al mítico exjugador y exentrenador azulgrana este título honorario. Sin embargo, con la llegada al cargo de Sandro Rosell, no solo se puso en entredicho el nombramiento del holandés, sino que incluso se anunció que se llevaría a la Asamblea de socios una modificación de los estatutos al objeto de poder reconsiderarlo.

Foto: Xavi Hernández, en el banquillo del A-Sadd catarí. (EFE)

Mas no hizo falta, pues Johan se adelantó a los acontecimientos y, como suele decirse, se marchó antes de que le echaran. "Estas cosas cuestan mucho aceptarlas, pero poco devolverlas", dijo a la salida de una visita relámpago al Camp Nou, que cogió a todos por sorpresa, aunque cierto es que no faltaron fotógrafos para captar el momento, ni periodistas para hacer un 'canutazo'. "Si después de la primera reunión de la nueva Junta, soy tan importante para que no salga otra cosa, prefiero no estar en medio. Parece que soy una molestia, por lo tanto devuelvo la insignia de presidente de honor", aseguró El Flaco.

Sirva este episodio para recordar lo que el FC Barcelona llegó a ser mientras Laporta tuvo a su lado a Johan y en lo que el club catalán se ha convertido con la vuelta de este Laporta 'huérfano' de Cruyff padre y, tal vez por ello, desnortado. Solo así se explica lo vivido estos días con la contratación de Xavi Hernández como sustituto de Ronald Koeman. Un esperpento. Primero, por la negativa del propio Laporta a viajar personalmente a Doha y, más tarde, la incapacidad de sus emisarios para negociar con el Al Sadd. Y todo esto para acabar teniendo que abonar 5 millones (más la ficha de lo que resta de temporada y dos más) por un entrenador que bien pudo volver a casa en verano sin tantas prisas, y después de tener que pagar 12 a su antecesor y estar pendiente de indemnizar con otros 4 a Quique Setién.

"Al Sadd ha acordado el traspaso de Xavi al Barça tras el pago de la cláusula de liberación estipulada en el contrato", se apresuró a informar el CEO del club catarí, para de este modo dejar claro que, aunque su técnico les dejaba a mitad de temporada, ellos se salían con la suya de no negociar, además de obligar al club español a pasar por caja. Y no por una cuestión de dinero, pues sabido es que para el Al Sadd los 5 millones de la cláusula de rescisión de Xavi son calderilla, sino por una cuestión de orgullo, algo muy propio de los países árabes, sobre todo si, como en el caso de Laporta y Qatar, hay deudas pendientes.

placeholder Xavi, en su último partido con el Al Sadd. (EFE)
Xavi, en su último partido con el Al Sadd. (EFE)

Xavi, detrás de su propio fichaje

Otra humillación fue que el CEO del club catarí revelara y se regodeara en su comunicado al decir que "Xavi nos informó hace unos días de su deseo de ir a Barcelona en este momento en particular debido a la etapa crítica por la que atraviesa el club de su ciudad natal. Lo entendemos y decidimos no interponernos en su camino. Xavi y su familia seguirán siendo bienvenidos en Doha, y nuestra relación continuará". La soberbia de quienes, al menos futbolísticamente, son tan pobres que solo tienen dinero.

Según fuentes del Barça, por un tema de confidencialidad los detalles de la operación no se explicarán hasta el lunes, ya que los abogados tienen que acabar la redacción de los contratos. El club oficializó la llegada de su nuevo técnico a las dos de la madrugada a través de distintos mensajes en sus redes sociales. Sin embargo, si algo ha quedado claro es que el Al Sadd cobrará la cláusula de rescisión, un pago que asumirán entre el Barça y el propio Xavi, pero que podrá ser abonado a cambio de acuerdos como un amistoso del equipo azulgrana en Doha o compromisos comerciales, al tiempo que el entrenador podría recuperar parte o todo ese dinero con varios actos como embajador de Qatar. Tapujos y más tapujos.

Cuando a Guardiola le ofrecieron hacerse cargo del primer equipo del Barça, Pep lo tuvo claro: hay oportunidades que no se pueden dejar pasar porque nunca se sabe si volverán a presentarse. De ahí que, con las lógicas dudas de quien aún estaba iniciando su carrera de entrenador, el de Santpedor diera el 'sí quiero' a Laporta. Nada que ver con un Xavi que nunca ha sido su primera opción, coge un equipo en una situación muy distinta y de quien se repite que recibirá un salario inferior al que percibía en el Al Sadd, aunque si encima tiene que hacerse cargo de parte de su cláusula de rescisión, quizás al final acabe pagando por entrenar al Barça...

Foto: Pep Guardiola, junto a Juanma Lillo, en el banquillo del City. (EFE)

No lo duden. Si Johan Cruyff levantara la cabeza, este Barça le daría vergüenza y quién sabe si Xavi estaría de vuelta en el Barça, al menos en las condiciones en las que lo va a hacer. Y no porque Hernández no sea el heredero natural de Guardiola, como Pep lo fue de Cruyff y Johan de Rinus Michels. Sino porque El Flaco tenía más orgullo que el demostrado por Laporta. Finalmente 'Jan' no viajó a Doha como pretendían los propietarios del Al-Sadd, pero su capricho o lo que esté detrás de su decisión le ha salido caro al Barça, a quien representa. Más incluso de lo que se supone que llegó a hacer junto a Pini Zahavi con Neymar, hasta que casualmente el brasileño acabó en el Paris Saint-Germain con dinero catarí.

Para saber si te equivocas, revisa las lecciones que te dieron y no aprendiste… El 2 de julio de 2010, Johan Cruyff (QEPD) se presentó en las oficinas del FC Barcelona para devolver la insignia que le acreditaba como presidente de honor del club catalán. Unos meses antes, la directiva presidida por Joan Laporta había otorgado al mítico exjugador y exentrenador azulgrana este título honorario. Sin embargo, con la llegada al cargo de Sandro Rosell, no solo se puso en entredicho el nombramiento del holandés, sino que incluso se anunció que se llevaría a la Asamblea de socios una modificación de los estatutos al objeto de poder reconsiderarlo.

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